CATALEJO

Válidas preguntas de casi todo votante

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Cuando faltan sólo 18 días para las elecciones, sin duda las preguntas más comunes entre los votantes están siendo ¿por quién votar? ¿qué pasará con el voto nulo? ¿es confiable el sistema de información de los resultados del TSE? ¿Será posible comenzar a tener resultados a las 9,30 o 10 de la noche como dijo la presidenta de esa entidad? ¿qué pasará con las encuestas? ¿puedo creer en las redes sociales? Todas son válidas. Existe una guerra contra las encuestas, y en efecto muchas son cuestionables, pero hay interés del gobierno y de quienes están seguros de tener resultados incluso ridículos. Por eso, la contratada a ProDatos por Prensa Libre y Guatevisión adquiere mayor importancia y es esperada a causa de su credibilidad a toda prueba y sus resultados de otras elecciones.

La respuesta al resto de preguntas en parte depende del resultado de esa segunda encuesta. Y en este momento, los datos de la primera y el cambio a causa de la salida de Pineda, permite predecir un resultado y luego compararlo con el de la segunda, cuya cercanía al 25 de junio la convierte en una predicción muy atendible, aunque, por supuesto, no perfecta porque circunstancias inesperadas pueden provocar cambios en la voluntad de los votantes. La elección del 2019 tuvo resultados y la predicción debe tomarlos en cuenta como base. En millones, había 8.150 inscritos. Resultados: ausentismo, 38% (3.084). Votaron 5.066. Nulos y en blanco, 209 mil (4.12%), en blanco: 459 mil (9.06%) y suman 11.32%. Inválidos: 59,504 (1.17%) Suman 11%. Válidos 4.4: 87%.

' La ciudadanía no sabe qué hacer. Votar nulo, no votar, votar aunque desperdicie su sufragio. En resumen: no confía.

Mario Antonio Sandoval

Este año, en millones, votarán 9.372. Si no hay cambios en las cifras anteriores, significa ausentismo de 3.056 y participación de 6.316. Nulos, en blanco e inválidos: 1.030 millones. El número de votantes se reduce a 8.342 millones. De esta cifra, Torres tendría seguros 1.626 (19.5%); Mulet tendría 843 mil (10.1%); Ríos, 540 mil (9%), y Conde, 417 mil (5%). Con esas cifras, para alcanzar a Torres, Mulet necesita 783 mil, es decir 93%; Ríos, 886 mil (208% más), y Conde, 1.4 millones, (369%). Esos suponen una elección igual a la de 2019, lo cual es difícil, pero en toda elección entran elementos como decisión de ir a votar, desprestigio de candidatos por ataques en redes sociales anónimas, pero efectivas, y sobre todo acontecimientos inesperados.

Cuando un candidato sale del cuadrilátero, por lo general sus votos se reparten en porcentajes similares a los obtenidos por los contendientes. Según eso, los seguidores de Pineda darían 19% a Torres, 10% a Mulet, 9% a Ríos y 5% a Conde, y migajas al resto. Los números más importantes de este cálculo hipotético son el porcentaje y número de votantes, y en esta ocasión, el del voto nulo. Cualquier aumento al 4% del 2019 puede considerarse efecto de esta campaña y además, muestra del cansancio y asqueo de la población por todo lo relacionado con las elecciones, al contrario de como sucedía en las primeras cuatro o cinco, cuando la confianza en los magistrados era altísima. Como ya expresé, la comparación entre los datos del 2019 y 2023 es válida.

Las cifras, aunque hipotéticas, dan una oportunidad de cambiar de idea a quienes no quieren ir a votar o quieren votar nulo o por el candidato de sus simpatías. El objetivo real debe ser sacar con los votos a los politiqueros corruptos, es decir, casi todos. Ninguno de los candidatos puede gozar de total confianza de los votantes, porque son humanos y tienen fallas y mañas, o inexperiencia. Un viejo dicho sentencia “lo mejor es el peor enemigo de lo bueno” y actualizado se puede decir “lo peor es el mayor enemigo de lo malo o criticable”. No es cinismo, sino aceptar la realidad. Si se mantiene la necesidad de votar contra alguien, no a favor de otro, el país seguirá hundiéndose cada vez más rápidamente, y el agua ya se encuentra a pocos centímetros de la cubierta.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.