En un recinto de la Cámara de Industria de Guatemala (CIG), Laje dijo que los libertarios, conservadores y patriotas representan algunas de las corrientes ideológicas de derecha que han predominado en el tiempo. Sin embargo, un fenómeno común de la globalización en países de Europa y América Latina es que los políticos tratan de disfrazar esas ideologías con nuevos partidos políticos, para posicionarse.
“¿Por qué le decimos la nueva derecha? Porque la gente se espanta o avergüenza y dice que no es de derecha. Si yo me subo a un taxi en España y le digo al taxista que me explique la política española, me va a decir que hay un partido Vox de derecha y un Podemos de izquierda.
Va a usar esas categorías porque son las más fáciles, porque no necesita decir que es un libertario, un liberal clásico o un conservador. De manera intuitiva divido el espacio político en dos y no uso esas categorías porque es distanciarse de la forma en que habla la gente.
La derecha está acorralada por su propio apellido, por eso busca ocultar esas filosofías”, sostiene Laje. Ocurre el caso contrario con la izquierda, prosigue, que se resume en socialistas, socialdemócratas, comunistas, y “no tiene complejo de inferioridad como la derecha”.
Vergüenza y orgullo
“¿Por qué avergüenza tanto hablar de la derecha, cuando la izquierda asesinó a millones de seres humanos en el siglo XX y destruye la economía por donde pasa? Tenemos como ejemplo a Venezuela, donde hay 90 millones de pobres y siete millones de expulsados o emigrantes. Es un proyecto fracasado de izquierda. También hay una dictadura longeva cubana desde 1959, pero resulta que la derecha debe tener vergüenza y la izquierda, orgullo”, cuestiona el escritor.
La nueva derecha, dice Laje, está articulada por los libertarios no progresistas, conservadores no inmovilistas y patriotas no estatistas, implicados en un nuevo contexto político donde no se enfrenta al Estado y socialismo económico, sino a nuevas amenazas como la ideología de género, agendas antinatalistas, ataques a la familia y agentes supranacionales.
“Aparte hay un contexto tecnológico y la derecha sabe moverse con las redes sociales porque en los medios tradicionales nunca ha tenido cabida. Por eso es que las redes sociales reaccionan contra la nueva derecha censurándonos a todos”, enfatiza.
Sus bases
La actual derecha se basa en el “economicismo”, porque piensa que lo político funciona a partir de lo económico y solo así se puede estabilizar un país. También se basa en el “religiosísimo” para confundir el dominio político con la propia religión, y eso impide hacer alianzas políticas, según Laje.
“En Colombia estuvieron dos candidatos de derechas, Enrique Gómez y John Milton Rodríguez. Sus plataformas religiosas eran lo mismo. Me pregunté por qué no van por el mismo camino o hay alianza, pero el problema es que uno iba a una iglesia y el otro a otra. Eso estropea la batalla política y cultural cuando necesito que el otro tenga la misma fe. Eso ha sido desastroso para la derecha”, refiere el conferencista.
Las expresiones de la nueva derecha, de acuerdo con Laje, se evidencian con la formación de nuevas fuerzas políticas, entre ellas las del político José Antonio Cast, quien presidió el Movimiento Republicano en Chile y que se convirtió en el Partido Republicano el mismo año de elecciones y ganó la primera vuelta.
“En la segunda vuelta perdió, pero fue un fenómeno político que alguien con un partido recién creado ganara la primera ronda, cuando en las últimas elecciones había quedado en noveno lugar. En Argentina, Javier Milei creó un nuevo partido el mismo año de los comicios y se convirtió en la tercera fuerza nacional. Ahora es presidenciable”, refiere.
“En España, Santiago Abascal creó el partido Vox y en solo cinco años se posicionó en la tercera fuerza de ese país con gran representación en el Congreso. El fenómeno común es que hay espacio político para este tipo de derechas porque cada vez más se forman como nuevo partido político y les va muy bien”, indicó.
La nueva derecha ya existe, pero no está articulada en lo teófico y los patriotas, conservadores y libertadores “pueden confundirse en algo nuevo y tienen éxito”, destaca.
“Un tabú por superar es el populismo. Se ha dicho que era la raíz de todos los males, pero no estoy de acuerdo, porque no es ideología, sino una forma de discurso político que separa una élite de un pueblo. La derecha debe aprender a usar esa narrativa, en la cual se ponga al frente de la representación popular, que nada tiene que ver con las minorías minúsculas que intentan imponer sus asuntos sexuales a los demás ni con sus agendas antinatalistas que provienen de organizaciones internacionales ni ataques a la religión, el pueblo es otra cosa”, manifestó.
Laje considera que vivimos momentos “hiperpolíticos” en los que se politizan los temas de género, ambientales, aborto, racismo y clima, pero al momento de a elegir a un candidato el joven no se informa y vota por el que se le “aparece enfrente”. “Informarme en elecciones implica conocer a los candidatos, leer las plataformas electorales, entender la historia política del país, y eso requiere un esfuerzo que a los jóvenes no les interesa hacer. Es más fácil creer que está haciendo política porque está en un movimiento feminista, pues allí no hay mucho de que informarse, ya tiene las respuestas”, concluye.
Despertar
Un problema actual de globalización es el “individualismo” en la juventud, según el escritor, puesto que hace más difícil hacer política y hay que “despertarlos” porque que cada vez se inmiscuyen más en la derecha.
“Los izquierdistas están preocupados, porque dicen que les han quitado el motor político de la juventud, que es la rebeldía. Ahora los derechistas usan la rebeldía como el motor político. El izquierdista se siente cómodo en las redes sociales porque nadie lo censura. Si uno le puede mostrar al joven que la izquierda es el sistema establecido, entonces más de uno se va a sentir un idiota útil”, enfatiza.
