CATALEJO
Resultado en Chile: calma puede explicarlo
Hasta cierto punto, la victoria de Gabriel Boric en Chile era fácil de predecir cuando se conoció de su alianza con la izquierda moderada y el partido comunista de Chile, con los votos necesarios. El análisis sereno predice la repetición de lo ocurrido en Perú con Pedro Castillo, quien ya tiene claras expresiones de rechazo en la población; en Venezuela, México y Bolivia, además de Cuba y Argentina. A menos de un día de la elección, y de la aceptación del perdedor José Antonio Kast, el valor de la moneda se había depreciado 4% frente al dólar. A causa de faltar casi cien días para su toma de posesión, necesitará ser hábil para llegar a consensos mínimos y es ahí donde su edad de 35 años puede jugarle malas pasadas, aunque su primer discurso no fue estridente.
Conforme pasaron las horas del lunes, en las redes sociales internacionales comenzaron a aparecer detalles de su vida, su currículum, su trayectoria política, datos importantes fuera de Chile porque allí no era persona conocida, fuera de su intransigente dirigencia estudiantil, cuya tarea es exigir, no consensuar. Aumentó el interés foráneo por conocer las raíces de ese problemático resultado, favorecedor de un candidato apoyado por el Partido Comunista. Faltan cien días para asumir y en ese tiempo pueden ocurrir hechos causantes de erosión de la actual popularidad obtenida, traducidos en debilitarlo políticamente desde antes de asumir el mando. En las elecciones del 2022, si ganan candidatos similares a Boric, América Latina se afianzará el apoyo popular al izquierdismo en cualquiera de sus formas y expresiones y nada podrá detenerlo.
' Gabriel Boric, ganador en Chile, comenzará desde ahora la difícil tarea de mantener su popularidad, sin olvidar al 44% de votantes contrarios.
Mario Antonio Sandoval
Boric fue disminuyendo la dureza de su discurso y con ello ganó votos de indecisos para una victoria imposible de negar porque fue la opinión de la mayoría de votantes, al haber aumentado su participación, y alcanzar así el 57% de los votos, contra el 43% de Kast. El derrotado y sus grupos de apoyo económico-político decidieron combatir al extremismo izquierdista con el extremismo de la derecha, ambos similares porque los extremos se acercan. Decidió no apelar al convencimiento, sino al miedo. Pero los decisivos votantes jóvenes han cambiado de pensamiento al estar mejor informados del momento, aunque no conozcan lo suficiente de la historia cercana de su país, del mundo y de la Guerra Fría. El extremismo ideológico causa temor, pero logró causar esperanza.
Esta esperanza durará poco, cuando la realidad se imponga, y será aún menor si la nueva Constitución chilena no refleja filosofía política, sino partidismo y politiquería. Al no haber ganado el Congreso, las batallas políticas ocurrirán allí, y a causa del historial político de este, el enfrentamiento será entre alguien inexperto y viejos y apaleados zorros. Haber ganado una elección no significa gobernar sin tropiezos. Bukele en El Salvador hace su voluntad porque puede mandar al Legislativo. Los chilenos están impacientes y exigirán posiciones extremas casi imposibles de lograr pronto. El su primer discurso, trató en forma superficial demasiados temas, sin explicar cómo piensa realizar sus promesas. Abrió la puerta a la incertidumbre y puso al tiempo en su contra.
A la Presidencia no se llega a aprender, sino a aplicar experiencias anteriores. Boric, exdirigente estudiantil, ha estado siempre rodeado de audiencias favorables a sus discursos. Ahora, su prueba de fuego es enfrentarse en el Congreso a sus opositores, pero la más fuerte y peligrosa será cuando deba hacerlo a los ciudadanos manifestantes en su contra, como ahora lo hicieron a su favor. Chile, a diferencia de casi toda Latinoamérica, tuvo una amplia tradición democrática hasta la llegada de Pinochet. Es muy temprano para llegar a nuevas conclusiones, pero por el momento uno de los aspectos más problemáticos para el nuevo presidente es convencer a la mayoría ciudadana de no tener la personalidad otorgada a él por su fama. Pero a mi juicio, no podrá.