CATALEJO

Hermanos Castro ganaron la batalla

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HOY Y MAÑANA SE LLEVARÁ a cabo en Cuba un hecho impensable hasta hace poco tiempo: la visita de un presidente estadounidense a Cuba. La posibilidad era remota incluso luego de haberse realizado el inicio de la normalización de las relaciones entre ambos países, a causa de las negociaciones secretas con el auxilio del Vaticano. Pero ya es un hecho y con eso es posible afirmar el entierro final de todo vestigio de la Guerra Fría, por la cual la isla gobernada por los hermanos Castro desde hace 57 años estuvo a punto de provocar un enfrentamiento nuclear entre la entonces existente Unión Soviética y Estados Unidos. Todo tiene su fin y la presencia de Barack Obama y su esposa es simbólica, también clara en señalar a quién ganó.

LOS HERMANOS CASTRO ganaron. Se debe admitir con toda claridad, sin tapujo alguno, lo cual provoca satisfacción y alegría o enojo y resentimiento en algunos sectores, ambos minoritarios y superados por los acontecimientos históricos iniciados en el mundo a consecuencia de la caída del Muro de Berlín, en 1989; es decir, hace 27 años. Ello no significa dejar de buscar los calificativos y analizar el hecho de hoy, ni necesariamente implica un apoyo al régimen cubano. No hubo un claro vencedor ni un evidente vencido, pero sí es posible calificar como ganador a quien hizo menos y especialmente en menor cantidad de temas importantes en sus posiciones a la hora de negociar exitosamente con un adversario de tanto tiempo.

EN ESOS LARGOS 57 AÑOS, UN total de once presidentes gobernaron a Estados Unidos, mientras en Cuba se mantuvieron las mismas personas. La presión estadounidense comenzó a ceder, aunque se mantiene el bloqueo, y sobre todo cambiaron la idea de exigir numerosas de las condiciones políticas de las democracias occidentales. Poca vida queda a los hermanos Castro, pero morirán satisfechos por haber resistido tanto tiempo. Se mantuvieron firmes y ahora ven con satisfacción cómo el cambio estadounidense ocurre sin necesidad de obligarlos a cambiar a ellos. Cuba ya no es una amenaza militar para nadie, pero en el campo de la imagen de enfrentar a una superpotencia, se han colocado en posición similar a la de Vietnam.

LA RELACIÓN CUBA-EE. UU. SERÁ entonces como la existente desde hace mucho tiempo con China Comunista: buscar una democracia económica —por decirlo así— y mantener sin cambios una dictadura política comunista, por lo cual seguirá también siendo realidad el irrespeto a los derechos humanos y políticos y con ello la anulación de los prisioneros por razones ideológicas, la libre expresión de pensamiento para criticar la verdad oficial, etcétera. Los turistas y los empresarios comenzarán pronto a llegar y, pese a las limitaciones de infraestructura, sin duda se convertirán en un cambio económico notable, porque evidentemente con facilidad influirán en cambiar realidades económicas como el salario promedio mensual de apenas 24 dólares.

CUALQUIER CAMBIO EN LOS derechos antes indicados, aunque sea mínimo, solo ocurrirá luego de la muerte de los Castro. Nada está escrito, porque es un enigma cómo se encuentran las facciones del poder dentro del régimen. Para Guatemala, la visita es una prueba de la necesidad de cambiar de actitud ante un país con el cual históricamente hubo buenas relaciones antes del triunfo del castrismo en 1959. La sensación de quienes vivimos en nuestra niñez todo el drama de los sucesos de Cuba y de la relación de nuestro país en todo esto, es en realidad ambivalente. Esa reanudación de relaciones responde a la historia actual y de hecho solo irrita a quienes debieron salir de su patria y les fue imposible mantenerle el amor en sus hijos y sobre todo sus nietos.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.