Revista D

“Vamos a la mitad”

Administradora del zoológico La Aurora afirma que solo se ha ejecutado el 50 por ciento de lo planificado.

Claudia Salazar (Foto Prensa Libre: Edwin Bercián)

Claudia Salazar (Foto Prensa Libre: Edwin Bercián)

Durante los últimos años, el Parque Zoológico La Aurora se ha transformado a tal punto de que es considerado uno de los cinco mejores de América Latina. En la actualidad, su colección asciende a dos mil 200 animales, la cual espera continuar aumentando a partir de algunos intercambios que se tienen previstos para los siguientes años con otros parques del mundo.

Detrás de todo ese trabajo está la mano visionaria de la junta directiva de la Asociación Guatemalteca de Historia Nacional, y de Claudia Salazar, administradora general del parque desde hace cuatro años, quien se encarga de que ese sitio funcione como máquina afinada. Ella es graduada del Durham College de Ontario, Canadá, y trabajó en el sector empresarial del país.

A continuación, el resumen de una conversación sostenida con la administradora de este zoológico, que el 25 de diciembre próximo cumple 90 años de haber sido fundado.

¿Cuáles son los animales que más llaman la atención de los visitantes?

El mayor atractivo son los pingüinos Humboldt. Existen 17 especies en el mundo, y solo cinco son árticas. La pregunta del millón ha sido: ¿Dónde está la nieve? La gente creía que se iban a morir, y la verdad es que no, porque el resto de especies —12— son de continente, es decir, viven al sur de América, de África y de Australia.

¿Cómo se logró traer esa especie?

Es parte de un gran proyecto de conservación y preservación de esa especie que lanzó el zoológico de Beauval, Francia, que convocó a los parques del mundo que estuvieran interesados en reproducir pingüinos de Humboldt, que son originarios de la corriente que tiene ese mismo nombre al sur de Chile, ya que están en vías de extinción. Ellos tienen una colonia bastante poblada, por lo que les surgió la idea de reproducirlos en otros países para, eventualmente, reintroducir esa especie en sus hábitats naturales.

Nosotros nos interesamos y, con base en especificaciones internacionales, se construyó un recinto de primera, tan bueno que acaba de ganar un premio otorgado por la Asociación de Zoológicos y Acuarios de México como el mejor de su clase. Este ha sido el proyecto más exitoso de La Aurora en los últimos 20 años, y se ha constituido en un foco educativo, porque lo visitan poblaciones estudiantiles de todo el país, pero especialmente del área rural.

¿Qué otras criaturas llaman la atención?

Les gusta mucho toda la parte de la sabana africana, donde están las jirafas y los leones, porque son impactantes debido a su gran tamaño.

De hecho, acabamos de inaugurar una plataforma donde las personas pueden subir a darle de comer a las jirafas, esto constituye una experiencia inolvidable para los niños.

En el área de Asia están los tigres, en donde se encuentra Romina, que es una tigresa albina de ojos azules, y su compañero Dalí, que es de color natural.

En el sector de animales de América, recién acabamos de abrir el nuevo recinto de nutrias, que son endémicas de Centroamérica. En Guatemala las podemos encontrar en los lagos y ríos de Lívingston y otras áreas de la Costa Sur. El lugar se asemeja a un río.

¿Qué proyectos nuevos se aproximan?

Se está concluyendo un área para lémures, que son monitos de Madagascar, y la siguiente edificación es el espacio para caimanes, con el cual se busca recrear un área de humedales en donde también puedan vivir lagartos y tortugas. También esperamos construir un herpetario, que tendrá la forma de una danta. A futuro esperamos tener osos perezosos que habitan en Costa Rica, para lo cual la Junta Directiva del Zoológico está en esas negociaciones. Con esos proyectos apenas vamos a llegar al 50 por ciento de lo propuesto, o sea, que vamos a la mitad, lo cual se va a ir dando conforme consigamos los fondos.

¿Se cuenta con el área para continuar con ese otro 50 por ciento?

Sí, porque casi todo consiste en remodelar los espacios que ya existen, debido a que lo que pretendemos es romper el concepto antiguo de jaulas. Lo que se procura es que los sitios sean lo más parecido a los hábitats de los animales, para que estén más relajados, más contentos y se reproduzcan de mejor forma.

¿Cuándo se concretará lo de los lémures?

Depende de los trámites nacionales e internacionales para lograr el intercambio con los zoológicos que estamos negociando, pero creo que esto se dará en los próximos cuatro meses.

¿En qué consisten los intercambios?

Todos los zoológicos del mundo tienen en sus colecciones distintas especies, y procuran renovar la sangre de sus animales adquiriendo nuevos ejemplares a través de los intercambios. Los parques sanos no reproducen, por ejemplo, a sus mismos tigres, intercambian las crías, porque no es sano mezclar la misma sangre entre padres, hijos y madres. Otra razón es que dentro del plan maestro de los parques se maneja un programa internacional en el cual todos los zoológicos exponen qué especies tienen en excedente y están anuentes a intercambiar, y los requerimientos para el respectivo recinto.

¿Cuáles son los animales más caros?

Los pingüinos fueron una donación, lo costoso fue la construcción del recinto, el cual necesitaba una filtración biológica especial, debido a que el agua se ensucia porque ellos comen y defecan en el agua, no es como una piscina para humanos, a la que solamente se le echa cloro para mantenerla.

Los más caros de alimentar son los osos, por su tamaño, ya que requieren de una alta ingesta de frutas, verduras, concentrado y suplementos especiales. Nos regimos por un dictamen internacional que indica qué debe comer cada animal en cautiverio, por eso en la cocina tenemos productos de primera calidad. Para un felino grande, por ejemplo, se requieren de 15 libras de carne de caballo. Los monos tienen dietas especiales que incluyen frutas, pan, granos y yogur; las aves rapaces se alimentan de pollos vivos. Hay un recetario para cada animal.

También resultan caros, por la cantidad de alimentos que consumen, los felinos y la elefanta.

¿Cuál es el animal que necesita más cuidados?

Todos, pero quizá los más delicados son los peces, debido a que son extremadamente susceptibles a los cambios de temperatura, a la luz y otra serie de factores. Los pingüinos, que son especies no endémicas, necesitan tratamientos especiales para que estén sanos. Vinieron de un año. Esperamos que formen sus parejas y puedan reproducirse en los próximos dos años.

La llegada del león y la elefanta al zoológico tienen historias particulares.

Sí. Hace unos años llamaron aquí diciendo que había un león por el Volcán de Pacaya. Los veterinarios propusieron que se fuera a buscar, pero un día de esos cayó en un pozo. Volvieron a llamar, y al llegar, en efecto, era un león pequeño, que estaba desnutrido y tenía arqueada la columna. Seguramente alguien lo tenía en su casa, y cuando creció lo fue a dejar a ese lugar, donde se alimentaba de perros y gallinas, o lo que encontraba, debido a que su ingesta es muy alta. Ahora tiene una melena frondosa gigante y tiene unos 12 años.

La elefanta vivía en un centro turístico en la Costa Sur, y por esos años la Mocosita ya estaba muy enferma, por lo que se buscaba reemplazarla. Entonces, se platicó con el cuidador, para ver si podía entregarla al zoológico, lo cual aceptó. De esa cuenta, todavía logró convivir con la Mocosita. A la nueva elefanta los niños la bautizaron como Trompita, por medio de un concurso.

La Mocosita fue, quizás, el animal más famoso.

Hay un sesgo generacional, porque hemos llevado a cabo encuestas, y cuando se le pregunta a los adultos cuál ha sido el animal más importante, responden: la Mocosita. Recuerdan cuando sus padres los traían. Es la más recordada, es un ícono. Pero si se hace el mismo ejercicio con los niños, no responden igual, porque ven a los animales por internet y TV, y entonces ya no constituyen una novedad. A los menores les gusta la diversidad. Tienen varios preferidos; por ejemplo, los tigres, los osos, las jirafas y los hipopótamos.

¿Se han escapado algunos?

Hace unos 20 años sucedió con un jaguar. Los protocolos de seguridad indican que a los animales se les debe encerrar por la noche en su casa, pero en esa ocasión no lo lograron, e irresponsablemente los cuidadores se fueron y este felino, como es trepador, se escapó, y a la mañana siguiente se le encontró frente al Instituto Adolfo V. Hall. Cuando escuchó el bullicio de las personas y los vehículos, se escondió debajo de una banca. Se llamó a los bomberos, y se recapturó. En la actualidad, los recintos cuentan con un sistema eléctrico que les da un toque cuando intentan salir.

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