CATALEJO

Números entendibles ayudan a la confianza

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Cuando comienza un proceso de elecciones, para lograr confianza en los resultados, los números oficiales deben ser entendibles y sobre todo tener lógica. Hoy en día ello es fundamental en Guatemala, a consecuencia de la poca confianza generalizada en las actuales autoridades del Tribunal Supremo Electoral, combinada con una actitud similar en relación a este gobierno, tema tan expresado por analistas y columnistas de prensa independiente. Los ciudadanos interesados tienen de hecho la obligación de analizar dichas cifras, a disposición de cualquiera gracias a la divulgación electrónica, y también comparar lo expresado por instituciones internacionales relacionadas con lo electoral en el mundo. Al ser la población un factor fundamental, son confiables los datos de PopulationPyramid.net, de inmediato alcance gracias a Google.

' Dos datos sorprendentes: las mujeres son mayoritarias (52%) en el número y de empadronados y en todos los rangos de edad.

Mario Antonio Sandoval

Guatemala tiene (cifras redondeadas en millones -M-) 17.8M de habitantes: 8.7M mujeres (48%) y 8.4M hombres (52%.) Al restar los menores de edad (7.8M), la cifra llega a 10M, y si se reducen los ciudadanos de 70 años o más, el número real es de 9.5M. Según el TSE, hay 9M de empadronados, 4.855M mujeres (51%) y 4.148M (49%) hombres. Al reducir la cifra de las personas mayores de 65 años, cuyo voto es opcional, la suma es de 9.5M. Las mujeres alfabetas suman el 76%; analfabetas, 24%; hombres alfabetos, 86% y analfabetos, 14%. Las mujeres empadronadas, 4.8M, superan a los hombres: 4.1M y esa diferencia se mantiene en todas las edades. El voto femenino es afectado por el machismo y otros factores, sobre todo en los departamentos.

Otro dato importante porque hace diferencias en la cifra real es el número de empadronados desinteresados en recoger el documento. Esto implica una desconfianza y desinterés en participar, así como de descontento y frustración por la forma como se han comportado los gobiernos, en especial los últimos cinco. Hay muchos más, sobre todo los jóvenes de menos de 30 años, simplemente ajenos a todo lo relacionado con las elecciones, y entre ellos uno de los factores más claros es la pésima calidad de los candidatos, en una abrumadora mayoría politiqueros, y de los dizque partidos como simples máquinas cuyo fin es llevar a alguien a la presidencia, a causa de la mentalidad monárquica generalizada.

Los emigrantes por motivos económicos y otros grupos en muchos casos tienen documentos, pero es inútil. El TSE señala a un total de 2.5M en esa situación, pero es general. También hay poco interés de quienes emigraron, y los interesados solo llega a cien mil, algo lamentable porque podrían ser una fuerza muy sólida. Los gobiernos tienen poco interés, porque una de sus metas es la menor participación electoral posible para de esa forma lograr una victoria en primera vuelta, imposible en un país como Guatemala, con tantos pseudopartidos y aspirantes desconocidos en su mayoría para la mayoría. Tampoco hay interés en realizar los cambios necesarios para reducir el número de diputados, casi todos “más peores” por incapacidad y ambiciones desmedidas.

Si los números no son confiables, es inútil pensar en un gobierno realmente democrático, con las mínimas condiciones para poder llamarlo de esa forma. Esto se comprueba fácilmente, con solo recordar casi la totalidad de decisiones de los funcionarios y también grupos de sectores privados, religiosos —en los últimos casos—, académicos y de ideologías fanáticas. Por ser imposible lograr resultados diferentes haciendo lo mismo, pero urgen cambios fundamentales y caras nuevas, sin manchas, ante el triste fracaso del intento democrático realizado por la generación de los sesentas, cuando los civiles tomaron el mando, al decidir los militares hacerse a un lado de la conducción del país, por convencimiento o presiones foráneas. Ese pasado anterior a tal etapa ya está en el olvido.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.