Después de publicar el artículo Caótico tránsito capitalino, recibí una serie de comentarios interesantes sobre el tema, pero llamó mi atención una comunicación recibida por el ingeniero Francisco Cirici, quien lidera un grupo de 12 profesionales, la mayoría ingenieros civiles, entre ellos un arquitecto, un ingeniero electricista y un ingeniero con doctorado en Sismorresistencia, quien me comentó sobre el anteproyecto “Metro subterráneo de Guatemala”, y llamó mi atención, porque personalmente creo que el camino a una solución del tránsito en la ciudad de Guatemala es precisamente “un metro subterráneo”.

Es importante hacer notar que este grupo ha realizado el trabajo ad honorem. El proyecto contempla una primera línea desde Mixco hasta Vista Hermosa, pasando por El Trébol, zonas 9 y 10, con longitud de 12.20 kilómetros, contemplando 10 estaciones: Mixco, Metamercado, Monserrat, Periférico, Roosevelt, El Trébol, Atanasio, Reforma, zona 10 y Vista Hermosa. El recorrido se contempla realizar en 16:24 minutos. La eficiencia en movilidad del metro subterráneo supera por mucho a la del Transmetro, pues mientras que esta última podría movilizar hasta 20 mil personas por hora por sentido, la del metro subterráneo podría sobrepasar las 120 mil, sin interrumpir el tránsito normal en la superficie. Se estima una demanda de equilibro de 325 mil y por los aforos a los que se ha tenido acceso se prevé una demanda de más de 800 mil personas al día. El pasaje propuesto es de Q4.00 por viaje. El proyecto inicialmente contempló una inversión de US$600 millones, los que se tendrían que ajustar, así como el precio del boleto. El proyecto se contempla realizar en dos años. Los costos operacionales previstos son de Q158 millones, con ingresos de Q692 millones, lo que deja un margen anual de Q534 millones. El financiamiento se propone con un aporte de capital de US$150 millones y financiamiento comprometido de US$450 millones, lo que podría obtenerse al vender acciones de bajo precio al ciudadano común, que pueden ser incluso hasta de Q100.00, para que la ciudadanía se apropie del proyecto de su ciudad. Aunque la TIR en los primeros 10 años es baja: 11.5%, a partir del décimo se vuelve atractiva. Desde luego, esto exige altos niveles de transparencia y rendición de cuentas. Para las excavaciones de los túneles, que deberán estar a una profundidad de 25 metros, se propone el método austríaco altamente eficiente, utilizando manipuladores de centrado Bobcat, que permiten montar arcos en túneles con la máxima seguridad y eficacia, sin molestar el tránsito.

Desde hace siete años este grupo ha visitado a las máximas autoridades del país y de la ciudad sin encontrar eco a su propuesta. El 9 de febrero Anadie presentó los resultados de los estudios de prefactibilidad de un proyecto que incluiría más de 70 autobuses articulados de combustión mixta o un tren ligero, en un tramo similar al propuesto que supone una inversión de US$333 millones en caso se opte por una flota de BTR (bus rápido de tránsito) o de US$1 mil 400 millones, si se trata de un tren ligero, proyecto que complicaría más el tránsito en esa ruta para los que decidan seguir utilizando sus vehículos; lo considero inadecuado.

Panamá, con una población menor que la nuestra, nos ha demostrado que puede implementarse en relativo poco tiempo un sistema de líneas de metros que alivien el tránsito en la ciudad. Basta ya de oponerse a proyectos viables pero que no convienen a sus intereses particulares, pues debe privar el bien común sobre el individual. La ciudad de Guatemala debe dar el salto cualitativo en sus sistemas de transporte, al dejar de seguir proponiendo proyectos que no solucionarán la situación y privilegiar iniciativas como las que propone el grupo del Ing. Cirici, y ampliarla de inmediato a más líneas. Permitan que profesionales capaces y con deseos de mejorar el caos vehicular desarrollen proyectos como el planteado.