EDITORIAL

Liderazgo es clave para el desarrollo

Desde hoy empieza la gestión 2020-2024 de las 340 corporaciones municipales que ayer tomaron posesión de los cargos y son la máxima autoridad local. El liderazgo de esas corporaciones, ejercido con responsabilidad, se convierte en un poder transformador que debe empujar el desarrollo de sus comunidades, aprovechando todas las oportunidades de un nuevo inicio.

El futuro podría ser brillante si, por ejemplo, se aprovechan las millonarias inversiones anunciadas en las últimas horas por países amigos que, junto a autoridades nacionales, se enfocarán en promover el progreso en varias regiones de Guatemala.

La Encuesta Libre efectuada en el 2019, al inicio del proceso electoral, por la firma ProDatos, reveló que el principal problema que los guatemaltecos perciben en sus comunidades es, en orden de la importancia que le dan, inseguridad, falta de agua potable, falta de empleo y el mal estado de las calles.

Además, en un ejercicio de participación ciudadana llamado Cabildo Abierto, a cargo de Prensa Libre y Guatevisión, en 21 ciudades del país, durante la campaña electoral pasada, los vecinos alzaron su voz y, aparte de los temas antes citados, afirmaron que el cuidado del medioambiente, el manejo inadecuado de la basura, el pésimo servicio de transporte urbano, la falta de transparencia en el gasto público y el desorden en los mercados municipales son aspectos que también les preocupan.

Hacerles frente a los problemas mencionados depende del liderazgo y compromiso de los alcaldes y concejales, pues más allá de que el Código Municipal enumera las atribuciones de las autoridades ediles, el ejercicio del gobierno local es responsabilidad, en buena medida, de quienes están al frente del mismo.

La tarea no será fácil para los alcaldes y sus concejos, pues a pesar de la relevancia que tienen estas figuras en la vida de cada localidad, la confianza de los guatemaltecos en las autoridades ediles apenas alcanza el 30 por ciento, por lo que recuperarla será una de las primeras tareas de esos funcionarios.

El comportamiento de la medición citada muestra que en abril de 2011 la confianza era del 34%, subió a 49 en abril de 2012, pero empezó a caer a 38 en abril de 2015. Hay que resaltar que este nivel de confianza es similar a la que la población tiene en los líderes comunitarios, pero casi es el doble de la que transmiten los diputados o la figura presidencial.

Sin embargo, en diversos municipios existen buenos ejemplos de gestiones exitosas que han avanzado en tratar de resolver las necesidades de sus comunidades, lo cual, para infortunio de los vecinos, a veces queda opacado por los comportamientos erráticos de algunos alcaldes que invierten tiempo y recursos en actos circenses que solo denigran la figura edil.

Un buen gobierno municipal tiene como características principales un liderazgo participativo, comunicación eficaz sobre los actos de la administración, capacidad de negociación y manejo de conflictos, trabajo en equipo, gobierno participativo, planificación de las acciones y que estas sean orientadas de acuerdo con los planes, el incremento de los recursos financieros municipales, promover la cooperación y la asociación entre municipios. Solo así se puede implementar el desarrollo y mejorar las condiciones de vida de las comunidades y sus habitantes.

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