Revista D

Las voces del jingle de B&B

Arístides Paz y Anabella Portilla grabaron en 1964 el famoso anuncio que prácticamente le da la bienvenida a la Navidad. 

Arístides Paz y Anabella Portilla grabaron el anuncio radial para la marca B&B, en 1964.. Fotos Prensa Libre: Manuel Recinos / YouTube - Álvaro Interiano.

Arístides Paz y Anabella Portilla grabaron el anuncio radial para la marca B&B, en 1964.. Fotos Prensa Libre: Manuel Recinos / YouTube - Álvaro Interiano.

“Tenga usted feliz Navidad, que la paz reine en su hogar”. Es  probable que esa pequeña y sencilla oración le cause diversas reacciones: risa, tristeza o nostalgia, pues se le habrá venido a la mente el anuncio de radio que, casi casi, le da la bienvenida a la temporada navideña en Guatemala.
Ese spot, que usted ya está tarareando al leer estas líneas, fue grabado por  dos personajes cuyos apellidos empiezan con “p”: Arístides Paz y Anabella Portilla. P&P, dos veces pilas.
Paz nació en Puerto Barrios, Izabal, el 2 de septiembre de 1939. Gran parte de su carrera la dedicó al canto y a grabar comerciales radiales. Desde 1985 reside en Los Ángeles, California, por lo que se le entrevistó vía telefónica. Actualmente está jubilado.
Portilla vive en la Ciudad de Guatemala, donde nació el 17 de abril de 1950. “Mi barrio fue la gloriosa avenida de Los Árboles (15 avenida de la zona 1)”, expresa. Empezó a trabajar a los 14 años en la planta telefónica de una emisora de radio, para luego aprovechar su voz en el canto y grabación de comerciales. Asimismo, por bastante tiempo fue presentadora de televisión.
En esta entrevista, Paz y Portilla cuentan sobre su dilatada trayectoria en los medios de comunicación, así como a recordar aquel jingle que, hasta hoy, es un ícono tanto de la marca que representa como de las fiestas navideñas.

Muchos dicen que el comercial de B&B prácticamente da inicio a la temporada navideña.

Portilla. Sí (ríe); de hecho, fue uno de los primeros jingles que grabé en mi carrera. En ese entonces (1964) tenía 14 años; ¡era una adolescente! Con Arístides nos tocó grabarlo y, por supuesto, nunca imaginamos la repercusión que iba a tener.
Paz. Yo ya tenía alguna trayectoria en los medios de comunicación; lo cierto es que aquella producción fue y sigue siendo bonita y acertada.

¿Dónde se produjo?

Portilla. En un pequeño estudio de una emisora de radio que está en el barrio San Sebastián, en el Centro Histórico. En solo tres horas, más o menos, estaba listo el anuncio.

¿De quién es la música y la letra?

Portilla. La melodía se llama Jingo Jango y es original del compositor alemán Bert Kaempfert (1923-1980). La letra es del productor guatemalteco Mario el Conejo Hernández (qepd), a la cual llamó Las campanitas de Navidad.

¿Por qué ha sido tan exitoso ese jingle?

Portilla. Porque se adapta tanto a adultos y niños, a ricos y pobres. Es para todos y para varias generaciones. Por eso se ha mantenido al aire por 52 años y a cada quién le trae recuerdos específicos.

¿Cómo qué?

Portilla. Mire, a veces la gente que no me conoce me dice: “¡No lo puedo creer, usted fue la que cantó en ese comercial!”. Otros, al saberlo, se ponen a llorar de inmediato y me abrazan. Este tipo de reacciones suceden porque la canción les hace recordar su niñez, su barrio, su familia… Un guatemalteco residente en Estados Unidos me escribió sobre su experiencia, la cual me conmovió; resulta que creció en pobreza extrema y cuenta que comía tortillas con sal. Al escuchar el comercial, sabía que su madre empezaría una colecta para poder hacer tamales. Ahora le causa el mismo recuerdo: a su mamá haciendo tamales. Esas situaciones me sacan las lágrimas, y también me dan un sentimiento de nostalgia, ternura y amor. En esos momentos me siento millonaria.

¿Cuánto les pagaron por el jingle?

Paz. Unos Q15 o Q20, pero era buen dinero, porque abundaba.
Portilla. Fueron alrededor de Q12 —difiere—. Yo feliz, porque era joven y esa cantidad era bastante.

¿Por qué los eligieron a ustedes?

Paz. Ambos pertenecíamos al grupo que se dedicaba a grabar diversos spots en esa emisora de radio.
Portilla. Yo trabajaba en la planta telefónica de la radio, pero el productor ya contaba conmigo para que prestara mi voz. Estaba feliz porque mi sueño era ser artista.

¿https://www.youtube.com/watch?v=xw0KFWQ3AwM

Cómo llegaron a los medios de comunicación?

Paz. Todo empezó desde que era niño. Me gustaba la actuación y el canto. En párvulos fui maestro de ceremonias para presentar a mis compañeritos que iban a cantar, a declamar, a bailar. A mí me gustaba interpretar las del compositor infantil Francisco Gabilondo Soler, como Cri-cri o La Patita.
Alrededor de los 20 años solía inscribirme en concursos de canto regionales en los que interpretaba rancheras, boleros o románticas, pero con estilo porteño, tropical; lo hacía más alegre. De hecho, en mi Puerto Barrios natal gané y, desde entonces, se me abrieron muchas puertas a nivel nacional, hasta llegar a la radio.
Portilla. De niña quería ser cantante, locutora y presentadora. Cierta vez, un hermano me dijo que había un programa radial de aficionados que se transmitía desde la zona 1. Era junio o julio de 1964; tenía 14 años y estudiaba en el Sagrado Corazón. Al salir de clases fui a hacer las audiciones con canciones de Angélica María y Enrique Guzmán, pues estaban de moda. Me fue bien.
Incluso, en uno de sus concursos quedé en primer lugar y, ¿sabe? De premio me dieron una bolsa con productos B&B (ríe).

¿Qué pasó luego de eso?

Portilla. Empecé a cantar con un grupo de rock que se llamaba Los Holidays. En los meses siguientes me invitaron a grabar un spot; el dueño de una radioemisora me escuchó, le gustó mi voz y me ofreció trabajo en su planta telefónica durante mis vacaciones. Fue en ese tiempo que, por cosas del destino, surgió la oportunidad de grabar el anuncio de B&B.

¿A qué más se dedicaron?

Paz. Di mi voz para varios anuncios. Aparte, seguí interpretando canciones populares por la radio y amenizando en clubes nocturnos con música bailable. También estuve en la orquesta de Guillermo Rojas y en populares programas de televisión.
En 1985 me trasladé a Los Ángeles, California, pues participaba con la orquesta de Bob Porter. Desde entonces resido acá, donde tengo bastante familia.
Portilla. En ningún momento he dejado la grabación de spots de radio. En 1966 fui a cantar al Hospital Roosevelt para una celebración del Día del Padre. Ahí conocí a un joven que hacía sus prácticas de medicina y empezó una historia de amor. Era Manuel Escopeta Recinos (fallecido en el 2010), que también fue un famoso futbolista: jugó en el club Aurora y fue parte de la Selección Nacional. De hecho, le anotó un gol decisivo a México durante el campeonato Norceca 1967, el cual ganó Guatemala. Con él tuve a mi único hijo.
De Recinos me separé un tiempo después de habernos casado, así que, en 1969, volví a los escenarios para cantar. Asimismo, estuve en la televisión por bastante tiempo.

Arístides Paz, ¿usted se casó?

Sí, con una guatemalteca con quien tuvimos cinco hijos. Fue una talentosa pianista; incluso, en la década de 1980, formamos un grupo en Guatemala que se llamaba Sonido Latino. Luego nos vinimos a Estados Unidos y, hace unos años, falleció durante un viaje que hizo a nuestro país.

¿Viene a estas tierras?

Antes iba cada año, pero lo he dejado de hacer seguido desde que murió mi mamá. Sin embargo, aún tengo hermanos en nuestra patria.

¿Siguen cantando?

Portilla. Ahora no. Me retiré del canto popular hace unos 20 años y luego me dediqué a la música cristiana.
Paz. He tenido algunos shows acá en EE. UU., pero más que todo en algún evento especial o a manera de homenaje, como uno que me hicieron en el famoso Million Dollar Theatre. Pero, aparte de aquella vida artística, también trabajé en el aeropuerto como piloto de un camión que abastecía de comida a los aviones. Un día tuve un accidente con un carro maletero, pues, al parecer, el conductor estaba drogado. Desde entonces (2001) me jubilé.

Anabella Portilla, después de tantos años, ¿le molesta que le pidan cantar el jingle de B&B?

¡Para nada! Soy feliz con eso (ríe).

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