EDITORIAL
Es muy temprano para predicciones
El panorama electoral del país ya se encuentra definido en cuanto a quiénes son los participantes en la segunda vuelta, pero aún es muy temprano para predecir la forma como se comportará el electorado que no votó por quienes ocuparon el primer y segundo lugares. Ello depende de la velocidad de las acciones propagandísticas de Jimmy Morales y Sandra Torres, así como de sus equipos de trabajo.
Según los datos proporcionados por el Tribunal Supremo Electoral, Morales obtuvo un millón 152 mil votos y Torres, 948 mil, para una diferencia de 204 mil. El resto de votos suma 2.7 millones, cifra que señala el terreno donde se realizará la corta campaña previo a la segunda vuelta, el 25 de octubre, a solo 37 días de distancia. Esto implica que por lo menos los dos contendientes contarían con el caudal de votos obtenidos en la primera vuelta.
La confrontación será meramente personal, porque existen muchas posibilidades de que aumente el factor emocional en la población. Los mensajes a la ciudadanía deben ser muy claros, pero teniendo cuidado de que se refieran a aspectos de fondo, no tanto de forma. Esto no es contradictorio: la escogencia será el resultado de una actitud emotiva, basada en mucho en que las promesas y afirmaciones de campaña tengan solidez y al mismo tiempo sean percibidas como realizables.
Esa emotividad en la escogencia se referirá sobre todo a dos temas: uno, decidir si se le debe dar el beneficio de la duda a quien es percibido como alguien nuevo en la política y, por tanto, sin posibilidades válidas de ser relacionado con la organización de los últimos gobiernos. El segundo es el razonamiento contrario, resumido en que más vale lo viejo conocido, aunque en mucho sea negativo, que lo nuevo por conocer. Estos criterios aparecerán en los mensajes proselitistas de los aspirantes.
No se pueden dejar a un lado los más de 900 mil ciudadanos que votaron por Manuel Baldizón y que se encuentran sin poder escoger al político ahora desaparecido del escenario por inesperada voluntad de quien creó la agrupación que fue herida de muerte. Ellos también pensarán de la manera señalada en el párrafo anterior, y entonces la estrategia de Morales y de Torres debe tomar en cuenta a ese número de ciudadanos, a quienes deben convencer de no alejarse de las urnas de octubre.
En referencia a esto último se debe agregar que tradicionalmente la participación en la segunda vuelta tiende a disminuir en los departamentos, debido a que el mayor interés de asistir a las urnas lo despiertan las elecciones de los alcaldes, funcionarios que están más cerca de los ciudadanos que las autoridades del lejano gobierno central.
La elección nadie la debe dar por ganada y se debe tener presente que las alianzas son otra fuente de posible fracaso, si por cualquier motivo no agradan a una ciudadanía que acaba de descubrir la fuerza de su poder. Todas estas circunstancias hacen que la complejidad electoral sea distinta, pero aún se mantenga. Estos pocos días interelecciones serán el escenario de un proceso que no deja de presentar sorpresas y hechos inesperados, pero que a pesar de ello ayuda a lograr pronto los cambios que la población espera y exige.