POR LA LIBERTAD

Toma de posesión en Nicaragua

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El pasado lunes 10 de enero de 2002, Daniel Ortega tomó posesión de la presidencia en Nicaragua. Las elecciones que dieron ganador a Ortega y su esposa, Rosario Murillo, fueron ilegítimas, dado que metió presos a todos sus opositores antes de las mismas. El mundo civilizado lo condenó, pero igual sigue haciendo lo que le da la gana, pues tiene todos los poderes bajo su mando.

' La libertad no debe estar en juego, es un derecho fundamental del ser humano.

Ramón Parellada Cuadrado

No me sorprendió ver al diputado Walter Félix, de la bancada URNG-Maíz, en la toma de posesión. De él y su bancada no se puede esperar nada sensato. Critican a quienes no respetan la democracia, pero apoyan a un dictador que viola los derechos humanos y que fraguó un fraude electoral para llegar nuevamente al poder. Sin embargo, me sorprendió ver a Vinicio Cerezo, secretario general de Sica (Sistema de la Integración Centroamericana). Me sorprende porque él siempre ha defendido a capa y espada la democracia, y desde Sica debió ser crítico y no aceptar las violaciones que Ortega y Murillo han cometido contra sus opositores y tantos nicaragüenses, además de cometer fraude para perpetuarse en el poder. Es una vergüenza.

Basta con ver quiénes asistieron a esta farsa de ceremonia de toma de posesión para ver lo mal que está Nicaragua. Asistieron el presidente venezolano, Nicolás Maduro; el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel; y el presidente hondureño, Juan Orlando Hernández. Todos los participantes están ocupando un cargo ilegítimo. Participó un enviado especial de China y representantes del gobierno de Irán. De hecho, quien participó por Irán Mohsen Rezai es prófugo de la justicia argentina, a quien se le acusa de haber participado en el atentado terrorista antisemita de la Amia en Buenos Aires.

Al menos, el mundo civilizado ha condenado las elecciones fraudulentas en Nicaragua, precisamente por la persecución política tan descarada contra sus opositores y cualquiera que le criticara. Hay aproximadamente 170 presos políticos. Es una clara violación a los derechos individuales y a la libertad que cualquier ciudadano debería tener garantizada en una democracia civilizada.

Tanto Estados Unidos como la Unión Europea han impuesto sanciones al gobierno de Nicaragua, afectando especialmente a varios de sus funcionarios. Si bien estas sanciones pretenden presionar para que Nicaragua vuelva a ser un país democrático con sana división del poder y el respeto a los derechos humanos, dudo que lo logren de esa manera. Sus aliados actuales, aunque pocos, cuentan con China, que tiene mucho poder.

No he visto aún una declaración clara y contundente del gobierno de Guatemala condenando esta fraudulenta toma de posesión de Ortega y su esposa, Murillo. Los países centroamericanos no deberían aceptar que esto esté ocurriendo en la región. Al menos la OEA (Organización de Estados Americanos) sí se pronunció, condenando las elecciones fraudulentas de Nicaragua y la violación a los derechos humanos de tantos perseguidos políticos.

Debemos aprender de estos abusos de poder y restricción de las libertades en países cercanos para que no nos ocurra algo similar en Guatemala. La libertad no debe estar en juego, es un derecho fundamental del ser humano. Mientras más defendamos nuestra libertad, más posibilidades tendremos de mejorar nuestro nivel de vida y el de todos los guatemaltecos.

El año que viene tendremos elecciones en Guatemala. Fijémonos bien en aquellos candidatos que con sus acciones han apoyado dictaduras, para no votar por ellos. No seamos ingenuos. Nos toca votar con lo que tenemos ahora y debemos hacerlo apoyando a quienes defienden los derechos inalienables a la vida, la libertad y la propiedad.

ESCRITO POR:

Ramón Parellada

Empresario. Catedrático universitario. Director del Centro de Estudios Económico-Sociales (CEES).