CATALEJO

Respecto al amparo contra el presupuesto

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Los amparos provisionales son eso: provisionales, o dicho a la chapina “para mientras”. La Corte de Constitucionalidad o la de Justicia los otorgan de oficio y por ese motivo es arriesgado considerarlos definitivos o firmes, es decir sin cambio posible. Estas entidades pueden rechazarlos de entrada y eso significa una derrota total a quienes presentan las solicitudes. Un amparo provisional solo indica el posible amparo definitivo, es decir el importante, otorgado luego de un estudio a cargo de los magistrados, pero luego de realizarlo los integrantes de esas cortes no dan marcha atrás, sino simplemente deciden por primera y única vez. Los amparos provisionales solo suspenden de inmediato los efectos de alguna decisión causante de daños muy serios o irreparables.

La CC recibió una solicitud de amparo contra el presupuesto nacional para el 2024 y por eso la decisión final debe ser tomada en doce días, tiempo perentorio, a fin de evitar un presupuesto nacional igual al del año en curso. En realidad tiene poca materia para estudiar y analizar: si los diputados crearon y Giammattei autorizó un presupuesto cuyas más preocupantes características son la disminución de algunos de los principales rubros como salud, educación y comunicaciones, además de entidades de beneficencia privadas y aumentos en algunos de menor importancia, poco se debe discutir. Si a ello se agrega ser de 124 mil 879 millones de quetzales, cifra superior a la de impuestos obtenidos, no es necesario ser genio para ver la intención vengativa contra el nuevo gobierno.

' La CC, al suspender la vigencia del presupuesto 2024, ha provocado voces de satisfacción. No estoy de acuerdo.

Mario Antonio Sandoval

Ignoro si el actual presupuesto es aceptable, técnico, calculado con realismo o no, pero sin duda es mejor a uno de recaudación imposible, sobre todo a causa de la segura disminución, o al menos no aumento, de los ingresos. En ese caso no podría evitarse un período de austeridad, pero al mismo tiempo de imposibilidad de cumplir algunas de las insuficientes áreas a causa de la falta de fondos pero sobre todo a la corrupción, el mal manejo, los contubernios y demás lacras innecesarias de ser mencionadas por ser del conocimiento y de la correcta percepción de los guatemaltecos. Esto último se debe al despertar ciudadano de exigir sus derechos con firmeza, lo cual ha aumentado en los últimos años, pero sobre todo en la anterior y esta administración.

Ya se ha dicho con unanimidad y firmeza por numerosos analistas, aun antes de la aprobación de ese presupuesto, las voces de rechazo provenientes de la mayoría de sectores nacionales y de los analistas foráneos. Por ello Giammattei no puede defender su actitud, evidentemente responde a una irresponsabilidad y a una actitud de desinterés totales por el país y su futuro inmediato, mediato y a largo plazo. Para mí es imposible, en vista de sucesos anteriores, entusiasmarme por ese amparo provisional. Si no fuera una decisión tomada por una entidad cuyo historial en este momento está lleno de áreas cuestionables, otra cosa sería. No hay confianza en las instituciones y en sus integrantes.

Por supuesto, existe la posibilidad de ser equivocado mi criterio y ojalá fuera así. La aprobación cae perfectamente en el estilo rencoroso y revanchista, comprobado muchas veces, de quien llegó a la presidencia gracias al voto en contra de Sandra Torres, quien después se convirtió en su amiga y colaboradora y dejó de ser posible víctima de cárcel o destierro, como lo anunció Giammattei poco después de llegar. De nuevo, la pelota está en el campo de la CC, cuyos integrantes tienen una buena oportunidad de hacer caso, por una pero importante vez, a los ciudadanos ya convencidos de la necesidad de eliminar la sobra del giammatteiato en los siguientes cuatro años.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.