“Destaco la necesidad de garantizar medidas destinados al fortalecimiento de la familia como eje central de la sociedad, así como el respeto a la vida desde su concepción”, dijo Giammattei.
Sin embargo, a consideración de expertos en salud pública, este discurso no se ve reflejado en los hechos, pues en lo que va del año se han observado recortes presupuestarios que provocarán una mayor incidencia de casos de desnutrición, así como un aumento de muertes por desnutrición aguda. Esto último ya ocurrió.
A esto se suma la burocracia estatal, que enfrenta dificultades para ejecutar con celeridad el presupuesto disponible para el combate a la desnutrición explica William Maldonado, de la defensoría de seguridad alimentaria de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH). “Hay burocracia en todos los ministerios y sería de analizar si esto se debe a la ineficiencia de funcionarios y servidores públicos”, cuestiona.
Por su parte, el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) señala que ha tenido que hacer recortes de recursos y reorientarlos porque el presupuesto no se ha aprobado durante tres años y es “exiguo para las necesidades actuales”.