Revista D

Sergio Izquierdo, el fotógrafo de la vida salvaje

El próximo mes emprenderá un viaje para captar con su cámara la contaminación del plástico desde Bermuda hasta Nueva York. Las imágenes serán publicadas en National Geographic.

La fotografía fue la pasión de su abuelo Mauricio y también de su padre Sergio, por lo que no hay nada de extraño que Sergio Izquierdo haya heredado el amor por este arte, el cual le ha permitido recorrer el mundo. Sus primeras aproximaciones las llevó a cabo cuando recién había cumplido 18 años y le regalaron una cámara digital para la Navidad.

Con mucho entusiasmo principió a ejecutar sus primeros trabajos y el pago que recibía lo dividía en dos partes: una para los gastos personales y la otra la invertía en equipo fotográfico.

A los 20 años captó, por primera vez, una ballena, y fue con este trabajo que supo que se dedicaría a retratar la vida salvaje. Con el paso del tiempo, su obsesión por el medio ambiente lo llevó a sumergirse en los arrecifes.

Izquierdo es modesto, quizás por eso no cuenta que fue uno de los 12 fotógrafos seleccionados, entre siete mil, por la organización Arts & Artists (IA&A) para exponer en la galería Hillyer Art Space, en Washington, en el 2010. Hace poco más de una semana una de sus imágenes se exhibió en el Museo de Historia Natural de Nueva York.

El próximo mes participará en una expedición organizada por National Geographic Latinoamérica, que partirá de Bermudas a Nueva York, con el objetivo de fotografiar la contaminación que causan los desechos plásticos.

Su segunda pasión son los caballos. La equitación es un deporte que siempre ha practicado su familia, de origen holandés.

Es padre de tres pequeños y pareja de una educadora de párvulos.

¿Cuál fue su primera profesión?

Es difícil decir cuál fue la primera (risas). Soy ingeniero en Ciencias de la Computación y estudié una maestría en esta misma especialidad. Además, tengo una empresa de desarrollo web. Soy multisonido (risas).

En la actualidad, ¿qué otras tareas ejecuta?

Estoy empezando a editar documentales, aunque mi fuerte es la fotografía salvaje. Formo parte de varios movimientos pro-medio ambiente y soy presidente de la Asociación de Biología Marina, aunque no soy biólogo. Acabo de fundar otra oenegé que se llama Rescue the planet, que también aborda temas medioambientales. Mi meta es generar conciencia.

¿A qué edad tuvo su primera cámara?

Recuerdo que cuando era niño mi papá tenía una cámara marca Miranda. Me dejaba tomar una foto cada tres rollos de 36 que él empleaba; la configurada para que yo solo disparara. Mi abuelo paterno hacía muchos experimentos con las fotografías. Pero fue hasta que nos visitó un primo de Holanda y trajo una cámara digital cuando tomar fotos se convirtió en una pasión. Subimos el Volcán de Pacaya, que estaba activo, y observé la silueta de un perro con el Sol de fondo. El contorno del animal se veía brillante, por lo que me tiré al suelo, tomé la foto y decidí que quería hacer eso siempre: tomar fotos.

¿Qué edad tenía en ese entonces?

Como 18 años, eran los días de la Navidad, por lo que le pedí a Santa Claus una cámara. Así comenzó todo. Gané algunos concursos internacionales en los que recibí como premio tarjetas de crédito pre cargadas, con las cuales compré cámaras. Completaba mis ingresos con trabajitos extras, pero siempre repartía el dinero así: 50 por ciento para mis gastos y 50 para equipo.

¿Cuáles fueron sus primeros trabajos como fotógrafo?

Hice algunos de bodas, pero no me gustó ese oficio (risas). Era un todólogo en este campo, como muchos fotógrafos novatos, hasta que con la línea conservacionista empecé a fotografiar ballenas y delfines. ¡Me convencí de que mi rollo es la vida salvaje!


¿Recuerda su primera vez frente al mar?

Desde pequeño me encantó, pero la primera vez que estuve frente a una ballena ¡fue impresionante!, tenía unos 20 años. Anualmente, llevo a cabo expediciones. La naturaleza es un regalo maravilloso, por eso me preocupa que no le demos importancia al medioambiente. Recientemente sobrevolé la Sierra Lacandona y observé muchas partes de esta reserva deforestadas. Los mexicanos entran a nuestro territorio para cortar madera, y el personal de la Consejo Nacional de Áreas Protegidas tiene miedo de llegar ahí, porque lo amenazan de muerte.

¿Cuántos países ha recorrido?

Sudáfrica, algunos países de Europa, Estados Unidos, México y toda Centroamérica.

¿Hay algún lugar que lo inspire para tomar fotografías?

La selva petenera y la vida marina. Mucha gente desvaloriza la calidad de la fotografía salvaje porque no sabe lo que hay detrás de ella.

¿Qué es lo más insólito que ha fotografiado?

En la expedición de Bermuda a Islandia, que llevé a cabo el año pasado, me sorprendió la cantidad de microplástico que contamina el océano. ¡Quién iba a pensar que se encontrarían microplásticos cerca del círculo Ártico!

¿Qué hizo para llevar a cabo esa expedición?

¡Dios obra increíblemente! El año pasado hubo un concurso de video y el premio era un viaje de Bermuda a Islandia. Soy ‘computólogo’, por lo que tengo las herramientas para haber hecho trampa en el sistema de votación en línea, pero Dios me decía que no me apartara del buen camino. El que ocupó el tercer lugar en este certamen fue promocionado en el canal Fox News de Estados Unidos y no le funcionó. Cuando estaba en en el barco de la expedición, los organizadores me dijeron:“De todas las personas que concursaron el único que no hizo trampa fuiste tú, por eso tus votos fueron legítimos”.

¿Quién convocó al concurso?

La organización 5 Gyre. El concurso se llamó Viking Gyre Video. La travesía consistió en 21 días a bordo de un velero. Teníamos que hacer de todo, allí aprendí a cocinar y a pilotear la nave, éramos 14, incluyendo a los dos capitanes. Estos científicos viajan alrededor del mundo para estudiar dónde hay más y menos concentración de plástico. En el Pacífico Norte hay una concentración que llaman isla de plástico, que está formada por un millón 400 mil kilómetros cuadrados de este material. Todo esto lo documenté.

¿Cómo surgió la oportunidad con Nat Geo?

Cuando ofrecí esa historia acerca de la contaminación de plástico respondieron que ‘esa historia ya la habían publicado en España’, lo cual yo sabía, pero vieron el material que les envié y cambiaron de opinión.

¿Había tenido contactos antes con ellos?

Hace muchos años impartimos un curso con Luciano Candisani, un fotógrafo brasileño que ha trabajado para esa revista. Yo concreté el proyecto del Baktun 13 para Nat Geo Brasil, pero las imágenes nunca se publicaron. Las puertas se abrieron otra vez cuando Nat Geo Latinoamérica propuso el tema de la contaminación plástica a la casa matriz.

El crédito de las fotos no es mío es de Dios, he aprendido que a Él le gusta manifestarse en imposibles. Tengo la confirmación de que vamos con el editor para hacer la expedición en junio de Bermuda a Nueva York. ¿Acaso que tantas puertas se abrieran de par en par, una tras otra, no es casi imposible?
iSu más reciente expedición la hizo en un velero desde Bermuda hasta Islandia.

Pefil

  • Fotógrafo profesional conservacionista
  • Sus trabajos han sido expuestos, además del país, en Estados Unidos, Islandia, Canadá, Costa Rica, El Salvador, Brasil, Honduras y Holanda.
  • Es presidente de la Asociación de Biología Marina.
  • Estudió ingeniería y una maestría en Ciencias de la Computación y Tecnología en la Universidad del Valle de Guatemala.

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