Revista D

“La ciencia es una herramienta poderosa para que la sociedad guatemalteca encuentre soluciones”

Este año recibió el premio de la Organización para la Mujer en la Ciencia para el Mundo en Desarrollo (OWSD) y la Fundación Elsevier, por su desempeño en el área de desarrollo. Compartimos parte de su vida y proyectos.

Cabrera de visita en el  CERN, la organización europea para la Investigación Nuclear y  uno de los centros de investigación más importantes del mundo. (Foto Prensa Libre: María Eugenia Cabrera).

Cabrera de visita en el CERN, la organización europea para la Investigación Nuclear y uno de los centros de investigación más importantes del mundo. (Foto Prensa Libre: María Eugenia Cabrera).

María Eugenia Cabrera Catalán nació el 11 de marzo de 1983, en Mixco. Es la segunda de cuatro hermanos. Su trabajo y trayectoria la hicieron merecedora del premio de la OWSD como destacada científica, junto a otras cuatro mujeres.

Las investigaciones de este año pertenecen al campo de la Física y las galardonadas representan a cinco grandes áreas: Árabe, Ghada Dushaq; Asia central y meridional, Imalka Munaweera; Asia oriental y suroriental y Pacífico, Khongorzul Dorjgotov; América Latina y el Caribe, María Eugenia Cabrera Catalán, y África subsahariana, Mariana Asantewah Nkansah.

Siempre fue una buena estudiante, aunque ella misma dice que no era la mejor. En nivel básico, cuando estudiaba en el Colegio Nacional Americano, una de sus pasiones era descifrar todos los ejercicios de matemática que llegaban a sus manos, pero era más como un pasatiempo y se divertía haciéndolo.

Al estudiar su carrera de nivel medio entró al colegio Suger Montano, hoy Montano College, y ahí tuvo un catedrático llamado Rafael Santiago, quien motivó a todo el grupo a entender cómo funcionaba la naturaleza, sus leyes, qué pasaba en los juegos mecánicos como la Montaña Rusa, entre otros.

Con este entusiasmo participó en las Olimpiadas de la Ciencia y ganó el tercer lugar, así como en otros eventos.
Santiago fue una influencia grande y lamenta que su maestro falleciera antes de ver cómo algunos de sus estudiantes han seguido el camino de la ciencia.

“La ciencia es una herramienta poderosa para que la sociedad guatemalteca encuentre soluciones a sus problemas”.
María Eugenia Cabrera, científica guatemalteca

¿En qué momento decidió estudiar Física?

Al ser seleccionada en diversificado para las Olimpiadas de la Ciencia a nivel Iberoamericano recibimos cursos de apoyo en la Universidad de San Carlos, y los catedráticos comentaban que la Física era una buena opción. En lo personal quería estudiar Ingeniería y en ese tiempo las dos carreras recibían un área común, así que tenía un poco de tiempo para decidir qué rumbo tomaría. A los 17 años es un poco difícil decidir el futuro.

En mi generación éramos pocos. Estudiábamos Física no porque supiéramos qué íbamos a hacer después, sino porque queríamos aprender sobre la naturaleza y distintas áreas. En ese tiempo existían en especial tres subespecialidades: Geofísica, Física en altas energías y Física nuclear. También en esos años de universidad pocos trabajaban en investigación en el país.

¿En qué es posible trabajar como físicos, cómo se desarrollan actualmente y qué aportes hacen al mundo?

Mi asesor de tesis decía que el trabajo de los físicos es preguntarse el porqué de todo.

La Física está en todas las áreas. En la actualidad existen equipos multidisciplinarios y hay un físico presente en temas de clima, geofísica, astronomía, computación cuántica, nanociencia, materiales, entre otros. Todas las áreas que involucren entender cómo funcionan los materiales, energía o electricidad, toda la parte de desarrollo, involucra un físico. La pregunta podría ser también qué hace un físico en Guatemala.

Aquí no hay tantos grupos de investigación o desarrollando tecnología. Actualmente aquí se trabaja en ciencias de la tierra, el clima, sismología y volcanes. Esta última área está creciendo mucho, y si se crean las oportunidades adecuadas seguirá así.

La otra área que se explora en Guatemala es la Física médica y de radiaciones. Por ejemplo, ahora se exige que exista un físico médico en cualquier terapia de radiación. También está el área de investigación de la Escuela de Ciencias Físicas y Matemáticas en la Usac.

María Eugenia Cabrera trabaja en un campo de la Física que estudia partículas y cuestiona de qué está hecha la materia y cómo interactúa. (Foto Prensa Libre: Ma. Eugenia Cabrea).

¿Cuál sería su sueño para Guatemala en cuanto a la Física?

Me gustaría crear un grupo de investigación centroamericano de altas energías. Por ahora estamos trabajando con Honduras y se han unido personas de Costa Rica. La idea es fortalecernos como región.

Al trabajar en una red de física centroamericana nos damos cuenta que cada país tiene distintas circunstancias y situaciones, aunque los problemas resultan ser parecidos.

También fortalecer los programas de posgrado en esta área y crear las oportunidades para que los estudiantes, al estar formados, se puedan integrar y tener oportunidades fuera del país.

En Guatemala no se aprecia mucho la ciencia, pero es un problema educativo y pasa con todas las áreas del conocimiento. Cuando las personas escuchan que uno es físico o matemático se sorprenden, y existen prejuicios porque piensan de entrada que es algo difícil. Esto me lleva a plantear un segundo sueño y es que podamos mostrarle a la sociedad lo maravilloso que es entender cómo funciona la naturaleza y que se den cuenta de lo importante que es entender el entorno en que vivimos. No se necesita ser científico para que a uno le interese la ciencia.

El conocimiento que se crea es para la humanidad, así que me gustaría convencer a la sociedad que la ciencia es importante y nos permite crear un pensamiento más crítico que permite entender las situaciones que vivimos, cuestionarlas y que se hagan propuestas. La ciencia es una herramienta poderosa para que la sociedad encuentre soluciones a sus problemas.

Soñar es lo que a uno le motiva para salir adelante, pero luego, al poner los pies sobre la Tierra, uno se da cuenta que falta mucho tiempo y esfuerzo. Cada paso ayuda a alcanzar las metas.

¿De qué disfruta en su tiempo libre?

Me gusta nadar, aunque por la pandemia no he podido y desde hace un tiempo empecé a hacer pan de masa madre, un fermento que no necesita levadura.

Cuando me fui del país a estudiar lo que más extrañé de Guatemala y me gusta disfrutar son sus montañas, la neblina de Occidente, los paisajes verdes y sentir el viento. Estas sensaciones son únicas.

¿Cuál considera que ha sido un momento difícil en su vida?

En la parte académica siempre me había ido bien en el colegio y la universidad. Algunos cursos fueron un poco más complicados y tuve que pasar más noches sin dormir o dedicarle más tiempo, y al final las cosas habían salido bien.

Al irme a Italia recibíamos las clases en inglés, y aunque tenía conocimiento me sentía más tímida de lo normal y me parecía bastante difícil, así que tuve que reaprender a estudiar y a trabajar en equipo con compañeros de distintos lugares del mundo. Pasaba noches en vela tratando de resolver problemas. En ese punto empecé a sentir que no tenía las herramientas y estaba más complicado de lo que había intentado antes y eso me daba un poco de inseguridad.

Ese primer semestre aprendí que para resolver problemas se necesita dormir y comer bien, y tener la cabeza clara para que puedan surgir las ideas. Lo supe ese año. Y que uno debe intentar resolver las cosas solo, pero también identificar cuándo pedir ayuda.

¿Cuál es el papel de las mujeres en la ciencia?

En la Escuela de Ciencias Físicas y Matemáticas, cuando me incorporé solo éramos dos catedráticas y sentía una responsabilidad grande con las estudiantes, ya que es un compromiso. Ahora somos tres. En la Escuela tratamos de organizar una actividad al año para transmitir la importancia de un ambiente de respeto e igualdad. Es importante destacar que se formó un capítulo de OWSD* en Guatemala, lo cual es un paso importante, y aunque no estoy en los comités organizadores me sorprende cómo se fortalece y que existan tantas mujeres dispuestas a trabajar juntas. No había visto un movimiento así antes en Guatemala y apoyaré en lo que pueda.

*El capítulo Guatemala tiene 370 miembros y se formó en el 2020. Tiene su sede en la Academia Nacional de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de Guatemala. Entre sus objetivos está consolidar una base de datos de científicas en Guatemala, brindar tutoría personal a las niñas en STEAM (iniciales en inglés de Ciencia, tecnología, arte y matemática) y apoyar iniciativas nacionales para niñas y mujeres en STEAM.

ESCRITO POR:

Ingrid Reyes

Periodista de Prensa Libre especializada en periodismo de bienestar y cultura, con 18 años de experiencia. Premio Periodista Cultural 2023 por el Seminario de Cultura Mexicana y premio ESET región centroamericana al Periodismo en Seguridad Informática 2021.