LA BUENA NOTICIA

“La piovra” todavía está ahí

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Miguel A. Gálvez y 30 operadores de justicia son atacados ferozmente por “La piovra”, que es el gobierno de Giammattei, como el Leviatán que lanza su veneno a las víctimas inocentes o como pulpo que engulle y mata. El ilustre juez, enarbolando la independencia judicial, no tuvo miedo de enfrentar al crimen incrustado en este régimen autoritario, donde convergen militares, el sector económico más pudiente, políticos marrulleros y una derecha egoísta y ambiciosa que ve en el país su finca. Ellos son el “pacto de corruptos” que daña irreparablemente al país en los fundamentos de la República, cuya esencia es la independencia de Poderes; estropean el logro de una genuina democracia, la búsqueda de una justicia pronta y cumplida y obstaculizan el desarrollo integral.

' Mientras “el pueblo está mirando”, jefes y soldados se burlan de Jesús, hasta uno de los crucificados.

Víctor Manuel Ruano

Con ética y profesionalidad transparentó los procesos que conoció, prueba de ello es que la ciudadanía “le dio seguimiento a las audiencias y resoluciones” dictadas por él. También denunció que “la independencia judicial”, ahora más que nunca, “está siendo manipulada y no se están garantizando los procesos como corresponde, como las garantías constitucionales y el debido proceso”. Durante 23 años cumplió “con todas las garantías”. Afirmó “que estará a la expectativa de todo lo que está pasando en Guatemala”. Ojalá, para contar con él en los procesos de transformación del país. Desde el exilio su aporte será valioso para seguir en la lucha por la justicia. Destapó las entrañas perversas del sistema al contarnos que “no había entendido, como lo entiende ahora, que la justicia es cuestión de poder y no de control del poder”. Es decir que la justicia se pervirtió porque poderes oscuros la controlan y manipulan. Nos animó a organizarnos para no dejarnos robar “las posibilidades de justicia”. Para que ese clamor por la justicia retumbe en la conciencia de cada ciudadano/a, este domingo nos inspira contemplar a Jesús condenado y crucificado injustamente.

El evangelio muestra la escena de un ser humano clavado en la cruz. Mientras “el pueblo está mirando”, jefes y soldados se burlan, hasta uno de los malhechores crucificado con él lo insulta, aunque el otro compañero sale en su defensa, el único que da la cara por Jesús en aquel régimen que se ensaña contra las víctimas inocentes, mediante un sistema político-religioso-militar violento e injusto. En Guatemala hoy muchos prefieren quedarse mirando, impotentes y sin hacer nada ante los crucificados por este régimen corrupto, quizá por miedo o por estar manipulados, mientras las elites con sus jefes y soldados se burlan sin piedad, como lo hacían en el Gólgota. Jesús “Se identificó tanto con las víctimas inocentes que terminó como ellas”, (Pagola). Su palabra y sus acciones interpelaban, al igual que hoy cuestionan este régimen lideres comunitarios, periodistas críticos, operadores de justicia independientes y ciudadanos que no claudican ante los vividores del gobierno de Giammattei, donde también a unos los matan, a otros los criminalizan, encarcelan y destierran. Jesús, apasionado por el Reino y solidario con los pobres, habló del Dios que libera y de su proyecto para la humanidad. El Imperio Romano, las autoridades judías y las élites dominantes de aquella sociedad jamás toleraron a un profeta como Jesús. Por eso lo matan.

En la fiesta de Cristo Rey nos solidarizamos con los crucificados del sistema político y económico dominante, sintonizamos con el dolor y la humillación de las víctimas a quienes se les niega la justicia, la verdad y la reparación. Este país se levantará cuando los pobres sean protagonistas y nunca manipulados por este régimen impune; cuando se liberen de “la piovra” encarnada en un gobierno enemigo del pueblo, en politiqueros alejados de las necesidades de la gente y en el podrido sistema de justicia.

ESCRITO POR:

Víctor Manuel Ruano

Presbítero de la Diócesis de Jutiapa. Licenciado en Sociología por la Pontificia Universidad Gregoriana, Roma. Fue rector y profesor del Seminario Nacional de la Asunción, Guatemala, y vicerrector académico Cebitepal, Colombia.