EDITORIAL
Hito en la cooperación para el desarrollo
Augurio de nuevas oportunidades de empleo y desarrollo constituye la participación de compañías estadounidenses dentro del plan Llamado a la acción, convocado por la vicepresidenta Kamala Harris y al cual se sumó oficialmente ayer el Grupo Mariposa de Guatemala, que de esta manera marca un hito en la visión del aporte empresarial local a la mejora económica que a su vez tiene incidencia en el desarrollo como vía ineludible para atajar las causas de la migración ilegal, que en los últimos días ha sido noticia por la tragedia de Chiapas.
Tal como lo afirma Juan Pablo Mata, CEO del Grupo Mariposa, quien participó en el anuncio de Harris, ayer, este proyecto aborda de forma innovadora las perspectivas de generar mejora económica a través del trabajo, la competitividad y la creación de nuevas eficiencias con sentido humano. “Hay una nueva generación de líderes empresariales que quieren ser parte de la solución. Somos una nueva generación de jóvenes que están seguros de que las empresas pueden representar un papel transformador para desencadenar el desarrollo económico social e inclusivo en nuestra región”, declaró Mata.
En efecto, actuales y futuros aliados de este proyecto visionario pueden coadyuvar a la construcción de un nuevo horizonte nacional y regional, puesto que Llamado a la acción abarca múltiples áreas del desarrollo a largo plazo: la inclusión digital, la integración financiera, la seguridad alimentaria y la agricultura inteligente en un entorno de adaptación climática y nuevas fuentes energéticas, la educación, el desarrollo de la fuerza laboral y potenciar el acceso a la salud pública preventiva para contar con comunidades más sanas.
Cambiar el paradigma reactivo por una estrategia de inversiones innovadoras, descentralizadas y dirigidas a aprovechar las fortalezas comunitarias y nacionales no solo hace sentido, sino que marca un hito de productividad. Este abordaje, a su vez, tendrá, en el mediano y largo plazo, un impacto directo en la gobernabilidad, la sustentabilidad económica y la desactivación de detonantes migratorios. Al existir oportunidades, perspectivas y espacios para la población económicamente activa, especialmente los jóvenes, se reduce el espacio a las bandas de estafadores que lucran con la necesidad y la precariedad, entre los cuales están los coyotes, pero también los politiqueros de poca monta.
Este plan abarca no solo a Guatemala, sino al Triángulo Norte. La suma de nuevas corporaciones empresariales constituye un hálito de esperanza, aunque se trate solo del inicio. Eso sí, se debe tomar en cuenta que las bandas delictivas, las mafias del contrabando y el narcotráfico reaccionarán a través de sabotajes, incremento de violencia, difusión de mensajes confrontativos e incluso exacerbación de la conflictividad, a fin de golpear las inversiones. A tales gavillas de facinerosos les conviene la miseria, puesto que solo a través de la misma pueden convertir a la juventud en carne de cañón para sus maléficos propósitos.
Es por ello que el Gobierno, en lugar de jactarse de aquello que no ha generado, debe asegurarse de replantear la estrategia de seguridad democrática integral, a fin de que los programas implementados por las empresas participantes puedan desarrollarse en un clima de armonía. Así también debe asegurar mejoras en la calidad educativa y la infraestructura vial, pilares clave para el despegue nacional, pero cuyos avances en el actual período todavía dejan mucho que desear.