Revista D

Uso de las manos en logotipos son señales de poder

¿Por qué algunas agrupaciones políticas de Guatemala emplean manos en sus logotipos?

Varios partidos políticos guatemaltecos que emplean manos en sus logotipos han ganado las elecciones presidenciales (Foto Prensa Libre: Archivo).

Varios partidos políticos guatemaltecos que emplean manos en sus logotipos han ganado las elecciones presidenciales (Foto Prensa Libre: Archivo).

Diversos partidos políticos vigentes del país incluyen manos dentro de su simbología, algo que se ha vuelto común desde 1990, año en el que se fundó el hoy desaparecido Frente Republicano Guatemalteco.

De hecho, aquel logotipo, con tres dedos extendidos, surgió del discurso moralista de Efraín Ríos Montt: “No robo, no miento, no abuso”.

“En el plano semiótico genera un mensaje ambiguo, entre la apertura y el ocultamiento. Asimismo, denota orden”, analiza Carlos Velásquez, experto en el tema. “Los colores empleados, sin embargo, transmiten su tendencia hacia el conservadurismo, la racionalidad y el nacionalismo”, agrega.

Hoy, el Partido Patriota (PP); Libertad Democrática Renovada (Lider); Unidad Nacional de la Esperanza (Une); Todos, Winaq, Visión con Valores (Viva), y Compromiso Renovación y Orden (Creo) usan esa extremidad superior dentro de sus símbolos.

“El empleo de manos y brazos en los logos se asocia con el poder y el dominio”, refiere Velásquez.

Teresa Baró, especialista en lenguaje corporal, indica vía correo electrónico, que mediante los símbolos “la gente reivindica su forma de pensar o su pertenencia a determinado grupo”.

Precisamente eso es lo que aprovechan los estrategas de campañas políticas, es decir, adherir gente mediante la repetición de señas. “Mucho tiene que ver la psicología de las masas. La gente se contagia fácilmente para reproducir emociones y, con ellas, los símbolos”, indica el guatemalteco Otto Yela, doctor en Desarrollo del Aprendizaje por la Universidad de Alcalá y máster en Comunicación por la Universidad Iberoamericana de México.

Simbología partidaria

De acuerdo con Juan Carlos Guzmán, comunicador y catedrático de la Escuela de Ciencias Políticas de la Universidad de San Carlos, la señal del puño con el pulgar hacia arriba que identifica al partido Lider se asocia con aprobación, camaradería, juventud, informalidad y demagogia.

Velásquez añade que “hacerlo con la mano derecha implica conservadurismo, pero entra en contradicción al estar plasmado sobre un fondo rojo, pues este color, desde un punto de vista semiótico, significa dinamismo y cambio —por ello se le vincula con los partidos de izquierda o revolucionarios—. Combinado con el blanco transmite un cambio dentro de un esquema ya establecido”.

Respecto al gesto del PP —el puño—, se asocia con el poder, la decisión y la agresividad. “Psicológicamente simboliza ocultamiento y escasa tendencia a buscar el diálogo. Se liga con el fascismo o nazismo, por sus implicaciones de fuerza y ensimismamiento. Aunque en Guatemala representa una ideología de derecha, en otros países lo han empleado los llamados partidos revolucionarios”, indica Velásquez.

En cuanto a los colores, en el plano ideológico, el naranja está vinculado con el exhibicionismo, el pensamiento individualista y la egolatría. El azul transmite conservadurismo.

Movimientos socialistas y revolucionarios saludan con el puño. De ejemplo, Nicolás Maduro, presidente de Venezuela (Foto Prensa Libre: AFP / Getty Images).

Caso diferente es el de la Unidad Nacional de la Esperanza, cuya imagen, con dos manos abiertas, transmiten inocencia y limpieza. Los miembros de esta agrupación política suelen juntar las manos con las palmas hacia el pecho, a manera de crear la figura de una paloma, símbolo de la paz. Este gesto, a la vez, evoca proximidad al corazón.

Para Yela, sin embargo, el logotipo contraviene uno de los principios de la publicidad, que demanda una interpretación inmediata y simple. En cuanto al color, el verde transmite tranquilidad y esperanza. Ideológicamente se asocia con la socialdemocracia y el centro.

Desde una interpretación semiótica, el caso del partido Todos resulta interesante. “El uso de la mano extendida, pero plana y con los dedos juntos, proyecta temor”, comenta Velásquez.

El círculo blanco, además, es un elemento que limita. “En conjunto, transmite poca movilidad e inseguridad”, dice.

Para los expertos, también proyecta un mensaje de falta de seriedad.

En cuanto a los colores, el morado comunica tranquilidad y reflexión; el celeste, pasividad; el blanco, empleado con los anteriores, le otorgan un sentido conservador.

Para Guzmán, el símbolo del partido Creo va mejor con una oenegé que con una agrupación política. En cualquier caso, el aparecimiento de dos brazos entrelazados —uno que está desde arriba para jalar a otro—, evoca el trabajo en equipo, a ayudar al prójimo.

En cuanto a la paleta cromática, el negro se relaciona con la justicia, el rojo con la pasión y el amarillo con la abundancia y la ostentación.

Los logotipos de Winaq y Viva —ambos con brazos y manos abiertas—, simbolizan apertura, honestidad e inclusión. También aluden al clamor popular.

Para Velásquez, el símbolo de Winaq, en su conjunto, ofrece un mensaje de inseguridad e inocencia. De hecho, las manos pequeñas proyectan una imagen infantil. “El hecho de plasmar el torso de una persona, sin embargo, le resta fuerza al símbolo, pues se aleja de la simplicidad de una mano”, ejemplifica Yela.

El rojo, eso sí, se acopla con la ideología que representan —de izquierda—.

Para Viva, su celeste y blanco transmite conservadurismo, nacionalismo y racionalidad.

De siempre

Por supuesto, alrededor del mundo se han creado múltiples símbolos a lo largo de la historia. Muchos se basan en las manos, quizás porque con ellas se puede crear o destruir. O como decía el filósofo Immanuel Kant: “La mano es nuestro cerebro exterior”, o bien, como expresaba el también pensador Anaxágoras: “el ser humano es inteligente porque tiene manos”.

De esa cuenta, en el imaginario colectivo aparecen imágenes como la de Poncio Pilato, antiguo gobernador de Judea, quien se lavó las manos simbólicamente para eludir cualquier responsabilidad en el juicio contra Jesús.

También está Miguel Ángel, quien pintó en la Capilla Sixtina una impresionante escena del Génesis en la que el dedo índice de Dios está a punto de tocar el de Adán, para así darle vida.

El nazismo, liderado por Adolf Hitler, adoptó este saludo como símbolo (Foto Prensa Libre: Archivo).

Los sociólogos, de igual forma, han dicho que el simple hecho de darse la mano establece cierta relación entre las personas. Incluso, existen diversos estudios que indican que hasta el 55 por ciento de los mensajes son enviados a través del lenguaje corporal —una gran parte generados por las manos—.

Bárbara y Allan Pearce, autores de The Definitive Book of Body Language (El libro definitivo del lenguaje corporal), refiere que mostrar las palmas abiertas es una antigua señal de honestidad. Por eso resulta simbólico el hecho de que en una corte la gente ponga una mano sobre un texto religioso y levantar la otra para jurar decir la verdad.

Otra de las señales de gran significado en nuestro lenguaje no verbal es apuntar con el dedo índice, pues eso denota dominio. “Esta acción, en sentido figurado, demuestra que quien lo hace al hablar, vence a su interlocutor”, se consigna en el estudio de los Pearce. “Subconscientemente evoca sentimientos negativos en los otros porque involucra un movimiento agresivo, el que muchos usan antes de un ataque físico”, agregan.

De ahí, hay innumerables señales. Hay manos que piden, que ofrecen, que amenazan, que dirigen el tráfico, que saludan, que hacen gestos de victoria, que se tienden abiertas al amigo, que dibujan en el aire una despedida. “El gesto de una mano no solo subraya o indica una disposición interior, sino que también la lleva a cabo; es la que pone en acción al ser humano”, escribe José Aldazabal en su obra Gestos y símbolos I (editorial Dossiers, 1986).

De las señas más famosas está aquella que se hacía entre los antiguos romanos, en la que si el pulgar apuntaba hacia abajo, indicaba la condena y muerte de un gladiador, mientras que si apuntaba hacia arriba, le confería el derecho a vivir.

Otro de los gestos más recordados y a la vez repudiados de la historia es el saludo que efectuaban los fascistas y los nazis, el cual adoptaron del antiguo saludo romano —según la facción de Adolf Hitler, ese gesto fue empleado antes por los nórdicos de raza aria—.

Saludo de Benito Mussolini. Esta seña identificaba a los fascistas (Foto Prensa Libre: Getty Images).

Entre 1933 y 1945, el saludo —con el brazo totalmente extendido—, fue acompañado por la expresión Heil Hitler (Salve Hitler).

Pero, ¿por qué un gesto puede volverse tan exitoso? “Entre el pueblo alemán de esa época, ese saludo generaba la idea de firmeza y protección”, explica Guzmán.

El mismo saludo romano lo tuvo la Falange Española —partido fundado por José Antonio Primo de Rivera en 1933—, las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista y el franquismo —de hecho, fue obligatorio en todo el territorio español de 1936 a 1945—.

También durante la Segunda Guerra Mundial, el primer ministro inglés Winston Churchill popularizó el gesto de la “V”, con los dedos índice y medio, como símbolo de la victoria de los aliados. La seña, luego, la adoptaron los estadounidenses que estaban en contra de la Guerra de Vietnam y, al mismo tiempo, terminó siendo un gesto pacifista del movimiento hippie.

Winston Churchill hace una “V” con sus dedos, el símbolo de la victoria de los aliados durante la Segunda Guerra Mundial (Foto Prensa Libre: Life).

Corazón Aquino, gobernante de Filipinas de 1986 a 1992, se identificaba con los suyos mediante una “L” hecha con el índice y el pulgar, la cual significa laban —la “lucha” contra el régimen del dictador Ferdinand Marcos—.

Entre los serbios aún se hace una seña con el pulgar, índice y medio, que simboliza la supervivencia de ese pueblo —tal gesto, sin embargo, es mal visto entre los croatas y bosnios—.

En Macedonia hay un símbolo parecido al “ok”, pero que en ese caso denota el orgullo de su gente.

En tanto, el ejército albanés simbolizaba la defensa del rey Zog I al poner su mano en el pecho, de igual forma a como un guatemalteco la coloca al entonar el Himno Nacional.

En varios países, la seña del puño lo efectúan los movimientos socialistas. “Simboliza la lucha del pueblo”, refiere Baró. De ahí que Hugo Chávez y Nicolás Maduro, en Venezuela, empuñen la mano para saludar a sus compatriotas; lo mismo en ciertos países de Europa. “Este tipo de gestos, sin embargo, son polisémicos”, refiere Yela. Quiere decir que una misma imagen puede tener connotaciones diferentes. “Un símbolo no comunica por sí mismo; hacen falta mensajes alternos que le den el significado que se desea”, agrega Yela.

Con él coincide el semiólogo Velásquez: “Un símbolo en sí mismo y descontextualizado, carece de ideología”. De esa cuenta, en Guatemala, el puño se ha ligado al partido hasta ahora oficial —de derecha—.

Sentido religioso

Dentro de las religiones también existe un sinfín de movimientos con las manos que comunican diferentes situaciones. La Biblia, por ejemplo, recurre a la metáfora de las manos para mostrar el poder creador de Dios. También le confiere toda una serie de intervenciones en la historia de la salvación: “Yahvé nos sacó de Egipto con mano fuerte y brazo extendido”, (Dt 26,8).

En tanto, entre los devotos cristianos, se recurre a diversos gestos al momento de la oración. Según Aldazabal, tener los brazos abiertos y elevados es una especie de grito de angustia y petición o una expresión de alabanza y gratitud; en cambio, mantener las palmas hacia arriba es el reconocimiento de pobreza. “Son manos que piden”, explica.

Las manos unidas, palma contra palma o con los dedos entrelazados, es una actitud de recogimiento, de meditación, de paz.

Entre los católicos, los dedos pulgar, índice y medio representan a la Santísima Trinidad. Durante la celebración eucarística, además, hay movimientos que incluyen señales con la cruz, extensión de las manos para la comunión o el brazo para el momento de dar y recibir la paz de los otros fieles.

En otras creencias también se evidencia el gran sentido simbólico de las manos. En el antiguo Egipto aludían al poder creador; para los cabalistas, la mano es el rey de la luz; para los musulmanes representa a la “sagrada familia”; y en el budismo e hinduismo forma parte de un complejo mundo de gestos unidos a la oración llamados mudras.

Inolvidable

Uno de los gestos de gran relevancia político y social a nivel mundial fue aquel que efectuaron los atletas Tommie Smith y John Carlos, quienes, durante los Juegos Olímpicos de México 1968, hicieron el saludo del Black Power, como protesta en favor de los derechos civiles de los afroamericanos en Estados Unidos.

Tommie Smith y John Carlos efectúan el saludo del Black Power en los JJ. OO. de México 1968 (Foto Prensa Libre: Agencia AP).

Cada quien lo hizo descalzo, con un guante negro en una de sus manos. Smith, además, tenía un pañuelo oscuro en el cuello que representaba el orgullo afroamericano, mientras que Carlos vestía una chumpa abierta en solidaridad con los obreros estadounidenses, así como un colgante en honor de aquellos que fueron linchados o asesinados por el color de su piel. Además, al momento de sonar el himno de su país, bajaron la cabeza para simbolizar la humillación a la que había sido sometida su etnia.

La imagen dio vuelta al mundo. “Si gano, dicen que soy estadounidense. Pero si hago algo malo, dicen que soy negro. Somos negros y estamos orgullosos de serlo. La América negra entenderá lo que hicimos esta noche”, sentenció Smith.

El Comité Olímpico Internacional los expulsó por reivindicación política. En su país, asimismo, fueron criticados, perseguidos e, incluso, amenazados de muerte.

Aquel gesto, sin embargo, es considerado por muchos como algo valiente y que, incluso, sentó las bases de la igualdad entre negros y blancos.

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