De Molina, por su experiencia, se hace cargo del banco. Después de su primer lanzamiento, llega a una casilla que la obliga a retribuir impuestos. “Pues a pagar porque sino nos desfinanciamos”, dice entre risas.
El presupuesto nacional del 2015 es de Q70.6 millardos, de los cuales Q54.7 millardos se prevé serán recaudados por la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT). En declaraciones recientes el intendente de recaudación dejó entrever que podría haber un cálculo errado de las metas tributarias.
En este Gobierno siempre ha habido una dicotomía entre la posición del ministro de Finanzas y el Superintendente de Administración Tributaria en cuanto a lo que el Ministerio de Finanzas (Minfin) ha programado y lo que el Superintendente ha estimado.
En el Minfin el presupuesto se calcula en un escenario de crecimiento con expectativas altas que, lógicamente, hacen que el nivel de ingreso calculado esté por encima de la SAT, de acuerdo a sus capacidades reales que podrá recaudar.
Pero no se ha considerado que la SAT se ha estado debilitando. Y la fragilidad institucional es cada día más severa. Pareciera que un poder paralelo dentro de la SAT, efectivamente, está mermando la capacidad de recaudación de impuestos.
Un tercer tema es que hay un poder relativo del Ministro de Finanzas.
¿Usted considera que el ministro está atado de manos?
El ministro no decide directamente sino indirectamente a través de un Consejo Directivo de la SAT sobre la recaudación tributaria. En mi experiencia, el ministro de Finanzas tenía a cargo la Dirección General de Rentas Internas y Aduanas con ese manejo de recaudación, también se estimaba el nivel del gasto. Ahora el ministro maneja más el tema de la programación del gasto y depende del Consejo Directivo de la SAT para las metas calculadas para los ingresos.
El juego avanza y la exministra ha empezado a quedarse sin efectivo, mientras el número de sus propiedades aumenta.
Cuando un jugador cae en una propiedad del otro, debe pagarle al dueño por pasar por ahí. A más inversión del dueño más será el valor del derecho de paso.
De Molina sonríe complacida al empezar a cobrar ese derecho a su oponente. “Tengo que recapitalizarme”, comenta.
En el presupuesto se estiman 54.7 millardos de recaudación. Pero el cálculo inicial de la SAT fue de Q50 millardos. ¿Habrá otra vez una brecha fiscal en el presupuesto?
Con cálculos muy a grosso modo, estimé desde el inicio de este Gobierno una brecha de aproximadamente Q5 mil millones, y estos cálculos se siguen manteniendo. El cálculo entre lo que se programa de recaudación y lo que se programa de gasto sigue teniendo ese margen de deficiencia.
No podemos decir, por ejemplo, si el Ministerio de Educación tiene el mayor nivel de ejecución es porque es eficiente. Obviamente, el mayor porcentaje de recursos en Educación va a salarios.
El impacto del gasto en general no lo tenemos. No sabemos cuánto está asociado lo que está programado, por ejemplo, a niveles de ampliación de cobertura educativa, ampliación de caminos, y atención en salud.
Con el presupuesto se aprobó el impuesto a las Telecomunicaciones de Q5 al mes por cada línea telefónica fija o móvil, que fue suspendido temporalmente por la CC, y otro tributo al cemento. ¿Este era un intento de una mini reforma?
No, en absoluto. Lo que hubo fue una medida emergente para ver cómo se disminuía esa brecha.
Más se evade en la telefonía con todo lo que se maneja pues como en la economía informal, por ejemplo, no se emiten facturas por las recargas de teléfono. Ahí se podría recuperar muchísimo. El tema del contrabando se ha, prácticamente, institucionalizado.
Con la aprobación del presupuesto 2015 en noviembre se suprimieron temporalmente las constancias de disponibilidad financiera para muchas compras que se hacen en el Gobierno.
Es importante recordar el espíritu detrás de las constancias de disponibilidad financiera que, además de la transparencia, su objetivo era evitar la polémica discusión de deuda flotante. Es totalmente ilegal generar compromisos sin partida presupuestaria.
La ley de transparencia establece sanciones para funcionarios y empleados que adquieran bienes sin las constancias de disponibilidad financiera. ¿Quedan anuladas también?
Al quedar fuera el requisito de presentar constancias, obviamente, viene la discrecionalidad de nuevo. Después se le endosa al Gobierno la responsabilidad de tener que pagar esas adquisiciones sin que estuvieran presupuestadas. Va a sumarse al problema de una deuda flotante multimillonaria. La deuda flotante, a mi criterio, es aquella que habiéndose generado un compromiso con base a una partida presupuestaria aprobada no se pagó en ese año y se arrastra al siguiente.
El Presidente justificó que se eliminaban esas constancias por la lentitud de inversión en algunos ministerios. ¿Se trata de una demora para aprender a usar este mecanismo?
El Ministerio de Finanzas no ha desembolsado por la falta de recursos. Ha habido falta de ejecución no solamente por las capacidades mismas de las unidades ejecutoras, sino porque no se les han asignado recursos.
Además, la ejecución de las oenegés que habían logrado eliminarse va a facilitarse.
De Molina —en el juego— cayó en la casilla de una empresa portuaria, pide un momento para adquirirla antes de continuar.
¿Los impuestos aprobados en el presupuesto afectarán al sector privado?
No creo que desde el punto de vista económico afecte el consumo de la telefonía, por ejemplo. Lo veo desde la perspectiva que se buscaron soluciones emergentes a problemas estructurales.
¿Cuáles son esas formas para ampliar la base tributaria?
Hay dos formas de elevar la base tributaria. Una, fiscalizando la recaudación. Otra, por la mejora de condiciones de vida de las personas en cuanto a su nivel de ingreso. Si la población está en condiciones de pobreza y pobreza extrema, no llega a los niveles requeridos para hacer una contribución a través de impuestos. Entonces se vuelve un círculo vicioso porque el presupuesto ya no es una herramienta de retribución del ingreso social. Las finanzas públicas no son finanzas empresariales.
Las exportaciones ¿se verán afectadas?
No lo hará si es que tenemos mayor nivel de competencias y mayor nivel de oferta y logramos incursionar en nuevos mercados.
El tipo de cambio está estable. El escenario macroeconómico siempre quedó privilegiado cuando se presentó el presupuesto. Porque se trata de no aumentar el déficit fiscal.
Entonces ¿eso fue un acierto de quienes idearon el presupuesto?
Sí, es un aspecto positivo del presupuesto. Yo no estoy de acuerdo en que el país tenga necesidad de disminuir el gasto, se debe buscar la calidad del gasto que se realiza. Hay necesidad de aumentar el mismo vía la educación y la salud. La calidad de ese gasto hay que medirla.
A más de la mitad del juego se ha quedado casi sin efectivo, con una risita nerviosa afirma “la escasez es un concepto económico por lo tanto la economía existe para administrarla. Hay que priorizar”, advierte.
El Ministerio de Comunicaciones es la segunda cartera con más recursos después de Educación, más que Salud y Gobernación en el 2015. ¿Realmente se establecieron prioridades?
Identifico varias cosas que son importantes: La elaboración del presupuesto con base a una agenda de largo plazo, eso es un presupuesto por resultados, eso no lo tenemos; la necesidad de una rendición de cuentas para saber si se debe invertir en esa misma dirección el siguiente año y evaluar.
La partida del juego finalmente termina a favor de De Molina. Quien reconoce que un presupuesto debe aumentar si la calidad del gasto está justificada, ve el tablero y opina: La inversión siempre gana renta.