EDITORIAL

Nada podrá borrar la impronta de elPeriódico

El escritor, dramaturgo y periodista Ismael Cerna fue apresado por su oposición a la intolerancia del general Justo Rufino Barrios. Desde la prisión, escribió: “¿Y qué? Ya ves que ni moverme puedo y aún puedo desafiar tu orgullo vano. ¡A mí no logras infundirme miedo con tus iras… tirano!”. En efecto, a lo largo de la historia guatemalteca la libertad de expresión y el periodismo crítico han sido una piedra en el zapato de gobiernos intolerantes y reacios a la cuentadancia. Decenas de periodistas han sido hostigados, perseguidos y hasta asesinados por sus ideales y denuncias. Y sin embargo, la labor de la prensa subsiste porque se trata de un servicio público. La libre expresión es una necesidad insustituible de la democracia y de un faro de dignidad indispensable.

A veces, las campañas de acoso y animadversión llegan a hacer parecer que un medio de prensa cierra a causa del fracaso en su labor, cuando en realidad ha sido ese ejercicio constante el que les acarrea ataques de todo tipo. Ese es el caso de elPeriódico, que para este día ha anunciado su última edición. Ahogo económico bajo presiones y asedio judicial fueron una constante a lo largo de su existencia. Su cierre obligado recuerda el hostigamiento económico y político contra la revista Crónica, que cerró en 1998.

El proceso contra el fundador y presidente de elPeriódico, Jose Rubén Zamora, encarcelado hace 10 meses, fue un fuerte golpe que no amilanó a su cuerpo de editores y redactores. Habrá diputados, exlegisladores, funcionarios y ex altos cargos que celebren el fin de un medio que denunció incontables casos de corrupción estatal, muchos de los cuales llegaron a procesos penales y condenas. Nadie podrá borrar eso.

El Ministerio Público ha exhibido una celeridad impresionante en el caso contra Zamora, incluidas las investigaciones contra periodistas y columnistas de elPeriódico autorizadas por el juez Jimi Bremer. No se piden concesiones ni privilegios, solo un proceso apegado a Derecho, que conlleva el de legítima defensa, y en el cual no se coarte la libertad de expresión si lo que se persigue son las opiniones contra funcionarios públicos en el ejercicio de sus cargos.

Las pesquisas en contra de periodistas a causa de sus críticas contra la persecución a la prensa contraviene el artículo 35 de la Constitución. Las garantías de Libre Expresión, Libertad de Acción y de Petición no pueden ni deben ser vulneradas por autoridad alguna, menos si es a causa de críticas, discrepancias o cuestionamientos a los alcances de la autoridad temporal con la cual están investidos. Medios de prensa nacionales e internacionales, comunicadores, empresarios, profesionales, académicos, artistas, activistas sociales y la Asociación de Periodistas de Guatemala han deplorado el cierre obligado de este medio de comunicación.

Investigaciones de elPeriódico sacaron a la luz contratos amañados, compras con dedicatoria, desfalcos, tráficos de influencias, nombramientos improcedentes, roscas de allegados e incoherencias entre discursos de gobernantes y sus acciones. Escribió la historia y lo seguirá haciendo a través del inmenso semillero de periodistas que surgieron en su sala de redacción. Lamentamos la cesantía de su planta de redacción, pero auguramos el resurgimiento de esos perfiles talentosos en nuevos medios y plataformas. La Libertad de Prensa y de Libre Expresión son los bastiones de la democracia y Guatemala no es, ni será nunca, Nicaragua.

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