PLUMA INVITADA

Múltiples manifestaciones

Roberto Chávez Zepeda

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Manifestar, Exponer, Exhibir. En los últimos meses ha sido muy notoria la presencia de grupos de interés manifestando su disconformidad por diversos actos del gobierno actual o por la carencia de ellos, y se movilizan hacia la Plaza de la Constitución, frente al Palacio Nacional de la Cultura, o a la 9ª. avenida, frente al Congreso de la República, frente al Palacio de Justicia, 7ª. avenida y 20 calle, o a la 11 avenida y 9ª calle, frente a la Corte de Constitucionalidad.

Vale la pena recordar que esos manifestantes, si no se les atiende y resuelven sus demandas en forma satisfactoria y adecuada, se convierten en grupos de presión que fácilmente alcanzan cierto grado de politización y se ven impelidos, por unas u otras razones, a actuar en la esfera política, lo cual no es conveniente para un gobierno en ninguna de las etapas de su gestión, porque dependiendo del grado de politización alcanzado por el grupo, se le unen una o varias agrupaciones políticas cuya suma de motivos es total e impredecible, como ocurrió el 25 de abril del 2015 en Guatemala, cuando la población se unió bajo un solo reclamo: la corrupción.

El actual gobierno debe tomar en cuenta que los grupos de presión no se forman solo por empleados públicos o sectores obreros y campesinos con solicitudes específicas, sino también por otros sectores. Por ejemplo, cuando un partido gobernante o el Gobierno mismo, a los pocos meses de haberse estrenado, no da muestras positivas de su gestión, los sectores económicos, sociales, políticos, institucionales y otros sin denominación pueden organizarse y actuar.

¿Por qué es importante para un gobierno poner interés en cada una de las manifestaciones que se dan, por insignificantes que parezcan? Porque al igual que en la patología humana, cualquier manifestación que presente el cuerpo es un síntoma que si no se atiende oportuna y eficazmente, tiene que desarrollar un síndrome que no es más que un conjunto de síntomas característicos de una enfermedad que puede llegar a ser grave, lo que en Administración Pública equivaldría a autogenerarse graves problemas políticos, como le está sucediendo a la presidenta Dilma Ruseff, en Brasil.

Una frase lapidaria de los latinos es vox populi vox dei —la voz del pueblo es la voz de Dios—, pero los políticos gobernantes tradicionalmente nunca le han puesto atención.

El pueblo guatemalteco que protesta no lo hace porque esté en contra de la agricultura, sino de los cultivos extensivos; tampoco está en contra de la generación de energía eléctrica, sino del uso inadecuado de la hidrografía de Guatemala para tal fin.

* Politólogo independiente 
rochaz71@gmail.com

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