CATALEJO

Sectores y personas deben prepararse para su papel

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La inminencia del cambio de gobierno implica una serie de cambios y de preparación para el nuevo papel tanto de los diversos sectores nacionales como de los ciudadanos en lo individual. Sobre la base de que no se pueden lograr los resultados urgentes si se sigue tercamente haciendo lo mismo, es fundamental pensar y decidir acciones tanto a corto, mediano o largo plazo, convencerse de que los daños causados por decenas de años de desaciertos no se pueden solucionar por arte de magia. En este momento es necesario asegurarse de la verdadera división de poderes, cuyo beneficio se basa en actitudes responsables y dirigidas a buscar el bien común y al mismo tiempo proteger los legítimos intereses individuales, porque son la base del avance y del beneficio a la colectividad.

No tengo duda de la importancia de rescatar a la política de las garras de la politiquería y de sus despiadadas implicaciones de la improvisación, el amiguismo y demás lacras ahora consideradas como parte inherente de la conducción del país, lo cual es falso y puede ser borrado. Es importante reconocer el verdadero papel de las élites en cualquiera de las divisiones de la sociedad, y sus actuaciones basadas en la aplicación y el respeto a principios fundamentales incluidos en las diversas maneras de analizar la realidad, aunque a veces sean contradictorias. Los líderes necesitan como nadie esas cualidades porque la política como una ciencia humanística diseñada desde hace treinta siglos, mantiene los valores en los cuales ha estado basada, con diferencias y avances a lo largo del tiempo.

' Los diversos sectores y personas no tienen alternativa a admitir la actual realidad innegable y llegada para quedarse.

Mario Antonio Sandoval

Una de las principales diferencias consiste en la actividad individual para esa conversión de politiquería en política. Es preferible hacer esfuerzos para enderezar un rumbo, ante la única alternativa posible de verse obligados a rescatarlo, recrearlo, reiniciarlo desde cero. Los ciudadanos tienen, como nunca antes, la obligación de hacer escuchar su voz, lo cual se facilita gracias a la tecnología instantánea de la comunicación, valiosa a pesar de sus graves riesgos de anonimato y de manipulaciones. La posición de desapego o de desprecio al tema de la política es cada vez sinónimo de cobardía. Todas las organizaciones sociales, tanto políticas como económicas, académicas, empresariales, sindicales, religiosas y demás, necesitan cumplir sus verdaderos fines.

La combinación de esfuerzos mutuos entre el Estado y cualquiera de esas entidades no gubernamentales facilita el verdadero avance de un país, siempre y cuando sean ejecutadas con responsabilidad. No deben ser vistos con asco ni con desprecio, porque esa idea solo tiene efectos nefastos cuando se coloca en manos de irresponsables. En las anteriores elecciones quedó demostrada una base de deseo de participar, sobre todo entre los jóvenes, pero la verdadera tarea, para la cual se necesita entereza y disciplina, así como una idea al menos básica de cuáles son los fines, en la práctica comenzará a partir del 14 de enero a las 14 horas. Sin embargo, los pocos días faltantes pueden ser utilizados por el gobierno hoy en agonía para dejar huellas difíciles de borrar.

En este lapso seguirán conociéndose nuevos espejismos de una realidad inexistente en el desierto dejado por cuatro años de desgobierno increíble y sin precedentes. Es una cínica negación de la realidad y no acepta tercamente los cambios imparables ocurridos a lo interno tanto del país como de los países cercanos y aquellos calificados como amigos. Por supuesto, los cambios son rechazados por el miedo a todo, a perder privilegios, empleo, oportunidades. Cambiar tal actitud es uno de los grandes retos, ahora vistos como montañas inexpugnables, pero con esfuerzo, posibles de vencer. Está en juego la supervivencia y el cambio de un país ya no convertido en expulsor de ciudadanos porque las oportunidades de avance personal se han desvanecido.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.