CATALEJO

Los efectos ocultos

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Una reciente noticia, preocupante por sus motivos e implicaciones, salió a la luz pública ayer, cuando la Dirección General de Migración señaló la posibilidad de NO CONTAR CON libretas de pasaportes para el próximo año, a causa de retrasos en la licitación, falta de firma el contrato, problemas, y así un largo etcétera. Podría ser capeado temporalmente si se les colocan un sello a los documentos vencidos, pero no es posible hacerlo en los casos de personas a quienes por primera vez les debería ser entregado el documento. Una nueva traba más a las actividades normales ciudadanas a causa de la ineptitud del sistema del Estado, en general. Y una traba con efectos ocultos.

Los pasaportes sellados corren el peligro de no ser aceptados o de causar sospechas en otros países, en momentos cuando en el mundo entero suenan las alarmas en las oficinas de migración de los aeropuertos y demás lugares de entrada a los países cuando la documentación presentada por un viajero tiene la más mínima falla. Todo lo relacionado con viajes constituye una cadena cuyos eslabones deben estar perfectamente integrados. A causa de crecimiento del número de pasajeros, cada vez es más complicado realizar las reservaciones necesarias y por ello la cancelación de un viaje puede significar problemas enormes, no sólo por la carencia de pasaportes.

El mal estado de las calles y carreteras, el aumento de vehículos, afecta a los viajes de los ciudadanos nacionales y extranjeros. Si a ello se le agrega la desorganización en las instalaciones del aeropuerto, todo se convierte en un laberinto de efectos de todo tipo, especialmente económicos. Unos son directos, como los derivados de toda esta amalgama de demostraciones de incapacidad. Pero los indirectos son igual de peligrosos, al ser el efecto del relato de las víctimas a sus círculo cercano y la recomendación de no visitar a Guatemala, donde para ajustar los problemas les espera una situación delictiva desarrollada.

El diablo en la tradición

La quema del diablo el 7 de diciembre es una tradición casi  en vías de extinción, por algunas de sus característica: el humo y el olor de la pólvora durante algunos minutos. Al ver desde el Mirador a la ciudad bajo los efectos de esta celebración es fácil notarlos. Y en las últimas décadas se han visto cambios, desde agregar colchones y toda clase de objetos de tela, lo cual no pasaba hasta los años setentas del siglo pasado. Pero en cierta manera se mantenía el espíritu de la celebración, con su ruidosa aureola de cohetes. Sin embargo, en los últimos años en la Antigua Guatemala ha habido algunos cambios preocupantes.
 
El año pasado, los vecinos antigüeños, como consecuencia de la mala admistración edil, hicieron un piñata con la figura de la alcaldesa, luego destruido y rehecho. Pero mantenía las características de las piñatas. Este año, hace algunos días, me sorprendió recibir una invitación para ir a ver el tour oficial de “el anticristo”, con un costo de 280 quetzales y punto de salida el parque central. Pero  esta vez, el diablo colocado en la entrada de la ciudad colonial ya no es una piñata, sino una escultura perfecta, destruida por desconocidos en la noche, y luego reconstruida con parches como si hubiera ido al IGSS.
Esta degradación de una tradición, me parece innecesaria y sobre todo retadora, porque no se trata de las pequeñas piñatas con una figura de caricatura del diablo. De alguna manera se puede interpretar como una instigación y a causa de ello, como un nuevo motivo de división entre los ciudadanos. Algunas personas la ven como un caso de ingenio, pero es una manera de verlo chocante con la de quienes tienen una opinión distinta de quien es el espíritu del mal. Sin entrar en criterios basados en temas religiosos, no lo considero un asunto superficial ni explicable desde la perspectiva del mantenimiento de las tradiciones.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.