Relación chapina con dos papas santos
Para los guatemaltecos católicos, y en general para muchos de quienes pertenecen a alguna denominación no fundamentalista, la ceremonia tiene un interés especial, porque los dos papas que serán canonizados han tenido una relación directa con Guatemala. Esto establece un vínculo que se ha manifestado en numerosas ocasiones, y que se inició cuando una de las encíclicas de Juan XXIII se refirió a detener la sangrienta confrontación que tenía lugar en varios países latinoamericanos como consecuencia de la Guerra Fría entre las dos superpotencias.
Su interés más directo se manifestó con la fundación de un hogar para acciones caritativas que fue bautizado con su nombre, y que aún hace obra social entre los guatemaltecos. La figura del papa bueno, con imagen de abuelo cariñoso, fue prontamente aceptada en las tierras guatemaltecas, que se ensangrentaron por 36 años con el conflicto interno.
La relación de Juan Pablo II con Guatemala es más conocida, porque es más reciente, aunque haya abarcado un lapso de 19 años: 1983, 1996 y 2002, que lo llevaron por la capital, Esquipulas, Antigua Guatemala, Quetzaltenango y otros lugares del territorio nacional. La primera de esas visitas se llevó a cabo en un ambiente político tenso, cuando el entonces jefe de Estado, Efraín Ríos Montt, respondió con un fusilamiento a reos condenados por tribunales secretos a la petición de clemencia del papa visitante dos días antes de su llegada. Incluso la alfombra de aserrín, de varios kilómetros de largo, tuvo parte de tradición y también de ser una no muy sutil muestra de rechazo al gobernante.
Obviamente, la tercera visita de Juan Pablo II a Guatemala fue el escenario de canonización del Hermano Pedro, un hombre dedicado a hacer el bien en la hoy llamada Antigua Guatemala, cuando esta era la tercera ciudad en el continente americano y que, por tanto, puede ser válidamente considerado el precursor de la asistencia social, no solo en el país, sino en el entonces imperio español.
Para Guatemala es importante señalar esto, porque demuestra que al mayor nivel de mando de instituciones de jerarquía mundial hay interés por lo que sucede en esta tierra. Los papas están llamados a ser personajes de primera línea, a causa de que sus mensajes no están basados en la fuerza, sino en los valores, un tema que en este momento es tratado con especial y profunda seriedad por el sumo pontífice Francisco, quien afianza su papado con la canonización de dos de las figuras más importantes de la Iglesia Católica actual.