REGISTRO AKÁSICO

Respeto a la voluntad popular

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Una provocación consiste en tapar una carretera con un piquete de 30 mujeres campesinas, donde se lleva un rótulo de cinco metros y son ayudadas por otros 10 activistas de la ciudad que pueden quemar unas llantas de automóviles para hacer más aparatoso el suceso. Deja de ser una provocación cuando la mayoría de los ciudadanos de uno o varios municipios se manifiestan.

La provocación es la escenificación consciente de la conducta desviada y, en consecuencia, de alteraciones en el transcurso del acontecer social, producidas para llamar la atención de los copartícipes en la acción sobre problemas o relaciones sociales estructurales discutidas, o bien para obligarlos a nuevas definiciones de actuaciones sociales y a los correspondientes cambios de posición, tal como lo definen los seguidores de Günter Hartfiel, conocidos como los enciclopedistas de la Sociología. Entre ellos, el más relevante es Karl-Heinz Hillman.

No se hable de la teoría, sino de la razón por la que se utiliza la provocación por parte de algunos grupos sociales o por funcionarios que actúan a la sombra del poder.

Los piqueteros mueven a la lástima cuando son los únicos presentes en la acción directa. El grupo fue reclutado por su pobreza antes que por conciencia. Para ellos, recibir un estipendio significa la diferencia entre el hambre y sobrevivir. Ser reclutador de piquetero no es fácil. No solo es una cuestión de dinero, se necesita un historial de contrataciones, que necesita reiterarse para tener posibilidad de convocatoria. Muchos de los reclutadores son agentes provocadores, término acuñado en Francia para referirse a las personas que inducen a actitudes violentas que susciten la represión policial o desprestigio de la organización o causa que defienden, debido a que son empleados de organizaciones del crimen organizado.

La actuación de piqueteros que no se constituyan en un movimiento político con incidencia electoral conviene a los funcionarios que utilizan al aparato de Estado como una vía de enriquecimiento. En primer lugar, asustan a los rentistas y dañan a los grandes empresarios. Dada la influencia de estas personas por su situación y riqueza, empujan a votar por aquellos que prometen no tener contemplaciones con la violación de los derechos de libre locomoción, los “manos duras”.

En segundo lugar, es una manera barata de hacer propaganda en contra de causas justas y visiones políticas que afectan intereses dominantes. Muchas personas sufren menoscabo en sus pequeños negocios o en viajes necesarios para solventar dificultades de salud o trámites administrativos. Es un mecanismo similar a una vacuna, pues se inocula un número pequeño de agentes patógenos que provocan una reacción que anula la acción presente y futura de los mismos.

En tercer lugar, al llamar la atención sobre la conducta desviada, se permite que grandes negocios no alcancen la atención pública. Hasta muertos se pueden generar, por lo encendido de las pasiones. Los funcionarios de toda índole, policías, agentes del MP, empleados de la PDH, etc. se concentran, mientras en salones y restaurantes se cierran grandes negocios sobre la cosa pública.

Cuando grupos dominantes capitalistas ya no pueden ser engañados por funcionarios enquistados en los aparatos de represión y optan por desarrollar las vías legales democráticas para encauzar el conflicto social un país progresa.

La Cámara de Industria de Guatemala pide que se reglamenten las consultas de buena fe, previas e informadas contenidas en el Convenio 169 de la OIT. ¡Enhorabuena!

http://registroakasico.wordpress.com

ESCRITO POR:

Antonio Mosquera Aguilar

Doctor en Dinámica Humana por la Universidad Mariano Gálvez. Asesor jurídico de los refugiados guatemaltecos en México durante el enfrentamiento armado. Profesor de Universidad Regional y Universidad Galileo.