POR LA LIBERTAD

Ley de Competencia: más argumentos en contra

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Hace dos semanas escribí un artículo titulado Otra vez la Ley de Competencia, donde explicaba las razones por las cuales no se necesita una ley de competencia en nuestro país. Recibí muchos comentarios y aprovecharé para explicar en este artículo un par de aspectos complementarios al anterior que son de peso para que no se apruebe ese nefasto proyecto de ley.

' ¿Qué más competencia puede existir que la que hay en un país con fronteras abiertas, sin restricciones, sin barreras de ninguna clase?

Ramón Parellada Cuadrado

En primer lugar, Guatemala ya tiene un artículo constitucional que prohíbe los monopolios, el 130. Por supuesto que no los estatales, pero sí los privados, aunque esto es un error porque los monopolios estatales son los peores de todos lo que pueden existir. Este artículo está basado en la definición popular de monopolio como una sola empresa. Es una definición que es errónea, ya que no importa si hay una sola empresa, sino el poder que tenga para imponer un precio más alto que el del mercado, restringiendo la cantidad ofrecida. Además de este artículo que prohíbe los monopolios, el Código de Comercio contempla muy bien todo el tema. Si además promovemos la eliminación de cualquier barrera arancelaria y no arancelaria, cualquier empresa podrá importar productos que competirán con las empresas locales, evitando esos potenciales precios de monopolio. ¿Qué más competencia puede existir que la que hay en un país con fronteras abiertas, sin restricciones, sin barreras de ninguna clase? El que exista una sola empresa no significa que sea dañina. Muchas industrias solo pueden funcionar si tienen un tamaño grande, para que su estructura de costos sea óptima o la más baja posible. No cabrían dos empresas grandes para un mercado tan pequeño.

En segundo lugar, nuestro país es tan pequeño que las empresas más grandes de Guatemala no son nada comparadas con el nivel de las empresas que compiten en el mundo entero. La Ley de Competencia o Antimonopolio pretende dividir empresas grandes que ocupan una posición dominante en el mercado. También pretende evitar que se fusionen con otras para que se vuelvan dominantes. Pero nos olvidamos de que ni toda Centroamérica junta tiene un mercado para que las empresas más grandes puedan ser en realidad enormes a nivel internacional. Hace años fui con unos colegas a una empresa en México, a ver una máquina de inyección para hacer cubetas plásticas. Pensábamos adquirir una máquina y comprar un molde de cubetas y otros moldes para intercambiarlos y producir diferentes productos. Cada molde era carísimo y cambiarlos representaba tiempos muertos de máquina. Pero creíamos que podría ser un buen negocio para Guatemala. Cuando entramos a la empresa donde nos enseñarían la máquina lo que vimos nos impresionó. No había una máquina, sino 10 en línea, produciendo todas cubetas, 24 horas al día, 365 días al año. Caían sobre una banda transportadora y se apilaban automáticamente al final. Solo paraban las máquinas para darles mantenimientos preventivos. ¿Cómo podríamos competir con ese tipo de eficiencia? Esa productividad no la teníamos porque el tamaño de nuestro mercado es muy pequeño. Imponerle burocracia, controles y más restricciones a una empresa que está creciendo en nuestro país es un error que impedirá que un negocio pueda llegar a ser más eficiente y productivo. Si podemos aprovechar las economías de escala y productividad de otros países, hagámoslo porque eso nos enriquecerá. ¿Cómo? Comprando productos más baratos, ahorrando e invirtiendo en negocios que sean productivos y en los que tengamos mayor ventaja competitiva y comparativa.

Debemos desregular, eliminar barreras arancelarias y no arancelarias, y así permitir más y mejor competencia en nuestro país. Los consumidores, que somos todos, seremos los principales beneficiados.

ESCRITO POR:

Ramón Parellada

Empresario. Catedrático universitario. Director del Centro de Estudios Económico-Sociales (CEES).