EDITORIAL

Ineludible ruta hacia el cambio

Finalmente, el Organismo Ejecutivo se ha puesto manos a la obra en renovar una maquinaria que arrastra una histórica resistencia al dinamismo y por lo que la administración pública es poco funcional. Con los cambios anunciados el jueves en los ministerios de Trabajo, Cultura, Ambiente y Educación se comienzan a dar pasos concretos para implementar a fondo una gestión de transición, breve sí, pero sobre la cual hay mucha expectativa.

Una de las ventajas que tienen los actuales gobernantes es que por las circunstancias de su llegada deben aprovechar esa coyuntura para emprender reformas de fondo, que contribuyan a reconfigurar este sistema que ha estado al servicio de los inescrupulosos. Por ello es que los cambios deben continuar y deben revisarse aquellos ministerios en los cuales ocurrieron nombramientos sorpresivos y sospechosamente oportunistas en los días que precedieron a la estruendosa renuncia de Otto Pérez Molina.

Este es el caso del Ministerio de Gobernación, donde los agentes encargados de la seguridad pública se han visto sometidos a un desgaste debido a las carencias que enfrentan y a las pocas acciones para auxiliarlos. Luego hay múltiples denuncias sobre abusos y maltrato y de que no se les provee de los viáticos necesarios, como ocurrió durante las elecciones, cuando iniciativas particulares permitieron una extraordinaria muestra de solidaridad, que la ministra rechazó al decir que era algo ilegal, no obstante la precariedad.

A ello también se suma la forma poco inexplicable con la que fue tratada la ex vicepresidenta Roxana Baldetti, en su traslado hacia un centro de reclusión, el cual se produjo bajo una oleada de protestas, por los evidentes privilegios que se notaron en cuanto a los vehículos que la movilizaron y los agentes que la custodiaron, lo cual contrasta con el trato que reciben otras personas involucradas en ese caso y que evidencian cómo puede ser tan relativa la igualdad ante la ley.

En contraste, el Ministerio de la Defensa sale al paso de las críticas formuladas a través de diversos medios, al desligarse de cualquier favoritismo hacia la exfuncionaria, y recomienda que sea trasladada a un hospital público o que en todo caso sea el Ministerio de Salud Pública el que asuma esa responsabilidad.

No obstante, las oportunidades del presidente Alejandro Maldonado para mantener e incluso ampliar la buena expectativa que se tiene de su mandato es revisar el actuar de todos los funcionarios, pero sobre todo de aquellos cuyos nombramientos despertaron suspicacias e incluso rumores en círculos empresariales, pues ocurrieron en circunstancias de mucha tensión y de escasa meditación.

El nombramiento de los nuevos ministros es un excelente primer paso como para continuar con la depuración de todos aquellos personajes ligados por cualquier motivo a sectores con posibles conflictos de interés, precisamente para atajar de manera sagaz cualquier señalamiento de continuismo. De hecho, podría haber valladares en este intento, pero en este momento pesa mucho más el papel histórico que escribe ya el gobierno de transición.

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