CATALEJO

Indispensable crear sentido de pertenencia

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Hélène Moley-Pallarés llegó hace unos 30 años y, según dice, decidió pertenecer a Guatemala. He tenido el gusto y el honor de compartir con ella y varios amigos comunes sus criterios, producto de su educación en Francia, y su experiencia de vida. Hace unos días recibí un video de su conversación con la talentosa entrevistadora venezolana Carolina Ruiz, sobre temas actuales: los cambios en la sociedad, la conciencia social, su evolución en todo ese tiempo y aquellos causados por el impacto del coronavirus. Ella vio entonces, y sigue viendo e interpretando, la realidad nacional y la del mundo con ojos multiculturales distintos a los nuestros, con una fusión de la perspectiva francesa con la guatemalteca. Trataré de resumir la conversación.

' Todos integramos la sociedad y debemos colaborar para lograr un desarrollo equilibrado, armonioso, humano y proveedor de vida digna.

Mario Antonio Sandoval

En el mundo, expresa, antes del Covid había premisas de una nueva realidad, para poder definir la vida y la conciencia social. En Guatemala ya hay un incipiente afianzamiento del sentido de coherencia, de nación, lo cual supone solidaridad. Surgen paulatinamente el deseo y orgullo de pertenecer y reconocer la convivencia armoniosa, por necesidad recíproca de todos, así como cumplir con normas rectoras de la sociedad. Esto supone el respeto al Otro, no solo al Yo, y explica la reacción generalizada contra la ilegal fiesta de la mueblería 03. La cólera ciudadana fue causada por la incapacidad de los partícipes para ver las cosas como son, su falta de respeto al resto y su desprecio por la vida de sus propios padres, hermanos, abuelos y amigos.

Las sociedades desarrolladas económicamente ilustran el materialismo, la carrera hacia la posesión y acumulación a costa de perder la humanidad, el sentido a la vida. Por no tener tiempo, los padres renunciaron a la educación de los hijos. Causa horror el exilio de ancianos y enfermos porque nadie quiere acercarse a la muerte, aunque es parte integrante de la vida. En Europa, donde todo mundo podía tener apoyo social y comida, los confinamientos estrictos eran factibles y tuvieron éxito. Pero en Guatemala, con casi 60 % de la población activa en la informalidad, sobrevivir día a día puede ser muy difícil y los encierros son condenas a morir de hambre. Se deben buscar respuestas dentro de la diversidad del país e incluso, podría decirse, de su magia.

El turismo, por ejemplo, descansa en la riqueza de esta diversidad: cultura, ruinas, trajes, comida, paisajes. Quien viene busca representaciones de una de las más grandes culturas ancestrales, la maya. Nos puede dar una visión de amor u respeto a la naturaleza, un acercamiento a la espiritualidad, una percepción diferente del tiempo, más humana, y allí están algunas bases de la complementariedad constructiva y enriquecedora, por la cual es posible afianzar y ampliar el sentido de pertenencia a Guatemala, así como la conciencia social, basada en otras formas de acercamiento. Todo esto, claro, se ve muy afectado por la terrible pandemia de la generalizada corrupción, causante de instituciones frágiles—como la justicia—y por eso no existe la confianza.

Hay también casos muy claros de beneficios gracias al criterio de la responsabilidad social empresarial: salud, formación, infraestructuras, etc. Hay alianzas público-privadas con los alcaldes, diferentes entes gubernamentales, y el inicio de búsqueda de una línea base para perseguir el desarrollo nacional en su conjunto: seguridad social, educación, infraestructura, para crear de esa manera la conciencia de la complementariedad de los distintos grupos, criterios y culturas. Quien respeta, dignifica; se enorgullece de su entorno, cuidando de aceptar las particularidades e intereses de cada grupo de la población. Todos somos integrantes de la sociedad y debemos colaborar para lograr un desarrollo equilibrado y armonioso, humano y proveedor de vida digna.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.