AL GRANO

MP = cuerpo del delito; ciudadanos = soberanía

|

Imagino a millones de guatemaltecos. En su mayoría, personas sencillas que llevan una vida de no pocos desafíos. Una vida que discurre entre diversos tipos de relaciones. En ocasiones, esas relaciones los colocan en situación de vecinos; en otras, de pequeños empresarios o empleados; todavía en otras, de consumidores, contribuyentes, etcétera.

' Una vez que el TSE, máxima autoridad electoral, ha reconocido la eficacia legal de las actas secuestradas no hay más que hacer.

Eduardo Mayora

Pero hay una de esas ocasiones en la vida de esos millones de guatemaltecos en que las relaciones que los vinculan con otros ciudadanos y con el Estado los sitúan como “titulares de la soberanía nacional”. Esa relación coloca a cada uno de esos millones de guatemaltecos, al lado de sus conciudadanos, en una posición de “poder”. Ese día ellos son los soberanos.

Cada uno de esos millones de guatemaltecos toma libremente, sin tener que dar cuenta a nadie, la decisión de por quién votar, o de votar en blanco o nulo, o de no votar. Nadie, por rico o poderoso que fuere, puede cuestionar la decisión de cada uno de esos millones de ciudadanos. Todas las autoridades del Estado tienen la obligación de respetar y acatar lo decidido por la mayoría de esos ciudadanos una vez que el Tribunal Supremo Electoral haya declarado válida una elección.

Es en eso en que se materializa “el gobierno del pueblo”, “el gobierno libre”, “la democracia representativa”. En eso se traduce la regla constitucional que dice que “la soberanía radica en el pueblo”. Hecha valer por las autoridades competentes, esa regla sitúa a la República de Guatemala en un conjunto, relativamente chico, de Estados en los que los poderes públicos se organizan para garantía de los derechos y libertades de sus ciudadanos y no para sojuzgarlos o esquilmarlos.

Algunas de las encuestas que se publican con ocasión de los procesos electorales dan cuenta de que, a pesar de no pocas decepciones, los ciudadanos guatemaltecos todavía aspiran a que su patria llegue a integrar ese pequeño grupo de naciones libres y democráticas.

Esa aspiración, que es un derecho sagrado de esos millones de guatemaltecos, enfrenta en estos momentos una inexplicable embestida desde algunas de las instituciones del Estado. Paradójicamente, proviene de aquellas que debieran garantizar las libertades y derechos fundamentales de la persona. Y así, eso que para cada uno de esos millones de guatemaltecos encarna el registro oficial de su derecho a voto, para el Ministerio Público (MP) encarna algo así como el cuerpo del delito.

¿Cómo puede uno explicarse que esas actas, que registran los resultados oficiales del conteo de las papeletas en las que cada uno de esos millones de ciudadanos ha plasmado su soberana voluntad, puedan considerarse indicio de la comisión de un delito? ¿Cómo es posible que, habiendo las autoridades máximas del Estado en materia electoral declarado válidas las elecciones, esas actas, que registran la decisión de esos millones de guatemaltecos, sean convertidas en el cuerpo de algún delito?

Al lado de esas autoridades electorales que, por disposición de la ley constitucional de la materia, no están supeditadas a ningún organismo del Estado, numerosos observadores independientes, nacionales e internacionales, han coincidido en que esos millones de ciudadanos, titulares de la soberanía nacional, han expresado libre y pacíficamente su voluntad tal y como se registra en esas actas que, inexplicablemente, hoy están bajo secuestro por orden de un juez del ramo penal, cual instrumentos de la comisión de un delito.

¿No merecen esos millones de ciudadanos que todos los órganos del Estado respeten los efectos ya declarados por la máxima autoridad electoral de esas actas, así como su integridad y custodia?

ESCRITO POR:

Eduardo Mayora

Doctor en Derecho por la Universidad Autónoma de Barcelona y por la UFM; LLM por la Georgetown University. Abogado. Ha sido profesor universitario en Guatemala y en el extranjero, y periodista de opinión.

ARCHIVADO EN: