VENTANA

¡Museo a la vista en TA!

|

“El Parque de Tak’alik Ab’aj (TA) nunca estará completo hasta que no tenga su museo de sitio”. Esto me lo dijeron, hace 10 años, los arqueólogos, Christa Schieber y Miguel Orrego, quienes han estado a cargo de este parque desde hace ya más de tres décadas. Recordé esta frase hace apenas cinco días, cuando el presidente Alejandro Giammattei se comprometió a construir el museo El caracol del tiempo” y reanudar los esfuerzos para lograr la nominación del Parque Arqueológico Nacional Tak’alik Ab’aj como patrimonio cultural de la humanidad de parte de la Unesco. Esto ocurrió durante la presentación del hallazgo de la estela 87 en TA, que se hizo en el Palacio Nacional de la Cultura. Para quienes le tenemos especial cariño al Parque Arqueológico Nacional Tak’Alik Ab’aj, ubicado al pie de la cadena volcánica, entre el altiplano y la planicie de la costa sur, en la cabecera del municipio El Asintal, en Retalhuleu, fue música para nuestros oídos. “Varios presidentes anteriores han hecho el mismo ofrecimiento pero sus palabras se las llevó el viento”, susurró el Clarinero.

TA es una ciudad de ¡más de dos mil años de antigüedad! Por su posición estratégica fue un centro cultural único. Fue una ciudad- puente. Allí ocurrió la transición de la cultura olmeca a la cultura maya. Este centro sagrado cumple con los cinco criterios de la Convención de Patrimonio Mundial de Unesco. Los sintetizo: 1. Representar una obra maestra del genio creativo humano. 2. Exponer un importante intercambio de valores humanos a lo largo de un período de tiempo o dentro de un área cultural del mundo. 3. Aportar un testimonio único, o al menos excepcional, de una tradición cultural o de una civilización existente o ya desaparecida. 4. Ofrecer un ejemplo eminente de un tipo de edificio, conjunto arquitectónico o tecnológico o paisaje, que ilustre una etapa significativa de la historia humana. 5. Estar directa o tangiblemente asociado con eventos o tradiciones vivas, con ideas o con creencias, con trabajos artísticos y literarios de destacada significación universal.

' El diseño del museo, con forma de caracol, nos conducirá en un viaje por el tiempo desde los orígenes de TA.

Rita María Roesch

Christa y Miguel, con eficiencia y perseverancia admirables, han investigado, conservado y promovido esta ciudad milenaria. En septiembre del 2019, el Inguat les otorgó la recertificación del sello Q Verde, en grado avanzado. Este distintivo demuestra que el Parque mantiene estándares de calidad y sostenibilidad que garantizan el bienestar del turista y su seguridad. Los arqueólogos han encontrado durante sus exploraciones piezas de valor incalculable, como la Estela 87, que está en proceso de investigación. En otro artículo me referiré a este importante hallazgo. Hoy subrayo la importancia del museo de sitio. Una vez exista, los visitantes, al recorrerlo, percibirán el esplendor de esta ciudad que fue una metrópoli floreciente, como Tikal o Kaminaljuyú. Por ejemplo, podrán conocer el Entierro Real del gobernante K’utz Chman, que significa “sacerdote buitre”. Christa y Miguel me invitaron a entrar a su tumba, previo a que fuera levantada por seguridad. Este entierro real ¡data 700 años antes de Cristo! Es un recinto sagrado. Antes de entrar pedimos permiso a los ancestros. Luego, Christa, con una varita de madera en la mano, me explicó detenidamente la escena. La cavidad donde el cuerpo fue colocado está delimitada por tres piedras de cada lado, tiene una orientación norte–sur. El tipo de suelo barroso y la humedad desintegraron los huesos. Sin embargo, el sofisticado ajuar que portaba el gobernante, compuesto por cientos de cuentas finamente talladas de jadeíta miniatura color azul olmeca y verde manzana, perfilaba donde estuvo el cuerpo. “Mira las ajorcas (tobilleras), siguen el diseño de un ala de ave. El faldellín o taparrabo es una filigrina. Los bordadores combinaron los pequeñísimos discos de jadeíta de un milímetro de grosor con los tubitos. Este entierro espectacular podría ser recreado en el museo”, me dijo Christa. Los museos actúan como agentes dinamizadores de la economía de la zona donde se encuentran. Generan nuevas fuentes de trabajo y reactivan el interés turístico.

ESCRITO POR: