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En Guatemala se suman iniciativas al arte de cero desperdicios (sectores y ejemplos sostenibles)

Incentivar la competitividad y procurar la sostenibilidad y la inclusión son las principales metas de la bioeconomía y la economía circular.

Las pinturas ecológicas son un apoyo seguro para cuidar el medioambiente y la salud. La planta de pinturas ecoamigables de Biotech Group tiene como pilar  el cero desperdicio. (Foto Prensa Libre: Juan Diego González)

Las pinturas ecológicas son un apoyo seguro para cuidar el medioambiente y la salud. La planta de pinturas ecoamigables de Biotech Group tiene como pilar el cero desperdicio. (Foto Prensa Libre: Juan Diego González)

¿Sabía que en Latinoamérica se desperdician 127 millones de toneladas de alimentos por año? El 50 por ciento corresponde a frutas y hortalizas, 40 por ciento a raíces y tubérculos, y 10 por ciento a oleaginosas, legumbres, carnes, lácteos o cereales, entre otros.

Además, se desaprovecha un gran porcentaje de la biomasa generada por cultivos y ganadería en los procesos de transformación y comercialización, porque es considerada residual, y en muchos casos el impacto en el medioambiente es negativo.

Por ejemplo, la biomasa residual puede llegar a representar el 60 por ciento de la caña, del café, del suero o de los cítricos, explicó Hugo Chavarría, gerente del Programa de Bioeconomía y Desarrollo Productivo del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).

En opinión del especialista, el fomento nacional de la bioeconomía podría contribuir a la conservación de los ecosistemas, apoyar la regeneración de la biodiversidad en los territorios y mejorar la eficiencia en los ciclos productivos. Además, al uso responsable de recursos renovables y energías limpias para producciones sostenibles, así como crear emprendimientos que desarrollen nuevos y mejorados productos y servicios para el consumo local.

Tanto la bioeconomía como la economía circular se basan en optimizar los recursos para lograr la eficiencia ecológica y aminorar la huella de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).


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Ambas reducen la demanda de carbono fósil y dan una valorización de los gases que emanan de los desechos.

La diferencia entre estos dos conceptos radica en el uso de los elementos.

La bioeconomía, por un lado, es la estrategia que incorpora nuevos elementos de origen biológico que no se utilizan en la actualidad o tienen más potencial. Asimismo, incluye a más sectores, aparte del agrícola, como la industria, el transporte y la alimentación.

Por otro lado, la economía circular busca el fin de la tradicional cultura de “usar y tirar”, al privilegiar las 3R -reutilizar, reciclar y reducir-, con lo cual se pasa de una economía lineal a una circular, refirió el Colegio Oficial de Biólogos de la Comunidad de Madrid.

Un mercado para crecer

Los mercados de la bioeconomía han aumentado de cinco a siete veces las tasas de la agricultura primaria -hacia donde se dirige la región-, dijo Hugo Chavarría, gerente del Programa de Bioeconomía y Desarrollo Productivo del IICA.

Productos básicos de la agricultura y ganadería, como el aceite vegetal, azúcar, raíces, tubérculos, cereales, lácteos y carnes -base fundamental de la producción y exportaciones agroalimentarias de Latinoamérica–, en cambio, han crecido a tasas anuales inferiores a 4.45 por ciento en la última década.

Los sectores de base biológica con más valor como los biocombustibles, bioplásticos y biofertilizantes crecieron 25, 20 y 14%   en los últimos cinco años.

Al desarrollo de esos modelos de negocios, en la mayoría de los casos le ha faltado fomento estatal. Recientemente, los tomadores de decisiones en la región han visualizado y reconocido el potencial de la bioeconomía, y los países han desarrollado instituciones e instrumentos de política pública para su promoción. En agosto del 2020 Costa Rica se convirtió en el primer país de América Latina y el Caribe con una estrategia nacional dedicada a la promoción de la bioeconomía.

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Café entre sombras y miel

Finca El Pantanal, El Cielito, Cuilapa, Santa Rosa

Uno de los cultivos amigables con el medioambiente es el café, principalmente porque al hacer un buen manejo de este se  aprovecha casi toda la planta y se obtienen subproductos de los residuos en cada  proceso, comentó Dulce Romero García, gerente de Comercialización y Servicio al Cliente de Café Ambrosía de Guatemala.

“El café de Ambrosía se cultiva en un bosque que proporciona más que un grano de café para tostar y beber”, afirmó Romero, porque los bienes que se obtienen desde su cultivo, además del fruto, se convierten en madera para leña como resultado de la poda del cafeto y árboles de sombra que son parte fundamental del sistema agroforestal del aromático en Guatemala.

Dentro de un cafetal se obtienen frutas, flores y plantas ornamentales como orquídeas silvestres, así como especies medicinales y comestibles como pacayas, malanga, macuy y flor de izote, entre otras.

“En nuestro caso particular también aprovechamos el espacio para sembrar banano, porque además de dar sombra, el fruto se comercializa cuando no hay cosecha de café”, añadió la profesional.

Además, la finca cuenta con un pequeño apiario del cual se extrae miel de abejas que apoyan en el proceso de polinización de las plantas.

Las hojas secas que se desprenden de los cafetales y otras especies de plantas se convierten en materia orgánica que nutre los suelos y sirven de alimento para aves, reptiles, insectos, ardillas y otras especies que cohabitan en el lugar.

Un bosque de café, aparte de conservar la biodiversidad, producir oxígeno y contar con fuentes naturales de agua, genera belleza natural y se adapta muy bien para realizar actividades de ecoturismo, montañismo y recreación.

Aplicación de la bieconomía

Romero explicó que en cada etapa de la cadena de valor, y dentro de los procesos de transformación de la materia prima -desde la semilla hasta el grano tostado y molido-,  se obtienen subproductos como aguas mieles resultantes del proceso de lavado del café que se reutilizan para abono foliar, al cual se le agregan componentes  que degradan la acidez del agua y luego de pasar por un proceso de reposo se puede aplicar  a la planta como abono para las hojas.

La pulpa o cáscara del fruto se seca y se reintegra   como abono orgánico para las raíces.

Actualmente existen otros usos como el consumo de la cáscara del café para conservas, infusiones o tisanas.

El mucílago del café se utiliza como compost y recientemente se ha escuchado sobre su uso en la industria cosmética por sus propiedades energéticas y antioxidantes.

La cascarilla o cascabillo del café que resulta después de realizar el proceso de beneficiado seco también se puede reutilizar como sustratos para elaborar almácigos de café, así como fibra para elaborar productos alimenticios para ganado y como combustible para las guardiolas de secado del grano.

Luego de la preparación de la bebida, el residuo del café molido se puede usar como abono para las plantas doméstcas, elaboración de velas aromáticas, jabones, exfoliantes caseros y otros.

En opinión de Romero, aplicar la bioeconomía es muy importante porque se aprovechan al máximo los recursos obtenidos del cultivo de café y ayuda a reducir costos, pues se reutiliza y se reintegra la mayor parte de la planta y sus residuos a la misma actividad productiva para llevar a cabo procesos eficientes y de beneficio para el ecosistema productivo e industrial en cada etapa.

La caficultura, como actividad productiva, si se realiza de forma consciente y responsable, además de generar fuentes de empleo permanentes y temporales promueve el desarrollo sostenible de los ecosistemas y las comunidades, es un refugio y hábitat para la biodiversidad local de cada región, y fuente de producción de oxígeno y agua.

En la Finca El Pantanal, aldea El Cielito, Cuilapa, Santa Rosa se cultiva el café de marca Ambrosía entre un bosque. (Foto Prensa Libre: Cortesía)

Un aliado ecoamigable

Empresa Biorem

Guatemala es un país que se ha destacado por su producción agrícola y ha desarrollado ciertos procesos que se apegan a la bioeconomía en cuanto a la reutilización o valorización de residuos del sector agropecuario.

Francisco Sedano, gerente general de la empresa Biorem, exhorta a las empresas a usar las mermas para revalorizarlas en nutrición de suelos, como compost y para alimento animal.

El ejecutivo consideró que esa tendencia cobra cada vez más fuerza y ha invitado a la especialización del sector para obtener mejores resultados en Guatemala.

Bioerem es empresa socia de la  Comisión de Laboratorios de la Asociación Guatemalteca de Exportadores (Agexport) y ha trabajado  con empresas guatemaltecas para aprovechar todos los residuos, creando sistemas de tratamiento hechos a la medida, soluciones de economía circular -donde los residuos de uno son la materia prima de otros- y aprovechamiento energético para que las empresas puedan ser  sostenibles y amigables.

Además, apoya en verificar cuáles son las opciones viables para dar valor a los residuos y crea el modelo de negocio con  rentabilidad para el cliente al manejarlos.

Existen factores que influyen fuertemente en la valorización de un residuo orgánico. No todos tienen el mismo potencial energético o nutricional; algunos deben  combinarse para ser reutilizados y obtener el mayor beneficio posible.

“Nosotros nos encargamos de  hacer todo el análisis de factibilidad, la parte experimental y crear el proyecto para hacerlo viable”, puntualizó Sedano.

El modelo invita a aliados que ya practican la bioeconomía en alguna parte de su cadena de valor, a quienes han  apoyado para crear mayor impacto.

Ejemplos en Guatemala

El gerente de Biorem refirió que en el país se aplica la bioeconomía en la creación de abono orgánico a partir de mermas de producción de alimentos o exportadoras de vegetales, lodos de plantas de tratamiento de aguas residuales y excretas de animales.

Otro modelo es la utilización de los residuos orgánicos como alimento en biodigestores para crear biol y metano como fuente de energía. El biol puede ser utilizado para fertirriego y la energía del metano puede ser térmica haciendo combustión o transformada en electricidad con un generador.

También se fabrican materias primas alternativas para comida animal o la creación de biomasa para alimentar calderas.

Según Sedano, la bioeconomía es beneficiosa porque la materia orgánica puede contaminar cuerpos de agua si  no está bien utilizada, cuando se maneja de forma correcta crea riqueza, porque paga tributos y genera puestos de trabajo.

“Perder la materia orgánica en un basurero es perder riqueza como país. Guatemala necesita que cada vez más empresas se sumen al modelo, ya que la economía a escala en los proyectos permitirá mayor rentabilidad, que se reflejará en incrementar la investigación y desarrollo local y a su vez dará como resultado el aprovechamiento de los recursos”, recomendó Sedano.

Actualmente cobran auge muchas más tendencias de este modelo de economía como la biodigestión para producción de metano y luego electricidad. A Sedano le llama la atención la producción de materias primas para comida animal provenientes de la reproducción de insectos alimentados por residuos orgánicos. La pupa de mosca soldado, que es una especie que se encuentra en Guatemala, tiene un alto porcentaje de proteína y aceites esenciales que son de alto valor en la comida animal.

A criterio de Sedano es importante agregar el pensamiento de economía circular a todas las carreras técnicas y universitarias, para empezar a crear aprovechamientos desde cualquier ámbito.

Ejemplo del proceso de compostaje y degradación de materiales en los que apoya y asesora la empresa Biorem en Guatemala. (Foto Prensa Libre: Cortesía)

Una nueva vida para el vidrio

Vical y Nuevos vitrales

La reutilización del vidrio es un ejemplo de economía circular en Guatemala porque  se esfuerza por mantener el valor del producto, materiales o recursos por más tiempo, con menos desechos en el proceso.

En ese sentido la industria del vidrio, desde que existe, hace más de tres mil años, aprovecha las propiedades de circularidad de su material, mantiene el valor del mismo en los ciclos de utilización, hace un uso eficiente de los recursos y genera  pocos desechos a lo largo del proceso mediante sus propiedades tan amplias de reciclabilidad y capacidad de reutilización, explicó Eduardo Ordóñez, gerente de Imagen y Asuntos Corporativos de la empresa Vical, S. A.

Se trata del material verde que desde toda perspectiva posee características de material circular.  Gracias a sus características  naturales es 100 por ciento reciclable e infinito, con el principio de haber sido diseñado por la naturaleza y de origen, para ser procesado sin que se generen residuos durante su ciclo de vida.

También puede ser aprovechado íntegramente una y otra vez, sin perder ninguna de sus propiedades, a través de un proceso de fundición simple, manifestó Ordóñez.

El principio de reparación y reutilización de la economía circular se cumple en el vidrio retornable, por medio de un ciclo acortado que reporta mayores beneficios al sistema. Los envases de vidrio retornable se reutilizan  40 veces en promedio en la región, lo que significa que durante su vida útil cada botella de vidrio retornable puede evitar que 39 desechables lleguen a los vertederos e impacten negativamente el medioambiente.

Empresa Nuevos Vitrales

La empresa Nuevos Vitrales utiliza y transforma el vidrio en objetos artísticos, que  revisten ambientes con colores  vivos y acogedores y  narran una historia. Su objetivo va más allá que una ventana común con sus seguros, divisiones, elementos de privacidad y muchas funciones más, refirió Rodrigo Maldonado, jefe administrativo de la empresa.

Para  crear los vitrales se utilizan vidrios exóticos  variados, cuya fabricación requiere innumerables elementos como el cromo y el zinc y hasta oro, en la producción de algunos vidrios con colores muy especiales. Por lo tanto, al fabricar un vitral se guardan y clasifican hasta los retazos más pequeños de vidrio, para luego utilizarlos en otros procesos, como  en la técnica fusing, en la que  el vidrio se somete a altas temperaturas hasta que las piezas se fusionen formando otro tipo de vitrales y objetos. Siguiendo estos mismos principios, se reutiliza casi toda la materia prima de diferentes procesos: el plomo que une las piezas de vidrio para conformar los vitrales, el mylar que se utiliza en la técnica de vitrales por cobertura, y hasta el papel que se usa en la operación administrativa, pues procuran darle un segundo uso antes de desecharlo.

La aplicación de esos principios repercute en la propia operación de la empresa, porque productos secundarios están naciendo a partir de los “desperdicios” que generan los  primarios.

Por lo general, siempre hay una buena cantidad de existencias de mylar en retazos, para la fabricación de nuevos vitrales de cobertura.

Por otra parte, el personal de la compañía está capacitado para no tirar el papel antes de un segundo uso.

“De esa forma aportamos, en este caso, nuestro trocito de vidrio en cada proceso y logramos que nuestra actividad sea lo más delicada posible con el medio en el que vivimos. Esperamos dejar a las futuras generaciones un mundo no tan lastimado por la industria”, dijo Maldonado.

Karin Weller, fundadora de Nuevos Vitrales, coloca piezas de vidrio en el horno, para fundirlo y crear dos marcos para espejos y algunas piezas para lámparas. (Foto Prensa Libre: Cortesía)

Pinturas de bajo impacto

Biotech Group

Hace 12 años Christian Menjívar decidió emprender con un negocio propio, luego de que a su madre le detectaran cáncer, y pensó en crear una línea de pinturas o recubrimientos que no fueran dañinos para la salud de las personas y tampoco para el medioambiente. En otras palabras, libres de los vapores orgánicos volátiles que emanan de la pintura.

Así nació Biotech Group y desde entonces ha crecido de forma exponencial. De producir 600 galones diarios en el 2015 pasó a tres mil en la actualidad.

Menjívar expuso que son especialistas en recubrimientos, gracias a la tecnología e innovación ecológica que han desarrollado con el objetivo de brindar soluciones a la medida de los clientes.

Además, agregaron un nuevo pilar de asesores que acompañan durante la planificación y ejecución de los proyectos para lograr el máximo desempeño de los productos y ofrecer diferentes tipos de garantías, explicó Menjívar, porque dependerá del tipo de pintura.

“Queremos ser reconocidos como la empresa de productos biodegradables que no dañan a las personas y tampoco al ambiente, a precios asequibles. Pinturas producidas 100 por ciento en Guatemala”, enfatizó el gerente general de Biotech.

Optimización de recursos

José Rodrigo Gómez, ingeniero químico industrial y encargado de la planta de Biotech, precisó que la fábrica reutiliza todo lo que está a su alcance.

Por ejemplo, los recipientes que se usan para el almacenaje y luego regresan de los proyectos, que constituyen grandes volúmenes grandes de plástico. Además, en los productos de limpieza para los artículos de producción reutilizan materia prima como los solventes, que sirven para remover pigmento y con ello ahorran de manera significativa los residuos que se generan en una limpieza diaria que a fin de mes representa grandes volúmenes.

Gómez hizo ver que antes de enviar el producto a los proyectos deben pasar por un departamento de control de calidad, que cuenta con el equipo necesario para llevar a cabo pruebas de espesor, viscosidad, rendimiento, elongación y de PH, entre otras, para asegurar la cadena.

Otro material que reutilizan son los nailon que sobran en la producción, y los sobrantes de pinturas se donan a otras instituciones o se usan para experimentar con colores nuevos”, especificó Gómez.

Mantener la mística

Menjívar indicó que para mantener los pilares de productos ecoamigables con el medioambiente se aseguran de que sus proveedores también apliquen esa misma mística: que las materias primas sean de fuentes renovables, biodegradables y no causen impacto ambiental. En suma, constatar que el proveedor está en la misma línea de crear una baja huella de carbono en la producción y en el traslado de los productos.

Jorge Oliva, gerente de Comercialización de Biotech, señaló que otro uso eficiente desde la visión del departamento de Ventas es el uso de las máquinas Graco, equipos de pulverización de pintura que pintan a presión sin aire y ayudan para que al momento de la aplicación no haya desperdicio. La técnica es pintar en una sola superficie limpia, en vez de aplicar varias capas de pintura. Eso les ha permitido brindar un servicio de valor agregado.

Con la máquina Graco se aplican 500 metros cuadrados diarios de pintura, indicó Oliva.

Las ventajas de las pinturas ecológicas la proporcionan sus componentes principales, que son de origen vegetal o mineral, y tienen características comunes aunque, desde luego, según el tipo presentarán aspectos diferenciados. Esto se aplica en proyectos estructurales y arquitectónicos.

La planta de Biotech Group se ubica en San José Pinula. Allí se fabrican pinturas de bajo impacto ambiental. (Foto Prensa Libre: Juan Diego González)

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