CATALEJO

La revolución de 1944 nos pertenece a todos

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La revolución del 20 de octubre del 44 cumple hoy 79 años. Fue un movimiento de juventudes y adultos civiles y militares, todos de clase media, y junto con el resto de la población, asqueada de 14 años de desmanes de la dictadura de Ubico, quien renunció el 1º de julio y heredó en Ponce Vaides, cuyo gobierno duró sólo 103 días. Fue inspirada por la caída del sátrapa salvadoreño Hernández Martínez en abril y en la lucha de los países aliados de la Segunda Guerra Mundial contra las dictaduras nazi, en Alemania, y fascista, en Italia, pero no a la de su entonces aliado soviético Stalin. Inició la modernidad en Guatemala y el fin de 73 años de liberales, desde 1871. Al haber entrado por la puerta grande en la Historia, pertenece por igual a las cuatro generaciones posteriores.

' Considero una burla a los valientes jóvenes del 44 apropiarse directa o indirectamente de ese movimiento cívico militar.

Mario Antonio Sandoval

Talvez ya no queda vivo ninguno de quienes valientemente salieron a las calles, quienes merecen respeto a su memoria. Quien se autoproclama dueño o heredero, o la critica sin tomar en cuenta las circunstancias del momento, insulta la memoria de esa generación porque el mundo es distinto. Como toda revolución, duró como tal poco tiempo: del 20 de octubre de 1944 (cuatro días antes de la fundación de la ONU) al 15 de marzo de 1945, cuando comenzó el primero de los dos gobiernos revolucionarios, lo cual no equivale a la revolución en sí. Alabar o criticar sus aciertos y sus errores es parte del derecho de opinar. Para juzgarla y colocarla en el contexto nacional posterior, tampoco se pueden dejar a un lado los cambios del escenario mundial a causa de la Guerra Fría.

He visto con molestia los llamados, como el de la URNG, para celebrar este aniversario con el fin de explotar a su favor las indudables coincidencias con la crisis política actual. Las plazas se han llenado en otras ocasiones, entre ellas las del 2015, sin violencia ni acarreados, y en las actuales, donde sí los ha habido sobre todo de parte del gobierno. Sus motivaciones son distintas. Hace 79 años, para terminar una dictadura; hoy, para evitar su afianzamiento. Es muy fácil ver la causa de las diferencias: los participantes verdaderos, sin máscaras, no han causado violencia activa ni pillaje, realizados por gente armada, encapuchada y transportada en vehículos identificados como transporte de grupos oficiales de choque en algunos de los 17 millones de celulares en circulación y vigilancia.

La Revolución de Octubre es casi desconocida por los guatemaltecos, porque su mención en los libros de Historia de Guatemala tiene apenas una o dos páginas, por causas ideológicas. Se debe incluir un relato sereno y balanceado de los logros y los errores de los dos gobiernos siguientes y de los posteriores a 1954. No es activismo político, sino dar a los estudiantes la oportunidad de conocer esa parte de nuestra historia, fundamental para comprender algunas de las razones internas y externas de los sucesos posteriores, como la Guerra Fría. Es fundamental porque ahora en todo el mundo hay una tendencia a fijarse en las obras físicas de las dictaduras y no a los inevitables e inherentes atrasos sociales, corrupción y otras lacras inherentes en toda dictadura, sin excepciones.

El conocimiento del 20 de octubre del 44 otorgará lecciones y confirmará realidades, como la fuerza del ciudadano cuando decide enfrentarse a las dictaduras abiertas, ocultas, de hecho o en proceso, así como el error de apoyarlas o buscar pretextos para crearlas. Un documento fundamental fue firmado por 311 ciudadanos para pedirle a Ubico su renuncia. Desciendo de dos de ellos, conocí en persona a otra veintena y escuché su molestia por algunos cambios de rumbo de los dos gobiernos derivados y su agradecimiento por los olvidados logros porque la mente actual considera impensable su ausencia. Reitero: la Revolución de Octubre nos pertenece a todos, sin banderías. (Sugiero leer la balanceada y bien escrita Historia de Guatemala, de la doctora Regina Wagner. Sophos.)

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.