Controles que son necesarios
Lo cierto es que esos hechos no son nuevos, y por ello es que desde hace años se viene hablando de la necesidad de implementar más controles y equipos de vigilancia en los principales hospitales del país, o por lo menos en los que mueven cantidades millonarias en medicamentos, porque se ha reconocido que la sustracción dolosa de medicinas abarca a distintas esferas de las estructuras hospitalarias y a lo que más se ha hecho referencia es al incesante robo hormiga, en el que participa una cadena humana de empleados públicos.
Pero el caso cobró mayor relevancia el sábado 17 de mayo, cuando este matutino publicó en su portada la fotografía de un médico que fue sorprendido con una carga de medicamentos dentro de su vehículo y para lo cual las autoridades respectivas informaron que no tenía autorización, aunque luego trataron de desmentir esa declaración, pero fueron más contundentes las palabras que pronunciaron los gobernantes respecto de los ilícitos en los centros hospitalarios.
Ayer, el presidente Otto Pérez Molina fue categórico al afirmar que todo vehículo que egrese de una instalación hospitalaria debe ser inspeccionado para buscar contrarrestar cualquier anomalía, y a ello se sumó la vicepresidenta Roxana Baldetti, reafirmando que “el que nada debe nada teme”, en alusión a que cuando existe la certeza del buen proceder nadie debería resistirse a una revisión, sobre todo porque esos centros hospitalarios han sido focos de denuncias y, de hecho, hasta se ha sorprendido a personas cometiendo otro tipo de fechorías.
Sobre lo que también es oportuno reflexionar es que con la publicación de esas informaciones, desde la semana anterior un grupo de seudoprofesionales la emprendió contra este periódico, incurriendo en la ligereza de confundir el mensaje con el mensajero, y en vez de repudiar las conductas impropias, giraron sus dardos hacia otro lado, con tan lamentable tino que el presidente de la República tuvo que reafirmar ayer la necesidad de poner más control en esos centros, en los que es obvio que se incurre en ilegalidades.
Afirmar, como lo intentó el director de ese hospital posteriormente, que las muestras se las entregan a los médicos y no al centro asistencial resulta un argumento ingenuo, porque habría que comprobar si esa misma oportunidad tiene un profesional fuera de esas instalaciones, lo cual permitirá comprender que las instituciones son las que facilitan que ciertas personas reciban un mejor trato de algunos proveedores y no confundirse, porque en otros espacios difícilmente gozarán de la misma consideración, algo que deberían comprender los más irreflexivos.