EDITORIAL

Voces favorables a una causa justa

Varios guatemaltecos residentes en Estados Unidos, vinculados con dirigentes que velan por la causa de los migrantes, hicieron un claro, contundente y justificado reclamo a las autoridades guatemaltecas: quieren acciones concretas y apoyo real para evitar el incremento en las deportaciones, un riesgo cada vez más latente a raíz del reciente triunfo de Donald Trump.

La amenaza de la victoria republicana es muy real, y por ello debieron reunirse de manera apresurada los cancilleres de México, Honduras, El Salvador y Guatemala, para implementar una ofensiva diplomática con recomendaciones y acciones a favor de quienes cada vez con mayor frecuencia enfrentan hechos que parecen ratificar el inminente inicio de una campaña de abierta hostilidad hacia muchos extranjeros.

Sin embargo, hasta ahora la diplomacia de estos países parece haber emprendido acciones que no logran tranquilizar a los connacionales, porque para algunos parecen insuficientes, poco convincentes o muy lejanas para una pesadilla incesante, sobre la cual ningún gobernante ha dado muestras de interesarse con responsabilidad.

Muchos de los consultados creen que someterse a mayores registros de documentación también puede ser estéril y difícil porque requerirá recursos financieros escasos y en todo caso podrían servir para otros propósitos. Muchos también se sienten abandonados por los gobernantes, incluido Jimmy Morales, pues solo se acuerdan de ellos en tiempo de campaña electoral.

A estas alturas ya debiera existir un profundo acercamiento con organizaciones defensoras de derechos civiles y humanos, pero sobre todo con sectores ligados a bufetes especializados en la defensa de esas causas. Pero no es algo para endosarle a los migrantes, sino acciones que deben emprender también los gobiernos por tener las mayores facilidades de comunicación

Cualquier emprendimiento en torno a la defensa de esta causa requerirá recursos financieros para apoyar a esas organizaciones y probablemente a más de algún bufete con experiencia en temas migratorios, porque son quienes conocen más de cerca la problemática e incluso pueden reducir los esfuerzos de la burocracia.

Guatemala no puede darse el lujo de fracasar en este esfuerzo, y aunque el nuevo mandatario estadounidense asumirá el cargo hasta dentro de dos meses, fluye información que alerta sobre las intenciones de sus asesores respecto de las deportaciones.

Algunos guatemaltecos volcados a la causa de los migrantes indocumentados recomiendan a los responsables de la diplomacia centroamericana lanzar una masiva campaña de información, con palabras sencillas, para dotar a los migrantes de conocimiento básico para la defensa de sus más elementales derechos.

Esto es crucial y podría llevar tranquilidad a miles de guatemaltecos, al borde de la paranoia con tanta exhortación a mantener la calma, cuando es probable que muchos de ellos no puedan ni siquiera atender el llamado de acudir a las oficinas para regularizar su documentación, si es muy probable que esa no sea una de sus prioridades. La tarea gubernativa urge.

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