CATALEJO

Pence-Harris retoman la dignidad del cargo

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Michael Pence y Kamala Harris, más la firme actitud de la moderadora, Susan Page, del diario USA Today, protagonizaron el miércoles un duelo verbal caracterizado por ser un choque entre dos personas respetuosas del contrincante y esto permitió marcar una diferencia abismal con el desafortunado pleito callejero entre los contendientes a la presidencia de Estados Unidos. Hubo golpes duros y cortesías entre colegas. La demócrata tenía lenguaje corporal de seguridad, mientras su oponente mantuvo expresión incómoda, debido a la facilidad en atacar al mandatario y a la necesidad de defenderlo, respectivamente, lo cual hizo con habilidad.

' Una invitada silenciosa fue la posibilidad de ver a alguno de ellos en el salón oval a causa del retiro presidencial no planificado.

Mario Antonio Sandoval

Retornó la sensatez y la elegancia, sin abandonar la crítica, esencia de todo debate. Ambos dejaron de responder preguntas, y por eso en ese sentido los televidentes se quedaron sin saber o confirmar las posiciones de los dos. Pence repitió dos veces el error de lanzar dardos contra la prensa, en general, sin distinciones, y también se alargó o interrumpió, dejando así espacio a Harris de señalárselo con firmeza sonriente. El republicano la dejó en posición débil en el tema del aborto, de origen moral, y la defensa fue débil, al referirse al derecho femenino de decidir sobre su cuerpo. Quedó en el campo de quienes lo aceptan o promueven.

Ambos se criticaron por “socavar la confianza en las instituciones”, Pence lanzó un dardo al hablar sobre la vacuna contra el covid, y Harris hizo lo propio al acusar a Trump de serruchar la confianza en el voto por correo. Los dos tiros dieron en el blanco, porque no es posible defender esas posiciones. El silencio respecto a rechazar a los grupos criminales de supremacistas blancos le hizo mal a Pence, y a ella no responder la acusación directa en referencia a un plagio del plan de salud propuesto por Trump. Harris acusó a Pence de haber minimizado el coronavirus, del cual sabían desde enero, así como señalar al mandatario de no creer en la ciencia y de haber perdido la guerra comercial con China.

Hubo una invitada silenciosa: la posibilidad de la presidencia de uno de ellos por un retiro no planificado del período presidencial. Las edades (61 y 55 años) dan un promedio de 53. Ambos tienen la salud y la energía para ejercer el cargo. Incluso si no ocurriera, dentro de cuatro años tendrían 65 y 60 años, respectivamente. En comparación, el promedio de edad de los candidatos presidenciales actuales es de 76. Ninguno podría aspirar a una nueva candidatura en el 2024, debido a una histórica tradición de mucho tiempo. Obviamente, solo los activistas disfrazados de analistas dan una victoria a uno de los dos.

Quien vio sin pasiones este debate afianza el criterio de no haberse logrado la meta de cambiar el parecer de los ya convencidos y aporta muy poco a convencer a los indecisos. Sigo convencido del mayor peligro de estas elecciones: decidirlas por votos electorales, sistema legal pero obsoleto e inaceptable hoy en día. Estos últimos 25 días antes del 3 de noviembre todavía pueden dar muchas sorpresas y así cambiar criterios de los votantes. Votar es una de las acciones más irreflexivas del ser humano. Y en Estados Unidos, un colmo es la atención dedicada a una mosca, “seguramente demócrata” depositada en el pelo cano de Pence. Es para llorar, reír, o creer en un espíritu burlón revoloteando a los candidatos.

NOTA: decidí dejar para el lunes el segundo artículo sobre la integración del Tribunal Supremo Electoral. Las revueltas aguas de la política estadounidense podrían agitarse aún más y convertir en obsoleto este artículo.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.