LA BUENA NOTICIA

María, Madre de Jesús y Reina de la Paz

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El Evangelio del 1 de enero cuenta la visita de los pastores a Belén para encontrar al niño Jesús, recostado en el pesebre con sus padres María y José, tal como lo había anunciado el Ángel. Aquel acontecimiento significó para ellos una fuerte experiencia de Dios, al punto de que regresan a sus campos alabándolo por todo lo que han visto y oído.

En el primer día de cada año, la Iglesia presenta a María, la Madre de Dios, que acompaña el caminar difícil de nuestros pueblos golpeados por la violencia, la injusticia y el subdesarrollo; al mismo tiempo renueva el desafío de construir la paz, tan urgente en un país como el nuestro, deteriorado por la responsabilidad directa de sus gobernantes, desde Arzú hasta Giammattei, con las élites militares y económicas, quienes han sido incapaces de conducir la nación en la perspectiva de los acuerdos de paz.

María de Nazareth fue “la mujer que, sensible a la cercanía y presencia de Dios-amor, se abrió total e incondicionalmente como la “pobre” que se deja inundar por la confianza sin límites”. (J. Espeja). Necesitamos redescubrir el verdadero rostro de María, para salir de una visión distorsionada que tenemos de ella.

María es la primera discípula de Jesús y referencia ineludible de una vida auténticamente humana y cristiana. Ella es modelo de acogida fiel de Dios que quiere la liberación para los pobres y oprimidos desde una postura de fe adulta, crítica y obediente a los proyectos de Dios; es ejemplo de opción preferencial por los pobres y de preocupación solidaria por todos los que sufren y viven descartados; es modelo de mujer comprometida con el reinado de Dios anunciado e introducido en la historia por Jesús.

El gran desafío que la Iglesia, por medio del papa Francisco, nos lanza en el nuevo año para construir la paz es caer en la cuenta de que «Nadie puede salvarse solo”, cuestión que entienden muy bien los pueblos y las comunidades eclesiales desde su profundo sentido comunitario. No somos individuos aislados, somos personas en relación con Dios, los demás y la creación.

' “Nadie puede salvarse solo. Recomenzar desde el covid-19 para trazar juntos caminos de paz”. (Papa Francisco)

Víctor Manuel Ruano

En el mundo y en la sociedad todo está conectado, por eso la invitación del Papa es “a trazar juntos caminos de paz”. Ese fue el espíritu que animó el proceso de negociación y reconciliación para el logro de una paz firme y duradera, pero que las élites se encargaron de boicotear.

También se hace el llamado a tener la iniciativa y la creatividad para poder “recomenzar”, como iglesia y sociedad, “desde el covid 19”, esa dolorosa experiencia que dejó su huella en todo el planeta y en la humanidad.

El Mensaje pontificio para la 56 Jornada de la Paz se articula en cinco puntos destinados a diseñar “juntos” la tarea de ser artesanos de la paz: 1) Estar vigilantes con “una mirada atenta a la realidad y a los acontecimientos de la historia”. 2) Describe el impacto terrible del covid 19, que nos “sumió en medio de la noche”. 3) Invita a cuestionarnos para saber “aprender, crecer y dejarnos transformar”. 4) Aborda la guerra de Putin contra Ucrania y su impacto mundial. 5) Entonces, ¿qué debemos hacer? “dejarnos cambiar el corazón” para forjar “un “nosotros” abierto a la fraternidad universal”.

Aunque los acontecimientos de nuestro país parezcan tan trágicos, transitando por el “túnel oscuro y difícil de la injusticia y el sufrimiento”, mantengamos el corazón abierto a la esperanza, confiando en Dios que nos sostiene en la resistencia pacífica y guía nuestro camino. Que sea un año alentado por María de Nazaret y entregado a la causa de la paz.

ESCRITO POR:

Víctor Manuel Ruano

Presbítero de la Diócesis de Jutiapa. Licenciado en Sociología por la Pontificia Universidad Gregoriana, Roma. Fue rector y profesor del Seminario Nacional de la Asunción, Guatemala, y vicerrector académico Cebitepal, Colombia.