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Que todos los niños crezcan bien es prioritario

Llegó el momento de dejar de hablar de la desnutrición infantil y pasar a la acción.

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El Programa Acompáñame a Crecer cuenta con gestores que surpervisan el proceso integral de desarrollo de las madres con sus hijos. Foto: Cortesía de Alianza por la Nutrición

El Programa Acompáñame a Crecer cuenta con gestores que surpervisan el proceso integral de desarrollo de las madres con sus hijos. Foto: Cortesía de Alianza por la Nutrición

Desde mediados del siglo pasado se empezó a abordar el tema de la desnutrición infantil en Guatemala y se ha avanzado en la comprensión del problema, pero no hemos logrado revertir la tendencia, porque uno de cada dos niños la padece, y al ritmo que vamos nos tardaremos 66 años en reducir este indicador a la mitad. Entonces, ¿qué hemos aprendido de lo que se ha hecho hasta hoy? Y más importante aún, ¿qué estamos esperando para actuar?

La evidencia ha demostrado que la desnutrición crónica infantil no se cura, solo se previene, y tenemos una ventana de oportunidad para hacerlo: desde el embarazo de la madre hasta los cuatro años de vida del niño, con especial énfasis en sus primeros dos años, lo que se conoce como la ventana de los mil días.

Durante los primeros años de vida se produce la “primavera del desarrollo cerebral”. En este período es fundamental que los niños sean protegidos, alimentados y estimulados adecuadamente para que desarrollen todo su potencial. Debemos proteger su cerebro y luego educarlo. Los seres humanos somos tridimensionales: mente, cuerpo y alma, y para crecer bien debemos atender las tres dimensiones desde el embarazo.

Los padres y cuidadores tienen un papel protagónico en el desarrollo de los niños en la primera infancia; ellos son los primeros educadores y quienes toman las decisiones durante esta importante etapa de vida. Por ello es fundamental que cuenten con la información y apoyo necesario durante este proceso para que tomen las mejores decisiones enfocadas en el desarrollo integral de sus niños.

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Impacto probado

Las evaluaciones del programa Pacto Hambre Cero (2012-2016) y de la Estrategia Nacional para la Prevención de la Desnutrición Crónica (2016-2020) revelaron que para lograr el impacto en la reducción de la desnutrición infantil se deben proveer, de manera simultánea, servicios en salud, educación, nutrición, saneamiento y generación de ingresos a las familias vulnerables con niños menores de 5 años.

Para asegurar la prestación integral de estos servicios es indispensable registrar a los beneficiarios con el Código Único de Identidad (CUI) utilizando el Sistema Nacional de Información Social (SNIS) del Ministerio de Desarrollo, y así dar el debido seguimiento, realizar los estudios de impacto, crear ajustes y lograr los resultados: ¡niñas y niños creciendo bien!

Al revisar la inversión del gobierno en “Seguridad Alimentaria y Nutricional”, los fondos se han concentrado principalmente en el Programa de Alimentación Escolar que atiende a niños mayores de 5 años. Para combatir la desnutrición infantil es importante garantizar los servicios básicos mínimos a las familias de los niños menores de 5 años.

Servicios como agua segura para consumo, vacunas, desparasitación, atención a la madre embarazada y lactante, educación en primera infancia y acceso a una dieta balancead deben ser prioridad y reflejarse en la inversión de gobierno; es decir, en los presupuestos de los ministerios. Asegurar estos servicios básicos para los niños debe ser nuestro acuerdo como sociedad.

Finalmente, está demostrado que para revertir la situación de la desnutrición infantil debemos comprometernos con una estrategia integral de largo plazo y trabajar articuladamente: gobierno central y municipal, cooperación internacional, academia, organizaciones sin fines de lucro, fundaciones, empresas, iglesias y personas individuales.

El programa Acompáñame a Crecer contempla actividades de psicomotricidad gruesa en niños de 2 a 3 años de edad. En la fotografía, niña atendida en Tamahú, Alta Verapaz. Foto: Cortesía Alianza por la Nutrición
El programa Acompáñame a Crecer contempla actividades de psicomotricidad gruesa en niños de 2 a 3 años de edad. En la fotografía, niña atendida en Tamahú, Alta Verapaz. Foto: Cortesía Alianza por la Nutrición

Gran oportunidad

El capital humano es el activo más importante de un país. Guatemala pierde Q66 millones diarios por la desnutrición infantil, de acuerdo con estudios del Banco Mundial.

Hoy se nos presenta una oportunidad de oro: la solución está en la implementación del Acuerdo Gubernativo No. 239-2020, firmado el 15 de diciembre del 2020, el cual impulsa la instalación de los Centros Comunitarios de Desarrollo Infantil Integral (CECODII) del Programa Acompáñame a Crecer del Ministerio de Educación, con la participación interinstitucional de las carteras de Salud, Agricultura, Desarrollo y Ambiente, y el acompañamiento de la Sesán.

Los CECODII son la estrategia de intervención comunitaria que pueden operativizar la Gran Cruzada Nacional por la Nutrición (GCNN). Este programa, liderado por la titular de Educación Claudia Ruiz y el decidido apoyo de los ministros y del presidente Alejandro Giammattei, puede garantizar los servicios mínimos y acercar otros programas de manera estructurada, ordenada y con pertinencia cultural a los padres y cuidadores, quienes asumen el papel protagónico en el cuidado y prevención de la desnutrición infantil.

El programa Acompáñame a Crecer, desarrollado por el Mineduc con el apoyo de Unicef, contrata a profesionales en educación inicial, a quienes llama gestores. Estos son los responsables de instalar los CECODII en coordinación con las autoridades locales. El proceso inicia con la identificación, registro y organización de las mujeres embarazadas y familias con niños menores de 4 años, y la selección de madres educadoras voluntarias. Los gestores capacitan a las madres en temas de salud e higiene, aprendizaje temprano, nutrición y seguridad alimentaria, protección y seguridad, comprensión y compromiso.

Este proceso educativo se complementa con los “paquetes de intervenciones” que los otros ministerios proveen y que se canalizan hacia las familias a través de los CECODII.

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El trabajar coordinadamente facilita que las acciones lleguen oportunamente a la población objetivo, brindando un seguimiento cercano a cada niño. Este acompañamiento permanente desde el embarazo permite el crecimiento adecuado de los niños y evita la desnutrición aguda.

En la misma fecha de la firma del acuerdo gubernativo, Alianza por la Nutrición (APN), Catholic Relief Services (CRS), la Municipalidad de Antigua Guatemala, la Fundación Novella y la Unión Europea suscribieron convenios con el Mineduc para ejecutar y financiar el programa Acompáñame a Crecer, en sus áreas de influencia.

La Alianza por la Nutrición se organizó en el 2012 con el propósito de incidir en la opinión y políticas públicas, con el propósito de que se implementen acciones integrales para la prevención de la desnutrición crónica infantil. A partir de la firma de este convenio, se ha unido a la estrategia, con el recurso y el apoyo de sus socios y aliados, para implementar CECODII siguiendo las directrices del Ministerio de Educación y así ampliar la cobertura con calidad.

Entonces, lo que necesitamos es decisión y voluntad política del gobierno, y un compromiso serio de toda la sociedad con los niños, nuestro futuro.

Acciones

Se ha identificado que para que los CECODII se desarrollen con calidad y logren el impacto esperado es necesario asegurar:

  • Plan operativo interinstitucional, que permita coordinar los esfuerzos a nivel nacional, departamental, municipal y comunitario.
  • Asignación de presupuesto, para que cada ministerio, de manera específica, ofrezca los servicios a la población meta.
  • Plan de monitoreo y evaluación, para sistematizar la experiencia a nivel nacional, desarrollar un plan de mejora permanente y de fortalecimiento de la intervención y el proceso de evaluación de impacto del programa.
  • Rendición de cuentas y presentación de resultados, devolviendo la información a las comunidades sobre el avance de la intervención y generando información nacional para la toma de decisiones.
  • Integración de una mesa técnica público-privada, que acompañe el proceso de implementación y presente las recomendaciones necesarias para que los servicios lleguen con calidad a la población meta y dé seguimiento a la ampliación de la cobertura del programa.
  • Compromiso y continuidad de las acciones, para lograr el compromiso de los diferentes sectores y del gobierno de asumir este programa como una política que trascienda y asegure el cuidado permanente de la primera infancia.

SEIS LECCIONES Y UNA OPORTUNIDAD DE ORO

El combate contra la desnutrición ha dejado experiencias que deben servir para enfocar los esfuerzos:

  1. Programas focalizados: Los programas deben llegar de manera focalizada a las mujeres embarazadas y a los niños de 0 a 4 años.
  2. Protección pertinente: Para asegurar el futuro de los niños se necesita proteger su crecimiento en los primeros años de vida con un adecuado cuidado, nutrición y estimulación.
  3. Apoyo a las familias: Los primeros educadores son las madres, los padres y los cuidadores. El espacio de aprendizaje por excelencia es el hogar y la comunidad, por lo que es preciso construir un sistema a nivel comunitario que brinde el apoyo necesario durante este proceso.
  4. Registro y control constante: Es necesario llevar de manera integral los servicios a las mujeres embarazadas y a los niños de 0 a 4 años a nivel comunitario, y registrar cada entrega de servicios utilizando el CUI.
  5. Uso adecuado de los recursos: Se deben presupuestar y ejecutar fondos para servicios en salud, educación, nutrición y saneamiento básico como mínimo para este grupo de población, y establecer los mecanismos para que la sociedad civil pueda acompañar el proceso de ejecución.
  6. Trabajo y esfuerzo de todos: Se necesita la suma de esfuerzos de todos, de manera articulada, donde el Estado asuma su papel como garante y rector, y la sociedad civil acompañe el proceso.
  7. Coyuntura que se debe aprovechar: Una oportunidad de oro para Guatemala sería instalar Centros Comunitarios de Desarrollo Infantil Integral del programa Acompáñame a Crecer en todas las comunidades de los municipios priorizados por la GCNN, con el presupuesto necesario.