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Cómo el teletrabajo puede garantizar la sana distancia en el transporte público

Muchas personas ven con escepticismo la reanudación del servicio de transporte público cuando el país está sufriendo aún un alto número de contagios y muertes diarias por covid-19, pero ¿hay una fórmula para que los buses puedan circular sin poner en riesgo de contagio a sus usuarios?

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El transporte público debe reanudarse a la par de otras alternativas de movilización, opina el experto Alberto Marín. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca pL)

El transporte público debe reanudarse a la par de otras alternativas de movilización, opina el experto Alberto Marín. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca pL)

El Transmetro, Transurbano, buses colectivos urbanos y extraurbanos permanecieron varados durante cuatro meses y fue esta última semana de julio la que puso en discusión central la reanudación del servicio.

Alberto Marín, quien es es consultor experto en temas de movilidad urbana y transporte público y ha coordinado proyectos de movilidad urbana en más de 30 ciudades en Latinoamérica explica que los operadores del servicio deben trabajar en conjunto con el gobierno y la iniciativa privada para que se privilegie el servicio para aquellos que necesitan moverse para garantizar sus ingresos.

Por eso, la desinfección de las unidades y la sana distancia entre los usuarios no son las únicas medidas a implementar al momento de reanudarse el servicio. Los diferentes sectores laborales también deben ser consciente con sus trabajadores y permitirles continuar trabajando en casa para evitar el colapso de las unidades.

¿Cómo ha afectado la pandemia a los sistemas de transporte público de la región?

El problema al que nos enfrentamos no es un problema local, tampoco es un problema nacional y ni siquiera a nivel de continente. La pandemia ha afectado a los sistemas de transporte del mundo y por primera vez los indicadores de movilidad han servido para monitorear los niveles de confinamiento y de actividad económica que ha habido en cada uno de los países. Los niveles de demanda en el sistema de transporte público han descendido mucho según el confinamiento de cada país, en algunos lugares los descensos han llegado hasta el 95 por ciento y solo se han mantenido para atender al personal sanitario. Pero ya estamos llegando a un momento en que la actividad económica tiene que empezar a funcionar y esto lleva a que exista un cierto miedo en los usuarios del transporte público. Cada país ha optado por políticas distintas para evitar el contagio, el confinamiento total funciona muy bien para la gente que tiene más poder adquisitivo, pero hay gente que ha seguido moviéndose y a pesar de la pandemia ha tenido que salir a trabajar y a ganarse la vida. En este sentido la movilidad ha jugado un rol clave para que la gente pueda tener una vida donde pueda generar un ingreso y dependiendo los niveles estrictos de confinamiento optados por los países, ha afectado de diferentes maneras las formas de movilidad.

Hay países como Guatemala que suspendieron en su totalidad servicios como el transporte público, ¿cuáles son las recomendaciones que se deben tomar en cuenta para la reanudación de este servicio?

Las recomendaciones de la Unidad Internacional de Transporte Público (UITP) van encaminadas a garantizar la distancia social y lo que proponen es que el nivel de ocupación de las unidades de transporte público sea inferior al que normalmente tienen (50 por ciento de su capacidad). Tomando esa recomendación base, la gran mayoría de los sistemas de transporte del mundo han generado propuestas de intervención tanto dentro de las unidades como en las estaciones, por eso es por lo que se han marcado también los puntos donde debe estar parada la gente para garantizar la sana distancia. Esto es clave y a partir de aquí la Organización Mundial de la Salud (OMS), la UIT y los operadores de transporte público están tratando de conciliar la oferta de transporte y una distancia sana entre las personas. Esto es una realidad que tiene un impacto directo sobre el financiamiento del transporte público, si se hace complicado mantener una operación con la oferta en condiciones normales las condiciones actuales lo hacen más difícil, los ingresos son sensiblemente menores y al ser así y pero con los mismos costos de operación está generando un problema de financiación del sistema de transporte y creo que esa parte es importante atenderla y analizar para ver qué se puede hacer.

¿Es seguro para el ciudadano que el transporte público sea de los primeros servicios que se reanuden tras un confinamiento como el que tuvo Guatemala?

Aquí el problema es que la alternativa al transporte público es el colapso. Es decir, si la gente se tiene que mover en transporte individual o privado (automóvil), la situación de congestión puede ser tremendamente grave. Es importante que se generen las condiciones de salubridad, se ha demostrado que en unidades con un espacio suficiente entre las personas se está en condiciones de poder ofrecer el servicio, las políticas de los operadores de transporte tienen que ir encaminadas a garantizar este hecho. El transporte público no será peligroso si se toman las medidas correspondientes y necesarias para que funcione de manera adecuada.

Pero ¿cómo puede afrontar el sistema de transporte público los niveles de demanda para garantizar la sana distancia y la calidad del servicio?

Primero pensemos que los niveles de demanda no se van a recuperar a los que teníamos antes del covid. Por ejemplo, en México se estima que en dos años vamos a poder recuperar el nivel de demanda que teníamos antes de la pandemia, pero de cualquier forma, si la demanda sigue siendo muy elevada, la opción para conseguir dar el mejor servicio y  garantizar la sana distancia pasa por aumentar la velocidad de los servicios del transporte y para esto es clave la intervención de la regulación semafórica, es decir darle más prioridad al sistema de transporte masivo por un lado  y que existan algunos carriles temporales emergentes. Es muy interesante también ver que en todo el mundo se están generando sistemas de ciclovías emergentes que se ponen al servicio de la pandemia y que pretenden darle a la gente una manera adicional de movilizarse de forma diaria.

¿Cuáles podrían ser las opciones para los transportistas para cubrir los gastos de un servicio con todas las condiciones sanitarias que requiere la pandemia?

No hay una receta básica para tratar de solucionar el tema del financiamiento del transporte público. A nivel mundial, cuando se exige mantener unas condiciones operación del 50 por ciento los ingresos pueden descender, pero también es necesario que se sigan movilizando las unidades. Una vía es el subsidio, pero también hay otras medidas para cubrir estos costos. Esto se deberá analizar dependiendo las condiciones socioeconómicas de cada país.

¿Cuáles serían los mayores efectos sino se logra acondicionar el sistema de transporte a las exigencias de una era post pandemia?

Lo primero que ha empezado a pasar en las ciudades que tienen una desescalada de contagios es que los usuarios han tendido a usar más el automóvil, por eso aquí hay que atender la necesidad de generar una oferta en las mejores condiciones posibles y esto es clave para que la ciudad no se llene de automóviles otra vez, esto provocaría volver a tener problemas evidentes de congestión y contaminación del aire, generando peores condiciones para la pandemia.

Pero para evitar el colapso del transporte, las personas que se movilicen deben ser las que no tienen otra opción para generar ingresos…

Aquí es clave la responsabilidad de todos. Hemos hablado de la responsabilidad del gobierno, del ciudadano, de los operadores, pero también es importante hablar de la responsabilidad de la iniciativa privada que también es empleador de gran porcentaje de la población. En ese sentido, es importante que las empresas, en la manera posible, traten de mantener el teletrabajo para cada una de sus actividades. Esto es muy importante porque el teletrabajo se vuelve algo necesario para garantizar la sana distancia en el transporte público y para dar las condiciones de seguridad a la gente que sí necesita desplazarse como el personal sanitario y personas que tienen que salir a la calle para asegurarse el ingreso. La iniciativa privada debe ser responsable y buscar las alternativas para que las personas que pueden quedarse en casa se queden en casa. También deben buscar la manera de escalar las horas pico, no solo pedirle a la gente que acceda al centro de trabajo solo así por así, las empresas también deben dar la flexibilidad para que el empleado pueda incorporarse o un poco antes o un poco después que la hora pico. Si logramos esto, se logra garantizar un servicio de transporte más seguro a todas las personas.