POR LA LIBERTAD
Nicaragua: Nadie puede hablar contra el Gobierno
Desde el mes pasado quería escribir sobre un tema muy preocupante que ocurrió en Nicaragua. Además de las condenas políticas a varios candidatos que competían en contra del dictador Ortega, ahora se suma el cierre de varias universidades privadas en el país. El régimen totalitario y dictatorial de Daniel Ortega y su esposa están callando cualquier voz que pueda criticarlos. Igual que el régimen cubano, cualquiera que se oponga al Gobierno sufrirá graves consecuencias. ¿Y la libertad de expresión?
' La libertad política, social, civil, de expresión, económica y otras brillan por su ausencia en toda Nicaragua.
Ramón Parellada
Esto que ocurrió con el cierre de varias universidades privadas en Nicaragua es otra muestra de la intolerancia y abuso del ilegítimo gobierno de Ortega. Y los demás países y el resto del mundo parecen no decir nada. Tal vez porque Nicaragua es un país pequeño en medio de Centroamérica y ahora hay cosas más importantes y preocupantes en el resto del mundo, como la invasión de Rusia a Ucrania. Considero que el mundo entero debe condenar la actitud de Ortega, que es igual a la del régimen cubano, al ruso y a cualquier otro dictatorial donde se cierran medios de comunicación que hablen en contra del régimen y se sustituyen por medios estatales. Los candidatos opositores a Ortega fueron apresados y ahora están siendo condenados a varios años de cárcel por razones políticas, por oponerse al régimen dictatorial y pedir libertad y democracia para su país. Las Universidades se han cerrado porque son el lugar perfecto para tener diálogos francos, verdaderos, de cualquier tema, incluyendo el cuestionamiento contra el régimen dictatorial de Ortega. Es más, varias de estas universidades privadas cerradas y confiscadas ahora son universidades estatales, donde el adoctrinamiento a favor del Gobierno será la norma y el pensamiento crítico quedó enterrado.
La libertad política, social, civil, de expresión, económica y otras brillan por su ausencia en toda Nicaragua. Cualquier persona que hable mal del Gobierno o lo critique es censurada, apresada y hasta vapuleada en algunos casos. Los que se atrevieron a oponerse al régimen dictatorial y totalitario de Ortega están en la cárcel o han tenido que huir al exilio. Los que se quedaron tienen miedo de hablar. Nicaragua se ha convertido en un régimen de terror. No es lo que uno desea de un país democrático y civilizado donde se respete la libertad, la vida y la propiedad. Es todo lo contrario.
En cuanto al cierre de las universidades privadas, un país cuya libertad se respete jamás debería cerrar una universidad, por más ideas contrarias que tenga a la forma de pensar del propio Gobierno. Es en las universidades donde precisamente cualquier tema puede discutirse. Donde los diálogos de los temas más controversiales se llevan a cabo civilizadamente. No se le puede llamar universidad a la estatal donde solo existe adoctrinamiento. En las universidades, las ideas se discuten, y si alguien quiere convencer a otra persona de un punto de vista debe usar razonamientos que la persuadan a base de evidencias y argumentos que le convenzan. El diálogo socrático permite que cada estudiante pueda expresarse defendiendo sus ideas contra otras ideas que surgen, y precisamente prepararse bien para defender un punto de vista es fundamental, dado que todos llegarán con buenos argumentos contrarios. Esto es una forma de aprendizaje, de las más efectivas que existen. Cuando uno tiene que defender su punto de vista ante argumentos contrarios bien planteados, uno aprende para toda la vida. Esto solo es posible en libertad, en esa libertad de expresión a decir lo que se piensa sin temor a represalias Nicaragua debe liberar a sus presos políticos y devolver las universidades privadas a sus propietarios.