Revista D

Flora con toque chapín

Decenas de plantas que crecen en el país tienen nombres de lugares o personajes guatemaltecos.

Sobralia javieri Chiron

Sobralia javieri Chiron

El Abies guatemalensis es una especie endémica de las zonas montañosas y húmedas del país, donde comparte espacio con el Pinus ayacahuite, el Cupressus lusitanica y el Quercus spp. Este párrafo quizás resulte un poco complicado de entender para la mayoría de lectores, no así para los que tienen conocimientos de las ciencias botánicas.
Pero si leemos “el pinabete es una especie endémica de las zona montañosas y húmedas del país, donde comparte espacio  con pinos, cipreses y encinos”, imaginamos la forma de estos árboles, y el párrafo ya tiene sentido. La diferencia es que en este se emplearon los nombres comunes o populares.
Un censo dado a conocer por el biólogo colombiano Camilo Mora, de la  Universidad de Hawaii, Estados Unidos, en el 2011, reveló que en el  planeta existen 298 mil especies de plantas, pero solo se han registrado 215 mil 644  (70 por ciento), los cuales son vitales para identificarlas en cualquier parte del mundo.

 ¿Cómo se nombran?

La nomenclatura que se usa para este quehacer científico fue implantada por el botánico sueco Carlos Linneo (1707-1778) y   consiste en tres partes: 1) nombre genérico (ejemplo Pinus),  2) epíteto especifico (sylvestris) y 3) autoridad científica que le dio el nombre (L.) —el  apellido o solo la inicial—  con lo cual se construye  Pinus sylvestris L.
Según el biólogo Fredy Archila, quien le ha puesto nombre a varias plantas, especialmente orquídeas, “lo primero para  bautizar ejemplares es conocer perfectamente la anatomía, la morfología y la ecología, además de los fundamentos
taxonómicos del género y especies a estudiar”.
Explica que cuando se sospecha de que una especie puede ser nueva se debe comparar con los materiales que se encuentran depositados en herbarios reconocidos internacionalmente, como el BIGU y el USCG, de la Universidad de San Carlos (Usac) o el  UVAL, de la Universidad del Valle, entre otros.
Luego se redacta un estudio y se publica en una revista de prestigio, la cual expone el tema ante la comunidad científica internacional que rechaza o acepta el proyecto. “Este proceso dura varios meses o años”, comenta Archila.
Algunas plantas que crecen en el país incluyen en su  nombre científico el de lugares de Guatemala, debido a que fueron identificadas acá o son endémicas, por ejemplo cuchumatanica y zacapanensis. Otras llevan el nombre de algunos personajes históricos como rodriguezmacalii  y matalbatzia, informa Jorge Martínez, estudiante del EPS en el Centro de Estudios Conservacionistas de la Usac.  
A continuación algunos ejemplos del Cecon /Usac.
Philodendron rojasianum Standl. & Steyerm.
Especie nombrada por el profesor Ulises Rojas, quien fue director del Jardín Botánico de Guatemala. Descrita por Paul Standley y Julian Steyenmark, autores de la Flora de Guatemala.
Colectada por primera vez en la finca Pirineos, al sur de las faldas del Volcán Santa María, Quetzaltenango. Puede encontrarse hasta los 1,800 m.s.n.m, en las faldas de volcanes y en las montañas de Alta Verapaz, hasta los 1,600 m.s.n.m. Es una especie epífita grande, con un peciolo de 10-30 cm. de largo, con una vaina conspicua. Las hojas son ovadas o elípticas de 15-38 cm de largo y 8-17 cm de ancho. La espata es blanca, verde o verde-amarilla de 12-15 cm de largo y 2 cm de grosor.
Peperomia cuchumatanica Véliz
Descrita por primera vez por el profesor Mario Esteban Véliz, del herbario BIGU de la escuela de Biología de la Usac. Es una hierba muy frecuente, acaulescente, con hojas peltadas, diminutas, alrededor de 3 cm de alto. Es endémica de Todos Santos Cuchumatán, Huehuetenango y descubierta el 27 de agosto de 1997, a 3,600 m.s.n.m.
Encyclia archilae W.E. Higgins
Descrita por Wesley Higgings del Center for Tropical Plant Science and Conservation, Florida. Dedicada a la familia Archila de Alta Verapaz, por sus importantes aportes en la diversidad de la familia Orchidaceae. Colectada por primera vez en Santa Cruz Verapaz, Alta Verapaz a 1,400 m.s.n.m, en un bosque de encino-liquidambar, en 1990 por Óscar Archila.
Quercus acatenangensis Trel.
Catalogado como Quercus longifolia Raf. hasta 1838. Confundido frecuentemente con Quercus nitens Mart. & Gal. En 1924, William Trelease publicó una propuesta para nombrarla como especie nueva. La colecta del primer registro es incierta, pero probablemente fue en Chimaltenango. Es un encino abundante y con distribución muy amplia, desde el sur de México hasta El Salvador. Abarca una gran cantidad de hábitats, comparada con otras del género. En Guatemala puede encontrarse en los bosques húmedos o secos, mezclado con pino o asociado con ciprés y Abies, entre los 1,500 m.s.n.m.

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