DESARROLLO DE PAÍS
La nueva normalidad y las oportunidades
He escuchado en noticias de España y declaraciones, notas de medios y tuits en Guatemala sobre “la nueva normalidad”. Entiendo que es el retorno a la actividad académica, al trabajo al 100% y la convivencia social guardando la distancia, usando mascarilla, lavándose las manos con frecuencia y tomando la temperatura. Seguramente, tardará hasta que exista la vacuna contra el covid-19 y todos nos vacunemos.
' Si alineamos los satélites de facilitación a la productividad podemos ubicarnos en una plataforma de prosperidad permanente.
José Santiago Molina
El viernes 8, el ministro de Salud informó que después de 815 pruebas realizadas en el día salieron 68 casos positivos nuevos, lo cual eleva a 900 casos desde que inició el contagio en Guatemala. Eso es 53 personas por cada millón de habitantes, lo cual es un indicador bajo cuando se compara con países vecinos y el mundo, pero 68 casos en un día asustan. El presidente Giammattei publicó el mismo día en un tuit de que “epidemiológicamente estamos entrando en una semana complicada”, mientras que en una noticia de Prensa Libre la Asociación Guatemalteca de Enfermedades Infecciosas recomienda, entre otras cosas, no abrir el transporte público por riesgo de aglomeración. Serán una o dos semanas las complicadas, pero después debe ir a mucho menos —veamos a Europa, donde el virus llegó antes y ya hasta el futbol iniciará—.
Se ha informado que construcción, centros comerciales y otros ya tienen protocolos sanitarios para poder iniciar. Muy buena noticia, porque aunque en Guatemala nunca dejó de funcionar la agroindustria, agroexportación, agropecuaria, industria de alimentos y bebidas, industria de higiene y limpieza, industria farmacéutica, restaurantes de comida rápida en autoservicio o delivery, restaurantes con entrega, farmacias, supermercados, mercados y ciertos comercios y servicios, sí dejaron de funcionar la industria no esencial, la construcción, centros comerciales, plazas comerciales, hoteles, restaurantes, bares, transporte público, aviación comercial y el emprendimiento informal, y eso ha impactado en la economía. Hay hambre y hay necesidad de trabajar de muchos. El Gobierno ha logrado distribuir cajas de alimentos donados por empresas, varias municipalidades han hecho lo que han podido también con el apoyo de los empresarios, pero no les llega a todos, y hasta esta semana el Gobierno ha anunciado que lograrán el inicio de la entrega de los Q11 mil millones aprobados en el Congreso hace 6 semanas —no es fácil de la noche a la mañana hacer eso con trazabilidad y efectividad—.
La nueva normalidad es el inicio de los giros de negocios ya mencionados y la apertura del transporte público que cumpla con los protocolos sanitarios, ya que hay muchos que lo utilizan para llegar al trabajo. Seguramente veremos innovación, como horarios escalonados para horarios de trabajo en lo público y lo privado, para que alcance la disponibilidad y restricciones del transporte público. Ojalá que las Iglesias puedan abrir puertas pronto, seguramente con protocolos que eviten aglomeraciones. Lo académico será una nueva normalidad seguir vía internet quienes lo hacen desde hace 8 semanas por un par de meses más, hasta que puedan volver al aula.
Después de que pase la tormenta vendrá la calma. Guatemala tendrá oportunidad para establecer manufactura de productos que en China producen y que se venden en Estados Unidos, ya que el enfado del Gobierno de Estados Unidos por el virus es visible. Si nos “ponemos las pilas”, tendremos oportunidades de exportar más a Estados Unidos.
Soy de los positivos y optimistas. Si alineamos los satélites de facilitación a la productividad —gobierno transparente y facilitador, impuestos simples y bajos, infraestructura, bancos que apoyen, inversión, recurso humano— podemos ubicarnos en una plataforma de prosperidad permanente.