Pluma invitada
¿Por qué los legisladores intentan prohibir TikTok en lugar de hacer lo que realmente quieren los votantes?
Un porcentaje sin precedentes del 72 por ciento de los estadounidenses quiere “más regulación gubernamental” sobre lo que las empresas pueden hacer con sus datos.
Estados Unidos está polarizado en la arena política. Pero hay un tema en el que ambas partes están de acuerdo: Necesitamos más privacidad y TikTok no debería prohibirse.
Resulta en verdad sorprendente que los legisladores se sientan cómodos impulsando una prohibición de TikTok.
Un porcentaje sin precedentes del 72 por ciento de los estadounidenses quiere “más regulación gubernamental” sobre lo que las empresas pueden hacer con sus datos, según un informe de octubre del Centro de Investigacones Pew. Y solo el 31 por ciento de los estadounidenses están a favor de que se prohíba TikTok en el país, según una encuesta de opinión realizada en febrero por Associated Press-NORC.
A pesar del sentimiento público, el miércoles, la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó con una mayoría abrumadora una ley que podría obligar a TikTok a abandonar el control de su empresa matriz china o prohibirla. Su destino en el Senado no está claro.
La empresa matriz de TikTok, ByteDance, tiene su sede en China y los legisladores estadounidenses afirman que buscan la prohibición en nombre de la protección de los datos estadounidenses frente al gobierno chino. Pero los legisladores no buscan una legislación federal integral sobre privacidad que proteja los datos de los estadounidenses en todas las aplicaciones que utilizan.
Por desgracia, esto es una prueba más de lo alejada que está la legislación federal de la voluntad popular. Cuestiones con amplio apoyo popular como el acceso al aborto y el control de armas siguen sin abordarse a nivel federal. Y una mayoría de estadounidenses afirma que las políticas gubernamentales no reflejan la opinión pública en temas clave.
A pesar de esta creciente división, resulta en verdad sorprendente que los legisladores se sientan cómodos impulsando una prohibición de TikTok durante un año electoral de alto riesgo. Después de todo, una tercera parte de los adultos jóvenes en Estados Unidos dicen que usan el sitio y una tercera parte de los adultos estadounidenses menores de 30 años dicen que suelen informarse en TikTok. Incluso el presidente Biden, a pesar de decir que firmaría la prohibición si llegara a su despacho, acaba de abrir un canal de TikTok para su campaña de reelección.
Algunos miembros del Congreso, como el representante Jeff Jackson, un demócrata de Carolina del Norte, usan TikTok con regularidad para comunicarse con sus electores. Jackson, quien votó a favor del proyecto de ley, tiene 2,5 millones de seguidores en el sitio. “Mi mensaje para TikTok: rompan con el Partido Comunista de China o pierdan el acceso a sus usuarios estadounidenses”, dijo el representante republicano de Wisconsin Mike Gallagher, uno de los que presentaron el proyecto de ley.
La ley pretende prohibir la distribución dentro de Estados Unidos de “aplicaciones controladas por adversarios extranjeros como TikTok” a menos que se venda en un plazo de seis meses a un comprador que cuente con la aprobación del presidente de Estados Unidos.
La prisa por aprobar este proyecto de ley resulta bastante extraña porque el gobierno federal ya tiene un proceso para tratar con entidades extranjeras que compran participaciones en empresas nacionales. El Comité de Inversiones Extranjeras en Estados Unidos (CFIUS, por su sigla en inglés) es un organismo interinstitucional que examina las inversiones extranjeras por motivos de seguridad nacional. Por ejemplo, fue una revisión del comité lo que hizo que un comprador chino diera marcha atrás en su adquisición de la aplicación de citas Grindr allá por 2020.
El comité y TikTok llevan años negociando cómo mitigar las preocupaciones de seguridad nacional. Después de que, durante su presidencia, Donald Trump ordenó una investigación al comité, TikTok ofreció un plan que habría transferido todos sus datos de ciudadanos estadounidenses a una filial estadounidense que sería supervisada por Oracle. Oracle también habría supervisado los algoritmos de TikTok y las decisiones de retirada de contenidos en nombre del gobierno estadounidense. Pero el gobierno estadounidense lo rechazó por razones que no se han dado a conocer y parece que las negociaciones se estancaron.
Pero la parte difícil es que obligar a TikTok a vender no resolvería los problemas que los legisladores afirman que están tratando de atender. Venderle TikTok a una gran empresa tecnológica como Google, Meta o Microsoft —después de todo, ¿quién más podría costear su precio estimado de 84.000 millones de dólares?— no aumentaría la seguridad de los datos de los usuarios estadounidenses. De hecho, solo le daría al gigante tecnológico que la comprara un nuevo tesoro de información de todos nosotros que el nuevo propietario podría utilizar para mejorar sus ya de por sí asombrosos retratos detallados.
Por ejemplo, en este momento, Google tiene la mayoría de mis correos, mis documentos, mi comportamiento en la web y mis consultas de búsqueda. De hecho, los videos que veo en TikTok son de las pocas cosas que no tiene. Añadir esos videos agregaría nuevos y valiosos datos a su expediente sobre mí y le permitiría monetizarlos con anunciantes, intermediarios de datos y cualquiera que utilice sus plataformas y servicios de publicidad en línea de autoservicio.
Claro está que, en el peor de los casos, el gobierno chino podría estar espiando los videos que veo en TikTok (Como era de esperarse, TikTok dice que su empresa matriz china es totalmente independiente de la entidad estadounidense). Pero TikTok no tiene muchos más datos que cualquier otra aplicación: lo único que sabe es que paso demasiado tiempo viendo videos de cocina y tutoriales de maquillaje. Puede que esta información le ayude a China en su incansable búsqueda de fabricar todos los productos que compro (desde utensilios de cocina hasta brochas de maquillaje), pero ya estaba fabricando esos bienes de todos modos, así que mi sensación es que mis datos de visualización no son más que información adicional sobre la posible demanda futura de productos.
Y ustedes dirán, bueno, sí, pero ¿qué pasa con la propaganda china que se difunde a través de TikTok? He leído las mismas historias de miedo y todo lo que puedo decir es que no son tan convincentes. En lo que respecta a la República Popular China, la Oficina del Director de Inteligencia Nacional declaró en su evaluación de amenazas de febrero que “cuentas de TikTok gestionadas por un brazo propagandístico de la República Popular China atacaron a candidatos de ambos partidos políticos durante el ciclo de elecciones de medio mandato en Estados Unidos en 2022”.
Eso suena aterrador hasta que consideras que cualquiera puede configurar una cuenta de TikTok para atacar a cualquiera durante una elección. Por ejemplo, sabemos que los rusos crearon cuentas en Facebook para tratar de influir en las elecciones estadounidenses de 2016. Y no tuvieron que comprar Facebook para hacerlo. También vale la pena señalar que la evaluación de amenazas no afirma que el algoritmo de TikTok promoviera las cuentas de la República Popular China y, supongo que si la oficina del director de inteligencia nacional tuviera pruebas de ello, lo habría declarado.
Además, no está claro que la comunidad de inteligencia tenga mejores pruebas que las que está proporcionando a puerta cerrada. Después de una sesión informativa sobre seguridad nacional en TikTok para miembros del Congreso, la representante demócrata de California Sara Jacobs declaró a The Associated Press: “Ni una sola de las cosas que hemos oído en la sesión informativa clasificada de hoy era exclusiva de TikTok. Eran cosas que ocurren en todas y cada una de las plataformas de redes sociales”.
Mientras tanto, China parece estar teniendo mucho éxito a la hora de impulsar su agenda política a través de influentes en YouTube, Facebook e Instagram, según una investigación realizada por The Associated Press en 2022.
Y ese es mi punto. Todas las plataformas de redes sociales son campos minados de información, plagados de contenidos engañosos de agentes estatales, empresas, personas influyentes a sueldo y otros. Sus algoritmos alimentan nuestros peores impulsos destacando contenidos que promueven la ira y la indignación. Extraen nuestros datos para ganar dinero.
Obligar a TikTok a fusionarse con otra plataforma de redes sociales ávida de datos no resolverá nada de eso. Lo que sí cambiará las cosas es establecer normas básicas de privacidad que prohíban a las empresas explotar nuestros datos y que nos den el control sobre los algoritmos utilizados para manipularnos.
©2024 The New York Times Company