Mafiosos asedian atractivo turístico
Las modalidades empleadas para este robo van desde burlar controles o alterar registros contables para reportar menores ingresos, hasta lograr que muchos extranjeros les devuelvan el boleto de ingreso para que ellos lo puedan revender y quedarse con el monto.
En los últimos tres años está reportada una sensible baja en el número de visitantes a ese parque, pues en el 2008 el ingreso anual fue de 174 mil 710, y para este año la cifra fue de 86 mil 889, lo que representara una caída del 50 por ciento, lo cual podría confundir a los incautos que ven la merma como consecuencia de la crisis económica mundial.
Lo curioso es que junto a la drástica reducción de esos ingresos también aumentaron las denuncias sobre manejos anómalos del sistema de cobros por ingresar en ese histórico complejo.
A nuestra redacción llegó la queja de un ciudadano chileno sobre la inmoralidad de un empleado del parque, quien le pidió, cuando este salía, que devolviera el pase de entrada, con la obvia intención de volverlo a vender, cuando este es precisamente el documento que puede facilitar una adecuada rendición de cuentas.
El cúmulo de ilegalidad que nadie parece combatir es el ingreso de turistas por pasos ilegales, alteración de recibos de cobro, que para un extranjero se tasa en Q150, pero que el valor registrado oficialmente en la copia es de Q25, como si fuera un turista nacional, y en esto se denuncia la participación de empleados del parque y guías de turismo, que son los más señalados por los administradores del lugar, quienes buscarían lavarse las manos de este problema que impacta en uno de los principales atractivos del país, sobre todo a las puertas del emblemático 2012.
Es claro que muchos de esos actos no se producirían si no existiera un silencio cómplice o cierto contubernio para que esas redes criminales proliferen y operen a su antojo, pues tampoco es el primer caso donde empleados inescrupulosos actúan libremente, ya que resulta inconcebible que burócratas de menor jerarquía puedan incurrir en esos ilícitos si no contaran con el consentimiento e incluso la protección de altos jefes, de quienes debería suponerse que también colaboran en el hecho o simplemente no cumplen con su trabajo.
Hoy Tikal es el centro del inmoral proceder de quienes lucran con su atractivo y, lejos de cuidarlo y protegerlo, están poniendo en evidencia un modelo nacional de corrupción que indudablemente se da en muchas otras entidades públicas, pero que no por ello debe ser tolerado por las autoridades competentes; además, debe motivar una seria investigación, porque no es un negocio de centavos, ya que en el 2008 se hablaba de un ingreso de Q17.6 millones, pero resulta que para este año la recaudación cayó a Q8 millones.