POR LA LIBERTAD

Gobiernos peores que el virus

|

Ha surgido una nueva variante de SARS-CoV-2 al que la OMS (Organización Mundial de la Salud) ha denominado ómicron. Los científicos dicen que es la variante más mutada a la fecha. Sin conocer bien aún sus efectos, distintos gobiernos del mundo han procedido a cerrar de inmediato el ingreso de personas provenientes de algunos países de África. Esto no tiene ninguna justificación científica. El domingo pasado, la Cancillería de Sudáfrica publicó un comunicado del presidente de ese país, Cyril Ramaphosa, condenando las nuevas restricciones y prohibiciones de viaje promulgadas contra su país y sus vecinos, debido al hallazgo de esta nueva variante del coronavirus. El presidente tiene razón al decir que estas restricciones que están generalizándose en muchos países de Europa y el mundo entero son injustificadas y pidió que se eliminen cuanto antes. En sus propias palabras: “Lo único que hará la prohibición de viajes es dañar aún más las economías de los países afectados y socavar su capacidad para responder y recuperarse de la pandemia”. Científicos de Sudáfrica consideran que esta variante es más contagiosa, pero sus efectos son más leves y, por lo tanto, no es tan peligrosa como dicen. No se sabe aún. Lo cierto es que estos virus van a seguir mutando toda la vida y se volverán endémicos.

' Científicos de Sudáfrica consideran que es más contagiosa, pero no es tan peligrosa como dicen.

Ramón Parellada Cuadrado

La mayoría de los gobernantes del mundo entero temen no aplicar las medidas restrictivas. No solo reducen las libertades de sus habitantes, sino que les afectan económicamente. Hay muchas muertes que se relacionan más con las restricciones que con el propio virus. En Guatemala, donde el porcentaje de desnutrición es de los más altos del mundo entero, cualquier restricción implica una reducción en las oportunidades de mejora de nivel de vida de su población y más desnutrición. La gente necesita oportunidades para mejorar.

Quienes piensan que el Gobierno debe imponer restricciones creen que la vida es más importante que la economía. Pero esto es falso, ignoran que la economía es vida. La gente sin ingresos se muere. Sin ingresos no se alimenta, no puede sobrevivir, se enferma. La desnutrición aumenta y causa graves daños, especialmente en los niños que están en pleno desarrollo. No es dinero contra vida. Es vida contra vida. Y ambas son muy valiosas.

La gente se sabe cuidar sola. No es tonta. Escoge lo que más les conviene de acuerdo con su situación actual, el momento de su vida y el lugar en donde se encuentren. Pensar que el gobierno sabe más que ellos es una fatal arrogancia. Restringirles la libertad de obtener ingresos es matarlos en vida. Muchas empresas de ciertos sectores han quebrado —educación, turismo, transporte, hoteles, restaurantes, comercios y otros más— y otras han multiplicado sus ingresos, especialmente las relacionadas con la salud y particularmente las que tienen la producción de las vacunas. No estoy en contra de que lucren en un mercado libre, pero sí cuando el gobierno ha sido el causante de meter tanto miedo a la gente para que se vacunen y el culpable de haber hecho quebrar a muchos.

La vacuna es efectiva para disminuir el contagio y efectos mayores del coronavirus, pero no estoy de acuerdo en forzar a la gente a que esté vacunada para poder viajar, entrar a restaurantes o ir a trabajar. Esto me ha parecido una discriminación espantosa contra los que consideran no vacunarse por la razón que sea. No dudo que las presiones de la OMS sean enormes y que presidentes débiles de carácter cedan a las mismas, pero también creo que muchos deben estarse aprovechando de estas restricciones a pesar del daño que le causan a terceros. No hay derecho. No se vale.

ESCRITO POR:

Ramón Parellada

Empresario. Catedrático universitario. Director del Centro de Estudios Económico-Sociales (CEES).