SI ME PERMITE

El perfil humano se manifiesta en su interés

|

“Temo el día en el que la tecnología sobrepase nuestra humanidad. El mundo solo tendrá una generación de  idiotas”. Albert Einstein

Muy poco productivo sería en la vida si simplemente hiciéramos lo primero que se nos ocurre o lo primero que se nos presenta.

El ser humano tiene una capacidad muy especial que con el tiempo debe ser cuidadosamente cultivada, este es el criterio de escoger qué es lo que queremos hacer y a dónde queremos llegar.

El criterio de escoger de uno está muy relacionado con sus intereses personales manifiestos o no y por otra parte es lo que quiere alcanzar.

Muchos de los que nos rodean se toman el tiempo de compartir lo que quieren lograr, con el más mínimo de los detalles, y es todo lo que hacen mientras otros, sin decir mayor cosa, están con una perseverancia indescriptible, paso a paso avanzan en sus sueños y alcanzan aquello que se propusieron.

Por la descripción anterior debemos ser cuidadosos en los intereses que tenemos y preguntarnos si estamos dispuestos a pagar el precio para llegar a esa meta.

Pero también se debe estar claro en si tenemos los elementos mínimos sobre los cuales estaremos poniendo todo nuestro esfuerzo y disciplina para ir construyendo el proceso y alcanzar la meta que nos hemos propuesto.

Debemos tener el debido cuidado de no confundir nuestros intereses con las cosas que nos convienen, porque si no somos claros de lo que nos interesa podemos invertir toda la atención en lo que otros hacen o lo que nuestro derredor está haciendo y no saber si en verdad nos conviene a nosotros como individuos y con lo que nos hemos trazado para la vida.

Hay que entender que la vida es un constante proceso de encadenar las cosas que nos permitirán llegar a donde estamos determinados a ir por lo que cada paso tiene que ser coherente.

Este criterio fácilmente confunde a los que nos rodean, porque cuando miran lo que escogemos y lo que nos interesa cuestionan nuestro destino.

Pero quien lo tiene que tener claro es uno, y para ello se debe ser determinado en cada paso, deteniéndose para asegurarse si es correcto lo que se está haciendo.

Quien tiene claro el destino lo traduce en su interés y su constante empuje hasta que lo logre y al hacerlo lo ve como lo más normal de la vida porque a eso estaba apuntando.

Claro que cuando está allí no es final de un proceso sino una etapa más del devenir de la vida.

Nuestro perfil humano es igual en todos porque somos humanos, pero se desarrolla y se expresa diferente en cada uno de nosotros porque nuestra individualidad es el elemento que determina por qué y el cuándo se hace lo que se hace.

Esta es la razón por la cual algunos consejos que recibimos son irrelevantes, aunque muy bien intencionados porque simplemente nuestro interés está establecido y no se busca la aprobación de los que nos rodean, sino más bien el que se nos dé el espacio suficiente para poder alcanzar lo que nos hemos propuesto.

Nuestra sociedad estaría mucho mejor si más gente supiera lo que quiere hacer en esta vida y estuviera ocupada en ello.

Sin embargo, es muy común ver a muchas personas deambular en la vida viendo si algo resulta favorable para poder disfrutarlo.

Aunque seamos de la minoría, es mejor ser de aquellos que sí saben lo que quieren y su persistencia en algunos momentos inquiete a los demás.

samuel.berberian@gmail.com

ESCRITO POR:

Samuel Berberián

Doctor en Religiones de la Newport University, California. Fundador del Instituto Federico Crowe. Presidente de Fundación Doulos. Fue decano de la Facultad de Teología de las universidades Mariano Gálvez y Panamericana.

ARCHIVADO EN: