POR LA LIBERTAD

Invasiones que nos empobrecen

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El fin de semana pasado, un grupo personas invadió dos fincas del Ingenio Magdalena. La noticia es relevante porque en este ingenio trabajan muchas personas en la producción de caña de azúcar y el azúcar propiamente dicho, a la vez que la empresa, genera electricidad, cubriendo actualmente un 12% de la demanda total de la misma.

' Le conviene a todo el mundo, empezando por los más pobres y los trabajadores, que la propiedad esté totalmente defendida.

Ramón Parellada

La propiedad es fundamental para que un país prospere y se desarrolle. Sin propiedad la eficiencia cae, la riqueza se consume, el medio ambiente se destruye y los habitantes de un país se empobrecen rápidamente. Permitir que una invasión tenga éxito implica, además, ahuyentar las potenciales inversiones extranjeras que necesitamos con mucha urgencia para poder progresar y crear riqueza para todos.

El Observatorio de Derechos de Propiedad de Guatemala lleva de cerca un monitoreo de las invasiones y denuncias legales. El año pasado “se presentaron más de 4,000 denuncias contra la propiedad inmueble, incluyendo invasiones” (Prensa Libre, miércoles 7 de junio de 2023, investigación hecha por Rosa María Bolaños). Lo malo es que nuestro sistema de justicia es ineficiente para resolver estos problemas. ¿Por qué? Porque se tardan demasiado y sólo el 2% de los casos llega a sentencia. Solo el 0.3% llega a realizar el desalojo. Así, los invasores destruyen lo que se ha invertido cuidadosamente durante muchos años. Sea cual sea la razón, es una ineficiencia enorme e inaceptable. De esa cuenta, el robo de bienes inmuebles y las invasiones son cada vez más recurrentes. No hay disuasivos mientras no se incremente la certeza de la ley de desalojo de los que ocupan ilegalmente propiedad ajena, de los que se apropian de las pertenencias de los demás.

Curiosamente, el guatemalteco es muy defensor de sus pertenencias, incluyendo bienes inmuebles. No desean que nadie se meta con ellos ni con sus cosas. Muchos conflictos de tierras se resuelven por la fuerza ante la pasividad de la justicia y policía. La ineficiencia de nuestro sistema de justicia deja que las personas logren defender sus situaciones en forma personal.

Gracias a la defensa y garantía de la propiedad, las sociedades más ricas han prosperado a tal nivel que los pobres de esos países tienen todas las facilidades que una familia con ingresos medianos en Guatemala apenas podría llegar a tener. ¿Quién quiere meter su dinero en una explotación agrícola generando riqueza para la gente del área y para quienes consumirán el producto agroindustrial si estamos sujetos a perderlo todo a causa de una débil defensa de la propiedad? Independientemente de si los invasores tienen o no propiedad o recursos, el camino no es, hoy en día, ocupar ilegalmente una propiedad.

Este es un tema que los candidatos a la presidencia deben tocar, dada la relevancia de este en la futura prosperidad de la sociedad. Los gobiernos tienen su principal función garantizando la vida, la propiedad y la libertad. Pero fallan todo el tiempo. En la medida en que se alejan de su más importante objetivo, que es el de brindar seguridad y justicia, las sociedades se deterioran y empobrecen. Las fuerzas de seguridad deben actuar de inmediato ante casos de invasión inminente. No es posible que se queden pasivas y que no se permita a los propietarios actuar en defensa de sus propias pertenencias.

Le conviene a todo el mundo, empezando por los más pobres y los trabajadores, que la propiedad esté totalmente defendida. Conviene a los habitantes del país que los casos de violación a dicho derecho se resuelvan de inmediato. Igual se deben defender unas pocas y humildes pertenencias como una gran finca. Lo contrario a la defensa incondicional de la propiedad mantiene a los países en el subdesarrollo.

ESCRITO POR:

Ramón Parellada

Empresario. Catedrático universitario. Director del Centro de Estudios Económico-Sociales (CEES).