Revista D

Transporte rápido, económico e ilegal

<div> El servicio de taxi en motocicleta no está regulado; pese a ello, muchos lo brindan por necesidad económica.</div>

Amílcar Montejo, vocero de la PMT, califica de “especial” el caso de los mototaxistas situados cerca de la Avenida Elena, pues suelen ir contra la vía. Foto Prensa Libre: Álvaro Interiano.

Amílcar Montejo, vocero de la PMT, califica de “especial” el caso de los mototaxistas situados cerca de la Avenida Elena, pues suelen ir contra la vía. Foto Prensa Libre: Álvaro Interiano.

¿Necesita trasladarse desde el Centro Histórico a la zona 13 en tan solo 30 minutos, un viernes a las 17 horas? No lo logrará ni porque tenga un automóvil deportivo, ni porque le pague de más a un taxista. Mucho menos si va en bus del transporte público.
¿La solución? Bueno, una sería salir más temprano. La otra, pedir una mototaxi —una motoclicleta convencional, no de las tuc tuc—, un servicio que  desde hace unos 10 años ha crecido en la capital.
Hay varios grupos. Uno de ellos está sobre una cuchilla después de pasar el puente El Incienso y poco antes de llegar a la Avenida Elena, zona 3.
Ahí se anuncian con rótulos en los postes y varias mantas vinílicas. “¡Mototaxi, mototaxi!”, gritan.
Algunos, ya con un cliente, “se dejan ir” contra la vía, sea sobre la calle o sobre la banqueta, apenas haciéndose a la orilla para no colisionar contra un automóvil o con el peligro de atropellar a un peatón, según el caso.
“En este sector específico, la Policía Municipal de Tránsito ha multado en varias ocasiones”, expresa Amílcar Montejo, vocero de esa institución. “Por ir contra la vía hay una multa de Q200; a esto se le suma igual cantidad si el piloto no lleva casco y otros Q200 si no lleva chaleco”, expresa.
La escena de motos que van en sentido contrario en ese lugar es diario. “Hemos solicitado a la Policía Nacional Civil que proceda a llevar un récord de placas, licencias y hasta de objetos que trasladan”, indica Montejo.

¿Dónde?

Muchos otros mototaxistas se parquean en los alrededores del Parque Colón, a lo largo de la 18 calle, en la salida de la Central de Mayoreo, zona 12 de Villa Nueva, y en el Obelisco. Asimismo, en las entradas de varias colonias y barrios capitalinos.
Los mototaxistas no prestan un servicio legal. Por tanto, no cuentan con ninguna identificación, menos con un seguro en caso de que su copiloto sufra algún accidente. “No hay ninguna reglamentación al respecto”, insiste Montejo.
¿Qué pasa si una motocicleta que va en sentido contrario se accidenta contra un carro? La PNC retendrá la motocicleta y, en caso de descubrirse que el piloto efectúa una actividad comercial ilegal, el juez podrá multar.
Entre los mototaxistas es difícil encontrar a uno que tenga dos cascos —uno para ellos y otro para su cliente—. En todo caso, ceden el propio, si es que lo tienen.
Lo cierto es que esta actividad se ha convertido en una opción para aquellos que desean o deben llegar a otro lugar de forma rápida. Asimismo, lo que cobran es mucho menor a irse en un taxi convencional.
Por ejemplo, en una mototaxi, de la zona 1 a la 10, podría llegarse en 10 minutos y por Q15. La misma distancia podría recorrerla un carro en 45 minutos, a un costo de Q40 o Q50, cuando el taxista dice ser buena gente.
“No hay trabajo, por eso hago esto”, refiere Miguel —no revela su apellido—. Otro mototaxista indica que llega a un punto en la zona 3 desde las 5.30 a las 7.30 horas, de lunes a viernes. Hace las “carreras” que puede y luego se va a su trabajo, donde es mensajero en una empresa ferretera. “Hay que ver cómo se consigue dinero extra”, refiere.
En la entrada de la colonia Bethania, bajo el paso a desnivel, suele verse una enorme manta que anuncia a un grupo de mototaxistas. “Económico, rápido y confiable” es su eslogan.
Un poco más adentro hay más. En su manta hasta número de teléfono hay. La gente llega  con frecuencia. A la par está la competencia: taxistas que, con gritos, ofrecen llevar a sus clientes en un carro minúsculo que, al salir del concesionario, son para un máximo de cinco ocupantes, pero que ellos se encargan de meter hasta a siete, sin importar si son gordos o flacos.
Estos taxistas —los de automóvil— se quejan porque los mototaxistas les quitan “el chance”. Aprovechan también al acusarlos de que son ilegales.
Muchos mototaxistas brindan el servicio desde las 5.30 hasta las 8 o 9. Después de esa hora quitan sus rótulos y regresan a eso de las 16 horas, para “chambear” hasta las 19.
“Mire chavo, esto lo hago honradamente; la situación está fregada. No puedo ser solo mensajero porque no me salen las cuentas”, destaca uno de ellos.

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