LA BUENA NOTICIA

La familia

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El término “familia” designa actualmente al conjunto de personas, con algún grado de parentesco entre sí, que viven habitualmente en una misma casa. Una definición tan amplia permite utilizar la palabra para designar una variedad múltiple de combinaciones de convivencia. Esta es una definición útil para asuntos de organización civil local, para sustentar derechos, incluso para determinar requerimientos fiscales.

Sin embargo, el término “familia”, designa de preferencia aquella forma de convivencia que es a la vez culmen del desarrollo de las formas sociales simples e imperativo de la moral social cristiana. Designa a la forma primaria de organización social que surge de la capacidad de un hombre y una mujer para generar prole y al deber de ese hombre y de esa mujer de educarla. La llamamos “familia natural”, porque surge de esos rasgos propios de la naturaleza biológica y psicológica de las personas como son la complementariedad y atracción de los sexos, su capacidad generativa y de establecer relaciones de afecto.

La forma que mejor respeta la dignidad de las personas que la constituyen, que ofrece el ámbito adecuado de socialización para los niños y para la transmisión de la cultura, es la familia que surge de la unión y compromiso público, estable y permanente de convivencia de un solo hombre con una sola mujer con el fin de apoyarse mutuamente y de generar y educar a los hijos que surjan de la unión sexual de ambos. Al ser la unión de una sola con uno solo, y no con varias o varios simultánea o sucesivamente, se manifiesta la igualdad de dignidad del hombre y la mujer. El compromiso de unión pública y permanente obliga a los cónyuges a tomarse mutuamente en serio y no como juguete sexual o como objeto de intereses económicos o sociales. Les obliga a crecer en entendimiento y perdón mutuo, sin buscar la salida del divorcio. La estabilidad de la unión conyugal, sin embargo, se desarrolló también en función de la educación de la prole.

Todo niño necesita de un padre y una madre como referencia de origen. Puesto que comenzamos a existir por la unión sexual de un hombre y una mujer, el conocimiento y de quiénes son esos dos que me dieron origen y la convivencia con ellos ofrecen una referencia identitaria básica y fundamental para la construcción de la propia personalidad. Además, el niño y el joven en el proceso de crecimiento y maduración encuentra en la permanencia de la unión de su padre y su madre la referencia de estabilidad que le permite afrontar todas las demás inestabilidades, fluctuaciones y variaciones que encontrará en el proceso de maduración personal y crecimiento en habilidades sociales. La familia así constituida construye, junto con otras familias, la comunidad de vecinos que da origen a la vida social.

' La familia natural es la única garantía de estabilidad social y de salud psicológica personal.

Mario Alberto Molina

Ese modelo de familia natural es, por una parte, resultado de una evolución social y, por otra, modelo y exigencia moral para lograr con mayor probabilidad una sociedad sana y estable. Jesucristo elevó el matrimonio que da origen a esa familia a rango de sacramento, haciéndolo así camino de santificación. Sin embargo, numerosos factores económicos, culturales y de simple inmadurez humana hacen que muchas personas, incluso cuando tienen el deseo de realizar en su vida ese modelo, fracasen en el intento. Los proyectos políticos basados en ideologías de reingeniería social tienen como primer objetivo la destrucción de la familia natural. Y muchas veces los saludamos como “progreso social”. Sin embargo, la familia natural es la única garantía de estabilidad social y de salud psicológica personal. Vale la pena el esfuerzo por mantenerla vigente en las leyes y en la cultura.

ESCRITO POR:

Mario Alberto Molina

Arzobispo de Los Altos, en Quetzaltenango. Es doctor en Sagrada Escritura por el Pontificio Instituto Bíblico. Fue docente y decano de la Facultad de Teología de la Universidad Rafael Landívar.