CATALEJO

Otra comprobación de la tragedia política

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La elección de la nueva junta directiva del Congreso de la República, realizada el miércoles, constituye una nueva comprobación del sucio pantano político en el cual Guatemala se encuentra, y demuestra la imposibilidad de lograr cambios políticos indispensables para impedir el afianzamiento del poder de gente cuyas intenciones no son oscuras, sino clarísimas. Uno de los más notorios aspectos es la caída en desgracia de Felipe Alejos, quien ha sido uno de los factores del poder oscuro y de los contubernios de toda clase, entre ellos la postulación de gente relacionada o integrante de grupos criminales de toda índole. Es, por otra parte, un resultado muy fácil de adivinar, porque las acciones de estos grupos y su plan de apoderarse del Estado son muy predecibles.

' La expulsión de Felipe Alejos comprueba el omnímodo poder del treintañero funcionario Miguel Martínez.

Mario Antonio Sandoval

Al ver el historial de sus integrantes, surge fácilmente la realidad. El transfuguismo es una característica. De ellos solo se escapan dos: el tercer secretario, Douglas Rivero, del grupo Humanista, y el quinto, Jorge García Silva, de Prosperidad Ciudadana, ambos partidos participantes por primera vez. El reelecto Allan Rodríguez ha tenido solo un partido, el oficialista Vamos, al cual financió y por ello Alejandro Giammattei le repitió el premio de hace un año, también en circunstancias no establecidas, con muy posibles y sólidos convencimientos monetarios para lograr los votos. Los demás son verdaderos chapulines saltamontes políticos, algunos de ellos nómadas de partidos ya desaparecidos o de figuras politiqueras corruptas y/o cuestionables.

La vicepresidenta Sofía Hernández, hoy de UCN, brincó del Líder a Alianza Ciudadana. El segundo vicepresidente es Luis Rosales, exdiputado por el Frente Republicano Guatemalteco y exmiembro del Parlamento Centroamericano en el nefasto régimen de Jimmy Morales, “ni corrupto ni ladrón”. El primer secretario es el sustituto de Felipe Alejos. Es de la UNE y está relacionado con un exdiputado prófugo relacionado con plazas fantasma en el Congreso. El segundo secretario, Rudy Pereira, pertenece al abominable FCN-Nación. El cuarto secretario es Santiago Nájera, de la UNE, ex FRG, quien impidió la investigación del mencionado Morales por financiamiento ilícito en la campaña presidencial de las elecciones del 2015. Un verdadero cofre de joyas…

La UNE, de nuevo, jugó un papel lamentable. Aunque está dividida a causa de sus problemas legales y de estar al borde de su hundimiento, la facción a las implacables órdenes de Sandra Torres se hincó ante las presiones del oficialismo, evidentes con la previa reunión en la Casa Presidencial. Otro factor causante de sospechas es la gran asistencia –107– de diputados al hemiciclo, 90 de los cuales estaban casi en posición de firmes una hora antes del inicio de la sesión, por otra parte realizada muy poco tiempo después de la primera visita del nuevo embajador estadounidense William Popp, cuya llegada inmediatamente después de su antecesor, con una aureola de ejercer con claridad la influencia de su cargo, es un mensaje fácil de entender.

Con la expulsión del Felipe Alejos quedó afianzado, en la práctica, el poder interno de Miguel Martínez dentro del círculo muy cercano a Alejandro Giammattei. Es, sin duda, la persona con más poder dentro del equipo, tal vez incluyendo al mandatario. Se comprobó también la desvergüenza reinante cuando Allan Rodríguez agradeció a Dios por el resultado y lo calificó de ejemplo de democracia, cuando realmente no fue elección sino confirmación e incluso imposición, porque elegir implica la escogencia de uno entre dos o entre más. Eso no ocurrió. Todos estos elementos hacen crecer las preocupaciones de quienes ven con mucho de angustia la conversión de Guatemala en un estado capturado por grupos de gente a quienes ninguna persona decente invitaría a su casa.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.