LIBERAL SIN NEO

El clima de negocios

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En el más reciente informe de “”Doing Business”, Guatemala bajó ocho posiciones. Un amigo me preguntó ¿Qué podemos hacer para que Guatemala suba en el ranking de “Doing Business”—haciendo negocios? Con toda seriedad, le dije: dile a los diputados que se pongan las pilas. Ojalá fuera así de fácil, que con unos cuantos plumazos y decretos se pudiera mejorar sustancialmente el clima para hacer negocios en Guatemala. El “Índice de facilidad para hacer negocios” es un índice creado y administrado por el Banco Mundial. Una clasificación más alta para un país dado, indica un mejor y más simple marco regulatorio para los negocios y fuerte protección de los derechos de propiedad. Hay bastante investigación económica que demuestra una alta correlación entre un mejor marco regulatorio para los negocios y el crecimiento económico.

La puntuación y clasificación que obtiene un país se basa en el promedio de diez sub índices. A todos los índices se le antepone “procedimiento, tiempo y costo de…” empezar un negocio, obtener permisos de construcción, obtener energía eléctrica, el registro de propiedad, obtención de crédito, protección a inversionistas, impuestos, exportar-importar, cumplimiento de contratos y procesos de insolvencia.

Los diez sub índices resaltan que el Congreso podría ocupar un día pasando decretos para atender cada uno de ellos para mejorar la puntuación de Guatemala, sin que esto efectivamente mejorara de la noche a la mañana, el clima para hacer negocios en el país. Este es tan solo uno de muchos índices que producen un sinnúmero de organizaciones, para evaluar el ambiente empresarial de los países. Hay fuerte correlación entre estos diferentes índices; suelen ser los mismos que están mejor clasificados, están en el centro, o tienen las peores clasificaciones. También hay alta correlación con niveles relativos de riqueza o pobreza, educación, salud y prosperidad en general. El principal factor subyacente en la mayoría de estos índices tiene que ver con la calidad institucional; las reglas del juego y la certeza de su cumplimiento.

Cualquiera que haya pasado por el proceso de conseguir los permisos y autorizaciones de la Dirección General de Servicios de Salud, para producir alimentos procesados, o para un producto específico, ha pasado por grandes obstáculos, sufrimientos y costos. Lo mismo puede decirse de obtener una licencia de construcción, todas las nuevas ocurrencias de requisitos que a diario produce el MARN, o tratar de cobrar una deuda acudiendo a los tribunales. Parafraseando a un gran estadista, la mentalidad es: “Si produce, póngale requisitos, si vuelve a producir, aplíquele un reglamento engorroso y si sigue produciendo, ponga un impuesto especial. En todos los casos, exija muchos permisos, autorizaciones, sellos, firmas, tasas, licencias y multas”.

Guatemala podría mejorar por mucho el clima para hacer negocios en el país; requiere esfuerzo concertado y alto nivel de compromiso, que actualmente están ausentes. No hay escape ni misterio; la prosperidad no se alcanza con la redistribución y un ambiente hostil a la producción y el comercio. No se trata sólo de la Cicig o la corrupción; Guatemala tiene tres décadas de estar en la misma tendencia de estancamiento económico. Son las reglas del juego, la falta de certeza jurídica, la inseguridad y conflictividad, la cultura anti-empresa y la cosmovisión de lucha de clases. Sólo hay una manera de subir los salarios y mejorar el nivel de vida: aumentar el capital invertido por trabajador. Esto es verdadero para cualquier sistema de organización social.

fritzmthomas@gmail.com

ESCRITO POR:

Fritz Thomas

Doctor en Economía y profesor universitario. Fue gerente de la Bolsa de Valores Nacional, de Maya Holdings, Ltd., y cofundador del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN).